Te juro que no te entiendo, te amo pero cuando no me hablas, e incluso no sos capaz de mirarme a los ojos me siento ridícula por estar a tu lado, y sale parte de mis traumas a formar un escudo con el cual temporalmente dejo de sentir lo que sea por vos.
Y parece que es evidente cuando sucede, porque de la nada sos un amor y me pedís mimos y besos, que te doy primero a la fuerza y después aflojo y te amo de nuevo.
Pero ¿En medio de eso qué queda? Para mí, solo hay dudas y miedos. ¿Me estás cagando con alguien más? ¿No te animas a abrir la relación pero tenés a otra persona? ¿Por qué de la nada escondes tu celular y cada que quiero ver algo con vos lo apagas?
Puedo entender muchas cosas, menos un engaño así y no te lo pienso perdonar si lo encuentro. Y no porque yo sea amante de la monogamia, sino porque te lo dije muchas veces y te pregunté si querías abrir la pareja, te comenté que no me hacía problema siempre y cuando todo fuera un acuerdo mutuo y nos siguiéramos respetando.
Respeto es lo único que quiero, el mismo que te entregué todo este tiempo sin dudarlo. Respeto que hoy siento que no me das, siento que me estás mintiendo en la cara, siento que te cagas en cada detalle y atención que tengo y tuve con vos.
Siento que no me amas. Que no me soportas más y eso me jode la vida.
No solo porque me hubiera gustado saberlo desde el inicio, sino porque jamás te deje de repetir y demostrar que sos libre de irte cuando quieras y que las decisiones como pareja las tomamos juntos, te di mil oportunidades de cambiar ciertas actitudes y no cambian.
Cuando volvimos tenía miedo, no sabía si de verdad quería volver o si solamente tenía miedo de perderte para siempre y acepte por el cariño eterno que te tengo. Y no me equivoqué cuando me dije al llegar a casa que iba a ser más de lo mismo, tenía toda la razón y no me quise escuchar.
Pero no entiendo, porque te veo llorar como un bebé y desmayarte por pasar días sin comer ni tomar absolutamente nada cuando no estamos juntos, pero cuando lo estamos no me podes ver a los ojos y tenés secretos que no te animas a contarme porque sabes que están mal, no porque yo sea una loca, sino porque sos consciente de que traicionar mí confianza es algo imperdonable para mí, y que no se la dejé pasar ni a mí propia madre.
Y ahí estás, todo el día con el celular hasta que me vuelvo a cerrar. Entonces me prestas atención y reclamas el amor que sabes que te voy a dar. Y después de un tiempo todo vuelve atrás y no somos más que dos personas en la misma cama, cada quien con su celular o viendo una película como si estuvieramos solos.
Y sigo sin entender, porque a veces siento que hasta te molesta mí presencia. Sabes que mentalmente no soy muy estable y generalmente hago cosas poco comunes, cómo actuar los guiones de las películas, cantar de la nada, tirar datos random o incluso tener cambios de humor repentinos y ante la más pequeña interacción empezar a llorar o enojarme al punto de querer irme a casa.
Pero cada vez que pasa dejas todo para mimarme y estar a mí lado por si necesito algo, desde un abrazo hasta una casa pero estás ahí y lo conseguís lo antes posible con tal de hacerme reír y volver a estar "bien".
Y lloro mucho cada que me decís que ya no te quiero. Porque siento que es tu forma de decirme que en realidad vos ya no me querés... Siento que es tu forma de decirme que estás cansado, que querés irte y empezar otro capítulo en tu vida. Y eso no es lo que me duele, me parece perfecto que busques nuevas emociones y experiencias en tu vida. Lo que me duele es que me sigas usando como una máquina expendedora de amor y cariño cuando lo necesitas, y el resto del tiempo ser solo un objeto inútil que se sienta a tu lado y te mira con los ojos vidriosos a punto de partirse en mil pedazos.
No te entiendo.
Y quiero hacerlo, porque esto duele. Y siempre me decís que soy yo la que estoy pensando cualquier cosa... Pero ya no estoy tan segura de que sea mí ansiedad la que me empuja lejos.
-Osita
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Cosas del dolor...
RomanceDiálogos... Tal vez con un "yo" interno, con otras personas que no quieren entender, con esa voz que te martiriza cada vez que recuerdas un error o un viejo amor que terminó en olvido...