11. Nuevo hogar.

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Wanda.

Al bajar del auto, tomé a la pequeña en brazos para entrar a casa, Natasha tomó los bolsos mientras hablaba animadamente con Jack.

—Bien, sus cuartos están al final del pasillo, arriba está el nuestro, por si necesitan algo durante la noche.—Dije yo.—¿Gustan de algo para comer o prefieren organizar y conocer sus habitaciones?—Pregunté.

—Conocer la habitación, por favor y gracias.—Dijo Jack y Natasha lo observó con los ojos brillando de emoción. Ella está verdaderamente maravillada con Jack. Bajé a la pequeña quien parecía no querer despegarse de mi cuello.

—Hey, cielo, está bien. Iremos a tu habitación. —Murmuré acariciando su rostro, sin embargo estiró los brazos para que pudiese tomarla.—Okay, okay... Ya entendí, nada de caminar.

Natasha hizo una mueca burlona.

—Max, ¿nos esperas aquí?—Pregunté mientras Natasha avanzaba con el pequeño hacía la habitación. —Quiero enseñarte la tuya personalmente.

Max asintió y se sentó en el sofá.

—Uhm, mejor...—Se puso en pie.—Los acompañaré, quiero ayudar a Jack y Jean, o discutirán.—Murmuró poniéndose en pie.

—Puedes dejar tu mochila aquí, no es necesario que la lleves a todos lados.—Murmuré observando aquél bolso que cargaba en la espalda. Ella desconfiada, lo dejó sobre el sofá y comenzamos a avanzar hasta la habitación.

La habitación tenía las literas que Natasha construyó, pero de una forma diferente, la parte alta tenía un tobogán para bajar, mientras que la escalera para subir también venía con un pequeño cinturón de seguridad para evitar que subieran sin él y cayeran.

—Le expliqué a Jack como funciona.—Dijo atando el cinturón. —Ven aquí, preciosa.—Tomó a Jean con facilidad. La pequeña simplemente pasó de mis brazos a los de ella, como si nada.—Ajustaré ésto, y seguirás a tu hermano para conocer sus juguetes.

La parte del cinturón se ajustaba al tamaño de la pequeña, ya veo el porqué Nat estaba tan preocupada de conocer las medidas de los tres niños, en tres días hizo todo ésto mientras yo me dedicaba a beber vino en la cocina.

La pequeña subió por la escalera mientras Natasha la veía con orgullo en los ojos. Me apoyé en su brazo y ella lo pasó por mis hombros mientras me permitía pegar mi mejilla a su pecho. Ésto de la maternidad le está sentando bien y sólo lleva un día en ello.

—¡Wow, Max, aquí hay de todo!—Dijo un emocionado Jack.—¡Hay demasiados juguetes, es asombroso!

—¡Jubetes!—Gritó la pequeña de cinco quien parecía confundir algunas letra. Me sorprende que Jean hable tan bien para la edad y condiciones con las que creció. Sólo confunde un par de letras, pero es bastante fácil de entender.

—Grandioso, enanos.—Murmuró Max.—¿Y bien?—Preguntó y Natasha se giró a ella.

—Uhm, sí. Claro, tu habitación. ¿Niños, estarán bien aquí? No se quiten los cinturones.

Ambos asintieron mientras se sentaban a jugar con los juguetes que Natasha y yo elegimos por internet, y que Yelena compró.

—Tu habitación es lo más interactiva que he creado.—Dijo Nat abriendo la puerta. Dentro se encontraba una cama con luces bajo ella. —Además del estéreo que conecta aquí, pero puedes usarlo en toda la casa. —Murmuró.—La ducha también tiene luces y...—Sonreí al ver que por primera vez Max parecía interesada en lo que decíamos.—También tu armario es enorme, puedes guardar lo que sea allí, uh, y la cama, la cama es muy suave. —Dijo Natasha subiendo a saltar sobre ella.—Ven.

Juguetes rotos -Wandanat; scarletwidow.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora