VII - El Día siguiente

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Chrissy despertó sin saber realmente donde se encontraba. Había un poster con una calavera enfrente suya, y a la izquierda un espejo y una guitarra eléctrica. Rápidamente dedujo donde se encontraba y recordó todo lo pasado la noche anterior. TODO.

El bello de la nuca se le puso de punto. ¿Había pasado de verdad, no? Sí, era imposible que eso no hubiera pasado, había sido demasiado realista. Además, Eddie también había estado allí, no podía ser imaginaciones suyas. Ahora debería volver a casa y llamar a Jason, si no este se preocuparía, y ya era bastante celoso  cuando no pasaba nada, Chrissy ni quería imaginarse cómo se pondría si supiera que había dormido en la caravana de Eddie "Bicho raro" Munson. Al pensar respecto al chico con ese nombre se le revolvió el estómago. Él era muy amable, dulce y gracioso, no se merecía ese apodo. A partir de ese momento, la pelirroja se prometió que no volvería a usar ese apodo.

¿Qué hora era? Miró a su alrededor y vio el despertador del castaño. 01:23 pm. A Chrissy le dio un vuelvo el corazón. Iba a llegar tarde, y Jason llamaría a su casa, y su madre le diría que estaba en casa de una amiga, y el chico sospecharía algo por que ella le había dicho que después del partido se iba directamente a casa. Madre mía. La chica comenzó a temblar como una hoja de papel. La había cagado.

- ¡Eddie!¡Eddie, despierta, tienes que llevarme a casa!- Gritó la pelirroja en estado de pánico.

El castaño abrió los ojos lentamente adormilado. Miro a la chica a los ojos con una expresión de confusión en la cara.

- Es la 01:26, llego tarde.- Los ojos de la pelirroja estaban muy abiertos. Entonces el muchacho se levantó a toda velocidad y se puso unos zapatos. Salió de la habitación y al volver le lanzó a la chica la parte superior del traje de animadora. 

- Cámbiate y ponte los zapatos.- Eddie pensó que quizá lo había dicho un poco brusco, como si fuera una orden, y le sonrió a la chica. Después salió de la habitación para darle privacidad.

Fuera se encontró a su Tío Wayne apoyado en la barra de la cocina, comiendo los restos de masa de galleta.

- ¿Quién es tu amiga?- Dijo con una sonrisa traviesa. 

- Chrissy Cunningham, es animadora.- Devolviéndole la mirada a su tío añadió.-  No ha pasado nada.

- Lo sé, te he visto en el suelo. Además, me acuerdo de ella, fue contigo a secundaria.

- Exacto.

Entonces la pelirroja apareció por el pasillo, jugando con sus sus dedos. Traía la camiseta de Eddie en una mano. El castaño no le dijo nada.

- Buenos día, señor Munson.- Después miró a Eddie.- Ya estoy lista.

- Bien.- El joven abrió la puerta de la caravana agarrando las llaves del la furgoneta.

La pelirroja se subió al asiento del copiloto y se puso el cinturón de seguridad. Eddie arrancó la camioneta. En el camino intercambiaron una que otra mirada, hasta que el joven castaño habló.

- Oye, quería decirte una cosa, pero no quiero que te la tomes a mal.- El chico tenía la vista fija en la carretera

- Dime.- Chrissy no sabía que esperar. ¿Había hecho alguna cosa mal? Quizá estaba molesto por que le había hecho dormir en el suelo... la chica tenía los nervios a flor de piel. No sabía que había podido hacer. Un peso se instaló en su pecho.

- Verás... no creo que moralmente pueda venderte droga otra vez.- El muchacho cogió aire.- Porque me he fijado en que quizá no estás del todo bien, y no creo que la marihuana vaya a ayudarte mucho, quizá te haga sentir bien a veces y por eso creas que vale la pena (Error que yo cometí) pero a la larga se convertirá en un problema más, y eres muy dulce, no quisiera que eso te pasara a ti.

Había dicho todo eso de una sentada y sin parar a coger aire. Chrissy siguió mirando el suelo. ¿Cómo es posible que solo habiendo pasado medio día juntos, el castaño se había dado cuenta de más detalles que su propio novio, amigas y padres? Un momento... ¿La había llamado dulce? Las mejillas de la pelirroja se encendieron violentamente.

- ¿Chrissy?

Ella volvió de sus pensamientos levantando la cabeza.

- Está bien.- Dijo ella en respuesta. No sabía cómo sentirse al respecto. Sentía una cosa extraña en la boca de su estómago con el chico sabiendo sobre sus problemas. Quizá era agobio, o adrenalina. La pelirroja estaba muy confusa.

Eddie seguía mirando la carretera. Quizá había incomodado a la chica mencionándole sus problemas. Seguramente ella no quería que él supiera, son cosas muy personales, y en su vida como mucho habían coincidido 3 veces en las que hubieran hablado. La primera fue en el concurso de talentos de secundaria, la segunda, en un simulacro de incendios hace tres años cuando Chrissy resbaló en el pasillo y casi fue pisoteada por una clase entera, pero Eddie la había ayudado a levantarse y le había preguntado si estaba bien. Había sido una conversación muy formal.

Eddie intentó romper el silencio, con lo que él pensó fue un comentario cómico.

- ¿Preocupada por lo que te diga tu madre? Yo tengo la suerte de que la mía esté muerta.- ¿Pero que coño te pasa? eso no es gracioso imbécil, pensó para sí. Mierda. Chrissy esbozó una sonrisa, pero rápidamente cambió el gesto.

- Dios, Eddie, lo siento mucho.

- No te preocupes, ella no era la mejor persona.

El resto del viaje estuvieron en silencio; él mirando la carretera y ella jugando con un anillo que Eddie le había dado. Eddie giró en una curva prolongada hasta llegar a un abierto vecindario y de casa espectacularmente grandes, con jardines bien cuidados y  buzones impecables. Aparcó justo en la entrada, antes de estar expuesto entre las dos aceras de casas.

- Mejor bájate aquí, no vaya a ser que alguien te vea bajar de mi furgoneta, la gente es muy chismosa.- Dijo el castaño.

- Acabo de caer en que no te he dicho donde vivía.- La pelirroja estaba confusa.

- No quiero que pienses que es siniestro, pero casi todo el instituto sabe dónde vives, eres popular.- Eddie tenía plasmada en el rostro una sonrisa burlona.- Adelante, si quieres puedo esperar hasta que entres en casa.

- Gracias.- Dijo la joven en un susurro, para después estirarse y pasar los brazos por detrás del cuellos del castaño, uniendo sus cuerpos en un abrazo. Todas las entrañas de Eddie dieron un vuelco, y la sangre de todo su cuerpo se dividió entre ir a sus mejillas, ahora de un rosa chillón y su entre pierna, pero sin llegar a la erección.

Seguidamente y con las mejillas coloradas, la animadora bajó de la furgoneta y echó a andar hacia su casa, mientras Eddie la observaba caminar hipnotizado por el movimiento de su mini falda. Una vez llegó al portal de su casa, en el momento que iba a abrir la puerta, la muchacha se quedó parada.




Continuará...

Love you /// ꧁༒•Un fanfic EddiexChrissy /// Stranger Things•༒꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora