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Poco más de tres meses pasaron ya desde que finalmente tomé la decisión de apartarme de Cillian, no fue fácil ya que como se sabe nos vemos con frecuencia pero ambos decidimos que sería lo mejor, de manera breve acordamos seguir cada uno por su lado como fue y debería haber sido desde un principio y en eso finalizó nuestra "relación".

Él nunca pareció seguro con lo que quería y no me equivoqué, porque desde entonces se lo ha visto seguido con Angela, la madre de sus hijos. Ver eso me ayudó a abrir los ojos y alejarme de una vez por todas ya que me di cuenta que fui una especie de bote salvavidas a sus sucios sentimientos.

- ¡Hooola! ¿Cómo te fue?.- preguntó Finn cuando subí a su auto.

- Bien, bien... ¿Cómo estás?.- el pasó a recogerme al trabajo.

- Bien, hoy tengo el día libre... ¿Te parece si vamos al cine?

- Bueno, aceptaré. Sólo porque quieres pasar tu día libre conmigo.- bromeé.

- Nadie aceptó mi invitación.- lo fulminé con la mirada.

Con Finn nos habíamos hecho muy buenos amigos y compañeros, al ser mi vecino lo veía todos los días. Nos ayudamos entre sí cada que necesitamos algo, asi que Finn se ha convertido en una figura importante en mi vida en este tiempo.

Luego de pasar por casa estar un rato allí, darme un baño y alistarme fuimos para el cine allí  estuvimos discutiendo un rato hasta decidir que película ver. Finalmente nos decidimos por una de acción, ya que con una de amor no era para ninguno de los dos. Finn sacó los boletos y luego nos dirigimos a comprar palomitas hasta que se hizo la hora de la película.

Entramos a la sala, buscamos nuestra butaca y nos sentamos. Finn empezó a comer las palomitas antes de que comenzara la función por lo que al empezar ya casi no quedaban. La película duró unas dos horas, así que al salir fuimos a comer dentro del centro comercial.

- ¿Quieres una hamburguesa?.- consultó Finn.

- Mi dieta no me lo permite pero hoy haré una excepción por tí.

- Que considerada.

- Iré a buscar una mesa, tú ve por la comida.

Finn se fue y yo busqué una mesa en la terraza del lugar, le envié un mensaje con una foto para mostrarle donde estaba. Me senté y comencé a ver mis redes sociales, nada interesante. Alcé la vista buscando a Finn y casualmente hice contacto visual com alguien que no veía hace un tiempo bastante largo. Él sonrió sin mostrar los dientes, repetí su acto y levanté mi mano para saludar, era Thomas, el amigo de Cillian.

Él estaba a unos metros de distancia en otra mesa con dos niñas idénticas de no más de diez años. Parecía ser que ya se iban, porque había sólo restos de comida en la mesa. Tom se levantó, tomó a las niñas de la mano y se acercó al lugar en el que estaba yo.

- ¿Qué tal? ¿Cómo estás?... Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos.

- Sí... Que sorpresa verte por aquí. ¿Son tus hijas?.- señalé a las niñas.

- Así es. Ellas son Lilly y Rose.

- Son hermosas.

- Se parecen a mi.- reí y rodé mis ojos.

- ¿Cuando llegaste?

- Llegamos hace dos días. Vine con mi familia... Sólo estuve de pasada en la empresa y no te ví allí. ¿Sigues trabajando?

- Sigo.- Finn apareció con la comida.

- ¿Tú novio?.- preguntó.

- No, un amigo. Finn, él es Thomas, un socio de la empresa.

The Boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora