Natasha.
Me desperté de golpe, agitada y completamente sudada. Mi pecho parece que estallará en cualquier momento.
Observé a mi esposa quien descansaba a mi lado, no quise encender la lámpara pequeña del costado, no quiero despertarla. Joder. ¿Qué cojones pasa? No he tenido pesadillas hace mucho.
El orfanato vacío, las paredes manchadas de sangre, los gritos de algunos niños. Odio aquella sensación, odiaba sentirme así estando allí, odio sentir que me pesa todo cuando se trata de recordar esos años tortuosos.
No quiero vender la típica historia de la pobre huerfanita maltratada, yo era astuta, conseguía buenos tratos a cambio de beneficios, mi hermana, Clint y yo estuvimos protegidos de todo, siempre y cuando en aquellas reuniones de los directivos yo preparara el alcohol.
Aún recuerdo que presencie actos... Que afectaron mi moral, y sobretodo mis ganas de seguir haciendo eso, sé que hacían cosas malas, y tenía que hacer oídos sordos con tal de proteger a los míos, eso aún me provoca pesadillas. Wanda lo sabe, cuando nos casamos, un mes antes hablamos de todo lo que nos atormentaba... Ella me amó así, y dice que no es mi culpa, yo era una niña que intentaba sobrevivir, no podría hacer mucho en un mundo tan corrupto y jodido.
—Joder.—Susurré sintiendo el sudor en todo mi cuerpo. Me levanté dejando mi camiseta en el suelo.
Me gusta andar sólo en boxers por casa, o en cualquier tipo de ropa interior si puedo quitarme el sujetador.
Caminé hasta el baño y me quité todo antes de meterme a la ducha. Despeiné mi cabello dejando el agua escurrir por el. Joder, estúpidas pesadillas, es que ni al caso que regresen, últimamente he tenido demasiadas, y no quiero decirlo, pero he estado bebiendo más que de costumbre, solamente con la intención de espantarlas, mientras más ebria me acuesto, menos coherentemente sueño, es decir, prefiero soñar que un payaso me persigue antes que rememorar las cosas que vi y oí.
El agua caliente relajaba mis músculos lo suficiente como para ya no pensar tanto en ello.
—Estoy jodida.—Murmuré. Sentí unas manos pasar por mi pecho y unos labios pegarse a mi espalda.
—Aún no... Acabo de llegar.—Susurró Wanda tras de mí, sonreí.
Sus manos acariciaron mi abdomen antes de bajar hasta mi sexo.
(+18 contenido adulto)
Dejé ir un suspiro. La intención de Wanda era provocarme lo suficiente para que yo le diera lo que necesitaba.
—Wanda...—Gemí de forma ronca al sentir su palma hacer presión contra mi ya húmedo centro.
Mi cabeza cayó sobre su hombro mientras ella besaba mi cuello y hundía uno de sus dedos a mi sexo. Separé las piernas, sus manos amasaron mis muslos y no pude evitar sentir que la necesitaba completamente.
—¿Te gusta?—Preguntó en un susurro ronco. Asentí, me giré para tomar sus muslos. La recargué contra la pared mientras unía nuestros labios en silencio. Ella enrolló sus piernas en mi cintura. Sus manos vagaron por mi espalda y subieron a mi cabello húmedo. —Te amo.—Gimió al sentirme pegar mi pelvis a su sexo desnudo. —Hazme tuya.
—Ya eres mía.—Gruñí contra sus labios. Ella sonrió mientras yo bajaba a besar su cuello.
—Toda tuya... Sólo tuya.
Me moría por algo más, por estar entre sus muslos en la cama, acompañarla y hacerla mía, pero de pronto casi de golpe un sentimiento de tristeza me inundó el cuerpo.
Me detuve. El agua caía por mi espalda, Wanda lo notó tomando mi rostro con delicadeza para que la observe.
—¿Pesadillas otra vez?—Preguntó y asentí. —Podemos ver una película.
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Juguetes rotos -Wandanat; scarletwidow.
FanfictionMax, Jake y Jean. Sólo tres nombres y una historia, recuérdalo antes de cometer un error.