5

664 51 1
                                    

Por fin llegó el último día de mi semana laboral, luego de unos largos y productivos días de trabajo llegaron mis días de descanso. Por suerte había adelantado muchas cosas para no tener tan cargado los próximos días. Me emocionaban los viernes porque sabía que al otro día podría dormir sin culpa y por supuesto sin alarmas. Llegué a la empresa con el tiempo justo razón por la cual desayuné en el establecimiento. Ninguno de los jefes estaba presente de momento así que todos estaban bastante relajados. Al terminar ordené el papeleo de Joe y dejé todo organizado para cuando llegase.

Increíblemente el primero en llegar fue Paul, quien pocas veces se presentaba en la empresa. Los privilegios de ser dueños y jefes a la vez de una empresa Joe y Paul eran los que menos comprometidos se veían, mientras que Cillian era el cerebro y el que mantenía en marcha todo para que funcione a la perfección.

- ¿Qué harás hoy por la noche?.- consultó Gina.

- Dormir supongo.

- ¿Cuántos años tienes, sesenta?

- Veintiséis años y más de treinta horas semanales de trabajo.

- No dejas de ser una abuela.

- Iremos a cenar por la noche y luego veremos que sigue... Estás invitada por cierto, tú sólo avisa.

- Está bien Gina, te avisaré.- hice comillas con mis dedos.

A decir verdad hoy no tenía ganas de salir, ya había salido el pasado fin de semana con en grupo pero al parecer ellos nunca se conforman, se nota que les gustaba demasiado este tipo de salidas a diferencia de mi que en éste caso prefiero descansar y lo disfruto mucho más que andar fuera y volviendo tarde.

- ¿Bella, Has terminado ya mi trabajo?.- dijo Joe entrando a su oficina.

- ¿Disculpa?.- lo fulminé con la mirada.

- Es broma, es broma. ¿Cómo estás?

- Bien, muy bien ahora que te veo llegar a cumplir tu deber. No lo he terminado aún pero casi lo tengo.

- Uff, que bueno. Aunque tengo una mala noticia para ti.- rió.

- Oh no.- puse cara de sufrimiento.- ¿Que tan mala?

- Tendrás que seguir trabajando.

- ¡Nooo!.- chillé.

- Pero no para mi, para Cillian.

- Él ni siquiera está aquí.

- Claro que si, vinimos juntos.

- ¿Y que es lo que tengo que hacer?

- Pues ve y preguntale a él.

- ¿Necesitas algo más?

- No, no. Ve tranquila. Nos vemos luego.

Salí de la oficina de Joe y me dirigí a la oficina de Cillian. Toqué la puerta pero no respondió. Volví a tocar pero seguí sin recibir respuesta. Estaba por darme la vuelta cuando el susodicho salió del ascensor con un café en su mano y esta vez no estaba de traje formal como todos los días sino que traía ropa deportiva, me sorprendió verlo así ya que la única imagen de él que tenía hasta el momento era con camisetas, sacos y corbatas.

-Buen día Cillian... Me ha dicho Joe que me necesitabas.

- Así es, de igual manera es algo super rápido, luego de eso puedes irte a casa.

- ¿Antes del horario?.- pregunté con ilusión.

- Sí.- mi día no podía estar saliendo mejor.- Necesito que lleves estos informes a las otras oficinas. Trent te llevará, él es uno de los conductores que transporta a nuestro personal.

The Boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora