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Pasado el fin de semana mi familia regresó a casa. La despedida fue triste, pero me preparé mentalmente para eso, aún no sabía por cuanto tiempo nos separariamos esta vez, ya que toda mi familia trabaja y de ahora en más sólo podemos vernos en vacaciones y con mucha suerte en alguna ocasion concreta.

Con respecto a Cillian, me ha llamado y enviado mensajes pero los evité, además tampoco apareció por la empresa así que no le he visto la cara desde entonces, cosa que agradecí ya que no quería hablar con él, ni dar explicaciones de cosas obvias.

Ya era martes, finalicé mi horario laboral y volví a casa, antes pasé por mi lugar favorito de ensaladas listas para llevarme algunas y tener algo para cuando no tengo ganas de cocinar, hoy por ejemplo. El uber se detuvo frente a mi edificio y vi un coche en particular que ya conocía. Bajé y fuí directamente a la puerta del edificio, subí al ascensor y me dirigí a mi piso. Cinco minutos más tarde mientras acomodaba las cosas que había comprado tocaron la puerta.

- ¿Puedo pasar?.- asentí con pocos ánimos.- ¿Qué pasa? ¿Me estás evitando?

- Cillian, ya no quiero fingir que esto no me importa y lo mejor para ambos sería tener claridad. Te preguntaré esto directamente, hablando como dos personas y no como jefe y empleada ¿Sólo quieres tener sexo o te gustaría seguir conociéndonos y ver que pasa entre los dos?

- ¿Y cual es la diferencia entre ambas cosas?

- Creo que sabes perfectamente la diferencia entre ambas. Eres una persona adulta ya.

- Me gusta lo que tenemos pero no quiero que nos adelantemos.

- ¿Y que tenemos?.- se quedó callado.- Lo ves, sólo es sexo. No tienes otra intención y yo no soy así. No me gusta ese tipo de cosas, sé lo que valgo y no merezco que nadie me oculte.

- No te oculto, pero no puedo mostrarme de un día para otro contigo. Menos en la empresa, es mi trabajo. Queda mal visto que el jefe esté con una de las empleadas, pensarán que tienes mayores privilegios por estar conmigo y eso es lo más leve que pueden pensar o hablar de tí, sabes a que me refiero.

- Pero tú sabes que eso no es así, mi puesto lo gané gracias a mi y mi saberes. He estudiado y trabajado mucho para lograr lo que logré, nunca necesité bajarme los pantalones para conseguir ningún empleo, no soy de esas. No se que pensarás tú de mi ahora que me dices esto. De momento estoy en esto porque sigo de prueba hasta ascender y sé que no estoy lejos de eso.

- Ya te he dicho lo que pienso de tí y es totalmente lo contrario. Veo la clase de mujer que eres sino ni siquiera me hubiera fijado en tí... ¿Si crees que pienso eso de ti entonces tú que piensas de mi? ¿Que me acuesto con cualquier mujer que se me pone en el camino? No tengo tiempo para eso, y si lo tuviera tampoco lo haría. Sólo intentaba cuidarte.

- Sé claro Cillian, no se puede tenerlo todo.

- Está bien, dejémoslo aquí. Si tú quieres conocer más personas estás en todo tu derecho de hacerlo. Lo que tenga que ser será, pero nadie puede forzar el destino para que las cosas pasen.

- Nunca intenté apresurarte a nada, simplemente pedí sinceridad. Pero ya está, creo que tu respuesta aclaró mis dudas. Dale más atención a tu esposa y verás cómo resolverán sus cosas. Unos viajes más y quien sabe, volverán a ser la familia feliz que eran.

- Tú no sabes nada de eso, hasta ahí te dejo llegar. En estos temas no puedes meterte si no sabes lo que ha pasado entre nosotros. Pero de igual manera descuida, no tendrás que preocuparte ya por lo que haga o deje de hacer, será un alivio para tí, no quiero causarte inseguridades.

- Está bien, ya no quiero hablar más del tema. Supongo que se acabó.

- Me voy, lamento todo esto.- dijo serio.

Apenas cruzó la puerta lancé lo primero que tenía a mi alcancé contra la pared. No sabía que podía ponerme de esta manera, era la primera vez, empecé a llorar ya que no supe como reaccionar, estaba desbordada de emociones.

Llamé a mi hermana a quién había visto ppr última vez hace dos días y con quién ya había hablado del tema para darle la razón. Estaba sola y triste, era mi primera crisis aquí y no tenía a nadie que me hiciera compañía. Al hablar con Francesca logré calmarme, ella desde la distancia me hizo saber que todo estaría bien, que esto fue sólo algo pasajero, aunque lamentablemente seguiría viéndole la cara a Cillian aunque no quisiera, pero no era obligación. Podía regresar a casa y volver a empezar allí, pero esto sólo había sido un tropezón. Podía tomarlo a la ligera y ya, no iba a dejar un buen empleo por algo efímero.

- Eres fuerte Isabella... Puedes permitirte estar triste ahora pero sabes que no será así para siempre, además no sabes que pasará. Mañana volverán a verse la cara y quien sabe, quizá el reflexionará.

- No puedo entender porqué me pongo así, sabes que yo no soy así, no me permito estar triste por un hombre, pero él...- un nudo se formó en mi garganta.- ¡No se que tiene Francesca, me gusta demasiado!. Es muy fuerte de escuchar pero me esta pasando algo inexplicable.

- Entonces sigue con esa racha, ahora no te quedes en la cama, sal, ve a dar un paseo, ve a comer. No importa si es sola o acompañada tú sólo hazlo... Prométeme que no te quedarás encerrada y tirada en la cama.

- Te lo prometo.- sonreí limpiandome las lágrimas.

Francesca tenía razón, este no era motivo para estar así, nadie había muerto, sólo fue el despecho, en unos días estaría mejor y sino me forzaría a estarlo. No me dejaría caer así porque si.

Entonces eso hice, me metí a la ducha y abrí la llave del agua fría, un suspiró escapó de mi boca al sentir el contacto del agua con mi piel. Luego de ducharme me cambié algo informal y salí para despejarme un poco. Caminé y caminé hasta llegar a un gran parque. Allí me quedé por una hora, estuve meditando y volví a retomar el camino hacia casa. Al llegar vi a un chico teniendo dificultad para abrir la puerta del edificio.

- Necesito ayuda aquí.- me sonrió.

- La tarjeta está al revés.- le mostré como se colocaba para poder abrir la puerta.

- Oh, que torpe. Gracias.- ambos entramos al edificio.

- ¿Vives aquí?.- consulté.- No te había visto antes.

- Sí, ahora vivo aquí. Llegué hace una semana. Mi hermano vive aquí, él tiene una licorería y me ofreció trabajar con él.

- Que bien, también estoy aquí por trabajo.

- ¿Ah sí?, ¿Dónde trabajas?

- Trabajo en la empresa Shelby.

- ¿En serio?.- asentí.- ¿Fue difícil entrar a trabajar allí?

- Tuve una pequeña ayuda, pero el resto es todo gracias a mi experiencia. Pero mi trabajo es dentro de la empresa, con papeles y computadoras. No creas que yo fabrico el tabaco.- rió.

- No te subestimé.- él paró el ascensor un piso antes que el mío.- Aquí vivo... Por cierto, soy Finn.- dijo antes de bajarse.

- Isabella, mucho gusto.

- Te veré luego Isabella.- me sonrió y salió del ascensor.

Llegué a mi apartamento ya más tranquila y me recosté a ver una película, no es que estaba feliz pero estaba mejor que antes, caminar me había ayudado bastante, logré despejarme gracias a eso y a mi hermana que a pesar de la distancia la siento cerca. Mañana sería otro día así que por hoy sólo bastaba estar en paz ya que no sabía que esperar o como actuar después de esto, ahora si nuevamente volvía a la incertidumbre.

Voteeeen :(

The Boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora