14

250 19 0
                                    

Mi familia finalmente llegó a la ciudad para reencontrarse conmigo, este era su segundo día aquí, el primero sólo descansaron y dimos un recorrido fugaz, hoy ya con más energía iríamos a almorzar juntos y a dar un paseo más en profundidad para que pudiesen conocer el lugar donde ahora vivía por tiempo indefinido. Me puse muy contenta de verlos, me subió más el ánimo ya que si bien había formado algún que otro vínculo nada se comparaba con la calidez de la familia.

- ¿Y que tal la noche aquí?.- preguntó Francesca, mi única hermana.

- Bien, más caótica que en nuestra ciudad por lo que he visto.

- ¿Sales?

- No mucho, prefiero descansar. Ya no tengo el mismo tiempo que antes.

- ¿Y tú sigues saliendo ahora que no estoy en casa?

- Sí, pero no es lo mismo sin mi hermana. mayor.

- No me digas así, me haces ver como anciana, sólo eres un año menor que yo.

- ¿Conociste algún chico?.- me miró con picardía.

- Por supuesto que no ni siquiera llevo tanto tiempo aquí... Si quieres mañana podemos ir a algún bar.

- Me agrada la idea.  No se como son los chicos de aquí, me intriga.

- Y ha decir verdad son bastantes guapos.- sin mencionar específicamente a uno, pensé.

- Sí tú lo dices.

Continué conversando y poniéndome al día con mi hermana, mientras mis padres se arreglaban llamé un Uber para ir al sitio que había escogido para almorzar, elegí uno que no conocía entonces sería la misma experiencia para todos. Esto era como simular unas vacaciones juntos a diferencia de que yo no volvería a cada de momento.

Tomamos rumbo al restaurante y quedé súper encantada con el lugar, los empleados muy amables y la comida estuvo deliciosa. Estaba segura de que volvería pronto.

Entre los cuatro decidimos el próximo destino al cual queríamos conocer, optamos por cosas que yo tampoco había hecho aquí y que mejor plan que hacerlo con mi familia. Por mi parte también aprovechar al máximo ya que después debía regresar al trabajo, hasta cumplir un lapso de tiempo determinado para recién tener vacaciones y para eso faltaban unos largos meses ya que era nueva en la empresa.

- ¿Y bien, que les pareció el tour?.- consulté.

- Me encantó.- comentó mamá.

Habíamos hecho una actividad bastante común para turistas que finalizó con una vuelta típica a la ciudad pasando por los lugares más representativos de ésta.

- Ya he visto un restaurante al que quiero ir esta noche.

- Papá sólo piensa en comida.- dijo Francesca.

- Lo sé.- agregué.

Mientras descendiamos del autobús de dos pisos que nos llevó al recorrido sonó mi teléfono, fue un mensaje que me tomó algo por sorpresa.

- “...Buen día Isabella, ¿Cómo estás? ¿Sigues con tu familia? ¿Te parece si nos vemos más tarde?.  Me ausentaré hasta la próxima semana...”- era mi jefe.

- ¿Y esa cara?.- habló mi hermana.

- ¿Qué? ¿Cuál cara?... Es de mi trabajo.- señalé el móvil.

- Ok, pero no te he dicho nada... No te pongas nerviosa.- rió.

- Porqué lo haría.- la fulminé con la mirada.

-“...Qué tal Cillan. Estoy bien, con mi familia. Acabamos de dar un paseo juntos... ¿Puede ser después de cenar? Mi padre quiere ir a un restaurante específico hoy y claro me gustaría ir. Si es algo urgente puedo ir cuanto antes.”

The Boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora