En un dormitorio con papel de flores rosas suena una alarma a las 6:30 am. La chica pelirroja se aparta el pelo de la cara y se levanta pensando en desayunar, con un dolor de cabeza de mil demonios. En la puerta de su armario se encontraba colgado el uniforme de animadora, esperándola.
Se levanta, pero en vez del uniforme, se puso algunas prendas de deporte y unos calentadores, y empezó a hacer ejercicio insonoramente. Una vez hubo terminado, Chrissy se metió en la ducha para quitarse el sudor, y después ponerse el uniforme de animadora.
7:10 am. Baja a desayunar mientras sus padres aún se encuentran allí, hablando de la noticia mas reciente que está en todas las revistas: "D&D no era lo que creíamos".- No me puedo creer que haya uno de esos grupos satánicos en el instituto de Chrissy- Dijo su padre revisando el artículo por segunda vez.
- No te preocupes cariño, no creo que nuestra Chrissy sea cercana a ese entorno de raritos.-Le contestó su madre sin dejar de bordar una manta en la que estaba trabajando.
- Buenos días.- Dijo la joven algo cansada.
-Buenos días, cielo.- Dijo su madre, levantando la vista.- Parece que has engordado...
Chrissy no quiso responder a ese comentario. Llevaba dos días sin comer nada por el tipo de pensamientos que le metía su madre en la cabeza. La chica, dolida, se había quedado pensando cuando escucho la voz de su madre lejana diciendo "Habrá que ensancharte los vestidos", entonces la chica volvió a la realidad
- No, mamá, no te preocupes, hoy me saltaré el desayuno.- Su madre reaccionó a eso con una sonrisa. La joven sentía las lagrimas irritar sus ojos queriendo salir, pero las retuvo. Su padre permanecía ajeno a la escena.
Después de tomarse un puñado de píldoras disimulada mente, la chica salió por la puerta. Chrissy normalmente iba al instituto con su novio Jason, en el coche de él. Pero esa misma mañana le había dicho que esa mañana la llevaría su madre. Era mentira, ya que su madre ni siquiera sabía conducir, pero Chrissy quería ir andando ese día. Mientras andaba saliendo de su perfecto vecindario, lleno de casas lujosas y ordenadas, pensaba en la pesadilla que había tenido.
Ella estaba en un matadero, como aquellos que convierten los animales en carne. Su cuerpo estaba tan delgado que podía acariciar la superficie de todos los huesos de su cuerpo, y su piel había adquirido un tono amarillento. Tenía mucha hambre. Toda su visión parecía tener un filtro azul, el ambiente parecía frío. De repente, aparecían ante ella muchas fuentes llenas de comida, todas aquellas comidas grasientas y dulces que llevaba ya al menos dos años sin probar. Lo que más extrañaba era el chocolate. En el sueño, Chrissy cogió una pequeña onza de chocolate con leche y se la llevó a la boca. En el momento en el que Chrissy mordió el chocolate, su cuerpo comenzó a ensancharse y a sudar. La grasa se acumulaba encima de sus músculos. Toda esa masa comenzó a agobiarla en un abrir de ojos, y estaba sudando mucho. Por el gran peso de su zona troncal, los huesos de sus piernas comenzaron a quejarse de dolor hasta partirse, dejando a Chrissy tirada en el suelo, ahogándose por la fatiga de tan solo respirar. Entonces se dio cuenta de que se encontraba en una cinta transportadora y su madre se encontraba al otro lado de la sala, justo al lado de una palanca.
Su madre y ella hicieron contacto visual, y en ese momento, su madre comenzó a negar con la cabeza, y una expresión de decepción se apoderó de su rostro. Entonces su madre bajó la palanca y la cinta transportadora comenzó a moverse. Chrissy, panza arriba, no podía moverse, y veía como su cuerpo se precipitaba lentamente hasta una trituradora de carne gigante. Entonces cayó. Pero, para su mala suerte, el sueño no acabó ahí. Chrissy pudo ver dentro de su cabeza, las sangrientas imágenes de sus huesos siendo triturados y mezaclados con la desgarrada carne que los recubría. Podía ver tendones, y arterias siendo aplastadas, hasta pudo ver parte de sus órganos formando una masa viscosa de color rojo oscuro. Fue entonces cuando la alarma la despertó.
Después de revivir aquel sueño, ya había llegado al instituto. La cabeza le daba vueltas y no podía dejar de pensar en comer y vomitar, comer y vomitar... Rápidamente fue hacia los baños. Allí comenzó a vomitar comida que ni siquiera había ingerido. ¿Cómo podía seguir vomitando algo, si llevaba dos días sin comer? La puerta de los baños se abrió. La chica que acababa de entrar la escuchó vomitar.
- Oye, ¿estás bien?
- Sí, sí, estoy bien.- Respondió Chrissy mareada.
- Vale, uhm... ¿estás segura?
- Déjame, por favor.
Acto seguido, Max abandonó el baño. Pero Chrissy seguía esxuchando algo. Unos golpes tocaron a su puerta.
- ¿Estás sorda?¡Te he dicho que te larges!- Dijo esta molesta.
- ¿Chrissy?- Dijo la voz de su madre.- Chrissy.
- ¿Mamá? - Chrissy estaba confusa.
- ¿Lista para probarte el vestido? Te he ensanchado un poco la sisa.- Dijo la voz de su madre. "Es imposible" pensaba Chrissy.
Chrissy miró por debajo de la puerta para encontrarse con dos píes que daban la sensación de tener la carne quemada, deshecha. La chica retrocedió hasta una esquina aterrada.
- ¡Chrissy!¿Me oyes?¡Abre la puñetera puerta, Chrissy!
Las luces parpadeaban violentamente, y la joven lloraba de pánico.
- ¡Abre la puerta, - La voz de su madre empezó a quebrantarse hasta parecer que tenía un eco grave y paralelo- o te rajo en canal como la cerda grasienta que eres!
- ¡Largate, largate, largate!- Gritaba la joven entre lágrimas.
- ¿¡Me oyes!?
De repente todo quedó en repentino silencio, y después de unos segundos, Chrissy salió del baño. ¿Qué acababa de pasar?
En el pasillo vio a un grupo de chicos apoyados en la pared. Estaban hablando de alguien. Por un momento, Chrissy pensó que quizá la habían oído gritar y ahora estarían hablando de lo loca que estaba. Pero en ese mismo instante apareció un chico de piel oscura y rastas que definitivamente olía a Marihuana.
- Hablando del rey de Roma, por la puerta asoma.- Dijo uno de los chicos que esta apoyado en la pared del pasillo.
- Calla, amor mío, estaba relajándome un poco fuera.- Le respondió este burlonamente.
Cuando el grupo empezó a andar por el pasillo y el chico de las rastas se quedó un poco rezagado, Chrissy aprovecho para hablar con él.
- Oye, perdona... ¿Cómo has conseguido eso?- Dijo señalando el porro.
- Pues veras, guapa, no te lo puedo decir exactamente, ¿por qué?
- Me gustaría comprar.- Intentó sonar segura.
- Puedo avisarle yo al tío que me vende y te busco y te digo a donde ir, ¿sí?
Chrissy estaba asombrada por la naturalidad con la que llevaba el asunto y asintió con la cabeza
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El chico de las rastas se acercó a Chrissy unos 20 minutos después de su primer encuentro.
- ¡Eh, guapa!- la llamó a cierta distancia. Ella se puso tensa al instante.-después del almuerzo en la mesa de picnic del bosque.
Continuará...
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Love you /// ꧁༒•Un fanfic EddiexChrissy /// Stranger Things•༒꧂
Fanfic<<ᴄʜʀɪꜱꜱʏ, ᴛᴇ ʟᴀ ᴅᴇᴅɪᴄᴏ>>3*· Lo que mi cabeza piensa que podría haber pasado si Chrissy hubiera escapado de las garras de Vecna. Después de aquello, Eddie y la pelirroja formarían una a amistad, y aun más probable, un romance ;) Además a...