A pesar de que la herida de su pierna aún no sanaba por completo, Terry se apresuró y recorrió el camino lo más rápido que pudo, con la luna como aliada inesperada pues iluminaba el bosque lo suficiente como para mostrarle el sendero por donde habían llegado. debía alcanzar los caballos y pedir refuerzos con urgencia; no le agradó la idea de dejar a Albert solo, ni mucho menos, que el elegante haya decidido mostrar su valentía precisamente en estas peligrosas circunstancias.
Trató de mantenerse enfocado en su cometido, pero la imagen del investigador fallecido, se alternaba en su cabeza con la cara de Archie y la de una tímida muy llorona; por lo que, se sacudía esos pensamientos, ya que, no quería comenzar a batallar con la culpa, aún no, él se aseguraría que el primo de su esposa estuviese a salvo, aunque la vida se le fuese en ello.
Terry logró llegar a la comisaría, el Comandante Miller sin dudar emprendió camino con una decena de sus hombres, además del equipo forense. En el pecho del castaño la esperanza de volver para encontrar tanto al elegante como a Albert sanos y salvos, batallaba en un duelo a muerte con la ansiedad de pensar que las cosas podrían salir muy mal para ellos y si ese fuese el escenario, no sabría ¿Cómo enfrentar a su pecosa?, ¿Con qué cara podría verla, si él no había sido suficiente para proteger a sus seres queridos?
Mientras tanto Albert, junto al cuerpo de Davis aun en el saco, permanecía oculto pero alerta, su misión era aguardar por si aparecía Archie o en todo caso, hasta que llegase Terry con las autoridades, para levantar el cadáver e iniciar la búsqueda de inmediato. Lo más lógico era pensar que ese hombre se escondía en un sitio cercano al riachuelo y de ser así, entonces estaban a punto de enfrentarse a un asesino a sangre fría y tal vez encontrar a Dorothy.
Ante ese pensamiento, volvió los ojos a la parte profunda del rio, entendió que apenas contasen con la luz de la mañana, debían buscar el cuerpo de la chica allí también. Calculó un poco más de 1 hora, desde que su amigo se hubo marchado en busca de refuerzos, cuando comenzó a divisar una luz que se acercaba, debía ser la ayuda al fin.
Su sorpresa fue mayúscula cuando esta se apagó antes de llegar al rio, si sus sentidos no hubiesen estado tan alertar, hubiese pensado que aquello había sido producto de su imaginación; con mucha calma, se movió desde donde estaba y se trepó a un árbol para ganar visibilidad, lo que le permitió una panorámica más amplia, así que, cual águila cazadora agudizó la vista.
Tal como el ave distingue sus pequeñas presas, así mismo Williams pudo ver cómo, de forma secreta, una pequeña figura se disponía torpemente a cruzar el rio, pasando por una rama muy delgada. En el intento se equilibraba con un maletín y un sombrero que luchaba por huir de su cabeza casi calva; al cerciorarse de que ese minúsculo personaje estaba solo, Albert saltó del árbol y el ruido que produjo al caer, hizo que el hombrecillo trastabillase, cayó de espaldas, sin soltar el maletín y como pudo dio unas desordenadas brazadas para sostenerse de la rama.
Ni falta hizo que el rubio se mojase; tan solo, asió el extremo del frágil tronco, lo arrastró hacia la orilla junto con el hombre que se abrazaba a este, le ofreció la mano ayudándole a incorporarse.
─ ¿Quién es usted y que hace en esta propiedad?
─ El individuo, tratando de escurrir sus ropas y pertenecías, se mostró iracundo por el inconveniente que esa persona parada frente a él le había ocasionado.
─ No tengo porque contestar sus preguntas, ¿Quién se supone que sea usted? Esta zona es propiedad privada y los extraños no están autorizado ─ la insolencia con la cual se dirigía a Albert, logró que este quisiera ver hasta donde llegaba y relajando los hombros, se acercó al tipejo.
─ Le recomiendo que conteste mi pregunta, ya que al señor Williams no le gustan los intrusos en su propiedad. ─ de inmediato su interlocutor preocupó porque ser descubierto no estaba en sus planes; por supuesto, no quería dar ninguna explicación; así que, con astucia, decidió cambiar de táctica.
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ASESINA (II) / UN ASESINO EN LAKEWOOD.
FanfictionEsta historia es la continuación de Asesina publicada en el año 2021, ¿ Cuantos errores somos capaces de cometer antes de reconocer hemos equivocado nuestro rumbo?, es un historia de suspenso e intrigas. Fanfic, Candy Candy.-