Only A Girl.

Prólogo.

De:     Victoria D'Agostino.
Para:       Adele Adkins.

Aquí estoy dándole caladas a mi tabaco, con mi cabello recogido totalmente, algo descuidado, y mis uñas completamente desarregladas, en resumen, haciendo todo lo que no te gustaba que hiciera.

Aquí estoy recordándote, recordándonos.

"El camino al infierno, está pavimentado con buenas intenciones, señora, mientras usted empuña El Rosario, su hija empuña mis sábanas y me gime en el oído una vez por cada campanazo de iglesia".

Le dijo la rubia, sin titubear, sin quitarle la mirada, esa maldita mirada que me consumió. Y yo estaba ahí, perpleja mirando a mi madre.

Me pregunto si aún podría confundirla entre el viento, igual que me pierdo a mí misma cuando beso las palabras que me devuelven a su boca.
De llegar diez minutos antes, de esperar con la pierna apoyada en la pared y la música alta en mis oídos. Retocarme el cabello ansiosa y verla llegar. Bajar la mirada nerviosa.
De los dos besos cerca de la comisura. Sentir su perfume subir por mis fosas nasales hasta llenarme los pulmones. Y cómo se ríe mientras le cuento un viaje. Bebe cerveza a trago corto haciendo esa cosa que hace con sus labios para luego saborearlos y yo me muero por besarla.

Y cómo me mira, cómo sonríe y me busca. Y cómo sus manos lo hacen también.
Es que tengo que confesar que amaba que ella me admirara, amaba ser suya y sentirme suya, amaba cómo auscultaba mi alma con su mirada porque precisamente por eso nunca fui capaz de mentirle mirándola a los ojos.

Yo, aparte de egoísta, cobarde.
Vaya combinación.
¿No lo crees, niña de ojos bonitos?
Occhipinti. (Ojos pintados).
Un arcaísmo italiano.

El amor que me queda por dar son los restos que tú dejaste en mi alma porque sólo te he amado a ti, no sé amar si no te amo a ti,
Y, escucha, me costó aceptarlo.

De algún modo tengo que olvidarte recordándote en otro nombre, porque el amor sin ti es una carta con emisario pero sin destinatario y vaya que se me han acumulado los sobres en el cajón.

Tu sei l'amore della mia vita, Adele.
La única forma de separarnos,
Será el día que el nombre tuyo,
O el nombre mío, o el de ambas,
Esté escrito a puño y letra sobre una lápida.
Quédate aunque la balada acabe,
Quédate, aunque el sol se esconda,
Quédate, ambas sabemos que mi corazón nunca mintió.
Por favor quédate, en mis memorias, en mis sueños y a mi lado cada que despierte, quédate.
Yo te lo dije, te dije que te buscaría siempre, en esta y en las siguientes vidas.

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Cap 1 y 2 serán un poco extensos por aquello de contextualización.
~

Lo prometido es deuda.

Espero les guste,
con tantísimo amor,
Lucía. 🤎