Capítulo 7.- Asesina (parte 2) / Un asesino en Lakewood.

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Lakewood.-

En el restaurant de un modesto hotel, se reunían con absoluta discreción Williams Albert Ardlay, Grandchester y el detective que Hartson había designado para llevar a cabo las investigaciones en el sitio; quien resultó ser un hombre bastante experimentado, Davis, les informaba de los partes policiales que obtuvo después de mucho esfuerzo, cuando alguien se les unió en la mesa.

─ Buenos días Caballeros, ya veo que han comenzado sin mí. ─ los hombres de inmediato acompañaron el saludo, levantándose como se debía.

─Victoria, saludó Albert, tomando la mano de la chica ─ ella había temido ese momento desde que salió de la estación en New York, y ahora lo tenía allí, frente a frente, besando su mano, recordándole lo que provocaba en ella el tenerlo cerca.

─ Clara, mi nombre es Clara Thompson, sr. Williams. ─ y les brindó una amable sonrisa cargada de complicidad; eso justo antes de bajar la cara para que no se le notaran los colores que ya le subían por todo el rostro; el detective estando más cerca de la dama, hizo lo propio ofreciendo y acercando una silla.

─ Apenas comenzábamos... querida, ─dijo a modo de broma Terrence, haciendo gala su muy bien lograda caracterización; no obstante, notaba por mucho la tensión entre sus dos amigos y pensó que quizás algunas licencias los ayudasen a acercarse un poco. ─ Davis, nos informaba que la fuga de Elisa, fue ejecutada con evidente complicidad.

─ Tanto la policía, como nosotros estamos buscando un sospechoso; un hombre que realizaba el traslado desde la penitenciaría hasta el hospital. Ella presentó muchas desmejoras de salud en los últimos meses y aunque sus nervios se llevaban la peor parte, la crisis sobrevino por una descompensación general de su organismo, se cree que tal vez por combinación de medicamentos para justificar su traslado.

─ ¡Significa entonces necesitó que alguien le suministrase esas medicinas! ─ apuntaba Victoria.

─ Sí, pero no hemos ubicado ninguna conexión; las visitas de la señorita Leagan han sido pocas y esporádicas, recientemente ninguna debo señalar. ─ Davis hizo una pausa, dándose cuenta que Terry, le dirigía una mirada curiosa a Ardlay, quien explicó a continuación.

─ Su padre y hermano se distanciaron casi en su totalidad desde que fue apresada, para su madre es una vergüenza que esté encerrada y evita a toda costa ir a verla. Sus visitantes regulares solían ser, Annie, la señorita Pony, la Hermana Lane y la Tía Elroy; inclusive esta última lleva meses sin ir, su salud tan debilitada no se lo ha permitido, yo mismo le he prohibido porque le afectaba mucho más de lo que su frágil estado soporta.

─Lo que nos lleva sospechar del personal de la cárcel o de algún reo que esté haciendo de enlace allá dentro. ─ exponía Davis, las posibles hipótesis.

─ ¿Ya investigaron al personal médico que la trata? ─ subrayó Victoria.

─ En efecto, no descartamos a nadie aún. Tenemos a varios investigadores siguiendo a personal que estuvo conectado de alguna manera el día de la fuga. Y el Señor Cornwell está tratando de ingresar de incognito, a uno de nuestros elementos en Stateville, lo que nos permitiría estudiar a los reos y cualquier pista interna.

─ Yo ingresaré también. ─ anunció Terry para sorpresa de todos los presentes.

─! ohhh no! No te lo puedo permitir, ya cometiste muchas imprudencias y no dejaré que te pongas en riegos mayores, además, Candy me matará si te pasa algo. ─ protestó de inmediato Albert.

─ No compliques más las cosas Grandchester, no le pongas las cosas fáciles a tu primita Elisa, allá dentro estarías desprotegido; Albert tiene razón. ─ Secundó con lógica irrefutable la castaña.

ASESINA (II) / UN ASESINO EN LAKEWOOD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora