Love you /// ꧁༒•Un fanfic EddiexChrissy /// Stranger Things•༒꧂

XIV - Vecindario

Esa noche, la animadora estuvo pensando en la mierda que su madre le había metido en la cabeza. Desde pequeña le habían contado que las personas que vivían en el parque de caravanas eran drogadictos y criminales. A ver, si es verdad que Eddie consumía drogas, pero nadie más en el el parque de caravanas lo hacía, y hasta donde le había contado Max, la gente que vivía allí era muy agradable.

No sabía de donde había salido ese rumor o si solo era algo que le decían sus padres para que no se juntara con gente de poco dinero.

Eddie en su caravana no podía conciliar el sueño. ¿Cómo se atrevía Jason a tocarla? Maldito bastardo. Eddie estaba súper cabreado. Quería salir de la caravana e ir hasta la fiesta de la tal Sidney para meterle una buena paliza al rubio. Por dios, ¿quién se creía que era? Cogió una olla y se calentó leche, para ver si le entraba el sueño, y al encender la tele estaban echando El Exorcista así que el chico ya se quedó viendo la tele toda la noche, entre mostrando atención a la tele y pensando en el bastado de Jason. Lo odiaba con toda su alma.

Las dos pelirroja despertaron a la 1 de la tarde, ya que la madre de Max las despertó para que no se les hiciera tarde para comer.

Era domingo, lo que significaba que tocaba comida vecinal, en el que colocaban unas cuantas mesas en fila y comían todos juntos, hablando entre ellos. Cuando Chrissy miró por la ventana de la caravana de Max vio a Eddie sentado en unos escalones mientras una señora mayor se le acercaba.

- Eddie, cariño, ¿puedes ayudarme a tender la ropa mientras Scott coloca mesas?- Le dijo la señora con una sonrisa

- Sí, claro, por supuesto.- Respondió el joven mientras se sacudía el pantalón

Un momento después, Chrissy pudo observar como el muchacho ayudaba a la mujer con una sonrisa, colgando ropa mojada en unas cuerdas a lado de su caravana. Sinceramente pensaba que el castaño era atractivo. ¿A qué venía eso? Se preguntó ella misma. También se preguntó que hacía esa señor viviendo en el parque de caravanas. Parecía una mujer a la que no le faltaba dinero, y perfectamente podría permitirse una casa.

Max le prestó una ropa diferente. Unos pantalones vaqueros largos y una camiseta roja de TOTO, ya que no podía presentarse con la falda rota a la comida.

- ¿Seguro que está bien si como con vosotros? No formó parte de la vecindad.- Preguntó la animadora antes de salir de la caravana.

- No te preocupes en absolutos, aquí aplicamos el dicho de "cuantos más mejor".- Le sonrió la otra pelirroja

Juntas habían salido de la caravana. Eddie las estaba mirando. Mejor dicho, estaba mirando a la animadora. Llevaba su cabello pelirrojo suelto y no llevaba nada de maquillaje, ya que se lo había quitado antes de dormir y Max solo tenía un blush. Chrissy estaba un poco insegura sin su sombra de ojos azul.

- Estás preciosa.- Dijo el castaño. Algo en su cara reflejaba que no sabía que había dicho eso en voz alta.

El sonrojo de la pelirroja llegó hasta sus orejas. No estaba acostumbrada a que se lo dijeran, ya que daba igual cuanto se arreglara, Jason nunca se lo decía. En su casa solo se lo decía su padre, ¿Pero cómo te vas a fiar de tus padres sobre ese tema?

- Gracias, tú también estás muy guapo.- El castaño abrió mucho los ojos y se miró. Aún iba en pijama, y había recogido su pelo con una cinta. Su cara se puso roja.- Lo sigo en serio.

Max y Chrissy ayudaron a poner sillas alrededor de la mesa. La misma señora que había pedido la ayuda de Eddie para tender ropa le había dicho a la joven que ambos hacían una bonita pareja. Por alguna razón, la pelirroja no había querido corregirla. También se lo había dicho al castaño, quién solo río sin negarlo. Mientras acomodaban la mesa, ambos jóvenes se habían estado mandando miradas furtivas.

Cuando todo los platos estuvieron puestos en la mesa, todos se sentaron. Chrissy se sentó al lado de Eddie. Todos hablaban entre ellos de buen humor, sin ninguna rivalidad salvo alguna amistosa entre dos vecinos, discutiendo sobre quién hacía mejor la barbacoa.

- Jovencita, ¿Quiénes son tus padres?- Una mujer no muy mayor le había preguntado a la pelirroja.

Una de las piernas de la chica empezó a sacudirse por los nervios, y con voz temblorosa respondió la pelirroja.

- Philip y Laura Cunningham

- ¡Fui con tu padre a clase! Ya decía yo que me sonaban tus ojos. Tenéis la misma energía positiva. ¿Cómo está Philip?- La mujer seguía sin borrar la sonrisa de su rostro.

- Bien, siempre se está quejando del trabajo.- Respondió la pelirroja nerviosa.

- ¡Que maravilla de hombre, Phil!- Dijo la mujer mientras se reía.

Eddie había notado los nervios de la pelirroja y puso una mano en su rodilla, tratando de calmarla. Chrissy se sorprendió con el contacto entre su rodilla y la mano del castaño. Poco a poco las pulsaciones de la pelirroja volvieron a un ritmo normal mientras Eddie le seguía señalando platos para que la chica comiese.

- ¿Sabes que he leído en una revista que besar quema 72 kcal?- Dijo el castaño ofreciéndole unas patatas asadas. No me importaría si lo pruebas conmigo, pensó el joven.

- No se que me sorprende más, que tengas revistas, o que las leas.- Rió la pelirroja. No me importaría probarlo contigo, pensó la pelirroja.

Un rato después, Max se les había unido a la conversación, y Eddie había conseguido que la pelirroja comiera alguna patata asada sin sal y una buena ración de ensalada con manzana. Chrissy también había conversado con Wayne Munson, quién veía en la televisión el mismo programa de antigüedades que veía su padre.

- Está noche deberíamos pasar un rato los tres hablando.- Sugirió Eddie mirando a las dos chicas. Era una escusa para hablar más con Chrissy y que no pareciera nada raro.

- Si lo que querías era un trío, Munson, debo decir que no me interesa tu propuesta.- Respondió Max de broma. Todos rieron.- No, está bien, sí.

Chrissy estaba feliz, se sentía como si la tristeza de su vida se quedará fuera del parque de caravanas. Allí se sentía a salvo.

Continuará...