Días después de sentirme enferma finalmente pude recuperarme y sentirme mejor tanto física como mentalmente. Volví al trabajo ya con muchos más ánimos por todo lo que había pasado el fin de semana y me reencontré con los demás incluyendo a Cillian.
- ¿Es raro no?.- dijo Paul caminando junto conmigo a la salida.
- ¿Qué cosa?
- Que Cillian también esté enfermo.
- ¿Qué?
- O casualidad, que haya enfermado después de tí.
- No sabía que estaba enfermo.
- Pues lo está, por eso no vino hoy.
- ¿Qué tiene?
- Un resfriado o algo así.
- Oh... Que mal por él, pero no tengo nada que ver con eso, ni siquiera vine los días que estuve enferma.- reí nerviosa.
- No dije que se haya contagiado aquí.- rió.- Además la otra noche se fue en plena reunión.
- ¿Y eso qué? No tengo idea de que hablas.
- Eras la única que estabas enferma, Cillian desapareció y luego apareció enfermo... Sólo digo.- guiñó.
- ¡Cuánta imaginación! Sólo se trata de algo viral. Ten cuidado de no ser el próximo.- él rió y yo retomé mi camino para volver a casa.
Hice mi rutina de todos los días después del trabajo y llamé a Cillian para confirmar si lo que dijo Paul era cierto y él me lo confirmó. No había hablado con él desde aquella noche que estuvimos juntos ya que optamos por no darle vueltas al asunto y volver a encontrarnos cuando tenga que ser. Pero claro, él curiosamente no se presentó en la empresa el día que yo me reintegré.
Me alisté y fuí a verlo, claro que antes lo consulté con él no quería que ocurra lo mismo de la vez pasada o que haya alguien justo en el momento que yo vaya. Así que acordamos un horario y nos encontramos en su casa.
- Olvidé tomar mis vitaminas, así que fuí presa fácil.- dijo de manera graciosa.
- ¿Cómo te sientes?.- dije manteniendo cierta distancia entre ambos.
- Estoy bien. Sólo no fui por prevención.
- Paul me culpó directamente. Él sospecha y no sé porqué.
- Paul habla muchas tonterías... Y no te preocupes, no te vas a contagiar, además lo mío ya está controlado.- dijo al ver que yo estaba algo alejada.
- Ah, no es por eso... Sólo no quería violar tu espacio.- me sonrió y se acercó a mi para darme un beso en los labios.
- ¿Quieres cenar?
- Claro... Cocinare para tí.
- ¿En serio? ¿Que harás?
- Sopa, eso te hará sentir mejor. Mi madre lo hace siempre que estamos enfermos.
- Me parece bien... Aunque no quería que vengas a cuidarme, con verte me basta.
- Pero quiero hacerlo... ¿Me dejas cuidarte al menos por hoy?
- Si me lo pides así.- me miró con esos hermosos ojos celestes haciendo que me derrita como siempre.
Nos dirigimos a la cocina y me ayudó a cortar los vegetales ya que insistió en hacer algo porque no le agradaba la idea de estar sin hacer nada. Lo forcé a sentarse y esperar para poder terminar ya que no tardaría porque era una receta simple.
Busqué unos tazones para sopa en su enorme cocina, servi para ambos y luego lo llevé a la mesa. Lo llamé a comer y apareció, estaba en el baño.
- Espero que te guste.- dije cuando se acercó, él besó mi mejilla y se sentó a mi lado.
- Gracias.- probó la sopa y exageró su reacción.- ¿Acaso estoy ante la mejor sopa de vegetales del mundo?
- Posiblemente.- se acercó para darme un beso en los labios.
Tomamos la sopa, reposamos y nos fuimos al sofá para estar más cómodos. Allí seguimos hablando de temas de la empresa, ya que al parecer él no quería hablar de otra cosa.
- ¿Te molesta si me voy a duchar?.- dijo mirando el reloj.- El agua caliente y el vapor me ayuda cuando estoy así, entonces lo hago un par de veces al día.
- Mmm no, para nada... De hecho ya me iba.
- ¿En serio, tan pronto?.- asentí.- Será rápido puedes esperarme si es que no tienes otras cosas que hacer, claro.
- Descuida, sólo vine a ver si estabas bien. No quiero molestar.
- Ah... ¿Y no quieres hacerme compañía tampoco?
- ¿Cómo?
- En la ducha.- sonreí y negué con la cabeza.- ¿Qué?.- cuestionó a verme hacer eso.
- Nada. Ya me voy.- me acerqué para despedirme.
- No quería incomodarte.
- ¿Hablabas en serio?.- pregunté.
- Sí... No lo vi como algo malo. No creo que tengamos algo que ocultar debajo de la ropa.- lo besé.
- Entonces vamos.- él sonrió.
Nos dirigimos al baño principal que por cierto era enorme como todo el piso, la ducha tenía grandes dimensiones, podría decir que entraban unas cuatro personas allí. Él puso la temperatura del agua con unos botones y esta empezó a salir en forma de lluvia.
- Permiso.- dijo para luego comenzar a quitarse la ropa. se sacó todo menos la ropa interior. hice lo mismo que él y me miró extrañado.
- ¿Nos metemos o qué?.- consulté, él me miró de abajo a arriba.
- ¿Es normal sentir tanta atracción por alguien?
- No lo sé.- se acercó y me besó agarrándome de la cadera para apegarme a él.
- No es normal que tú me pongas así.- murmuró mientras desabrochaba mi sostén.
- Lo mismo digo.- tomé su mano y la llevé hasta mi intimidad para demostrarle realmente su poder sobre mi.
Al sentir esto se puso como loco por decirlo de alguna manera ya que me volteó contra la pared y bajó mis pantis para luego penetrarme. Gemí apenas lo sentí dentro de mi. Cillian también soltaba gemidos que eran música para mis oídos. El deseo era muy fuerte y lo mejor de todo es que era mutuo.
Después de esto nos duchamos juntos, que era a lo que realmente íbamos antes de aquel desliz. Estaba claro que a él no le afectaba mucho estar enfermo, no estaba decaído, mas bien se lo veía con mucha energía... Supongo que fue mi sopa, es mágica.
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The Boss
RomanceLuego de conseguir empleo en otra ciudad Isabella decide mudarse y seguir su vida allí lejos de su entorno, con el fin de tener un mejor futuro. Al llegar conocerá a su atractivo jefe quien le pondrá el mundo al revés.