Capítulo 5.

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— El dinero, el dinero, el maldito dinero.

— ¿Hasta cuándo vamos a seguir pagando los errores de tu padre? — Dijo Gianna furiosa.

— Mi padre lo único que quería era que tuviéramos un lugar para vivir. Culpa de él no es haberse matado en un auto quince días antes de concretar el negocio y culpa nuestra tampoco es habernos enterado de esa hipoteca después de tantos años. — Dijo Victoria escupiendo sus palabras sobre la cara de su madre.

— Cuidado con como me hablas, Victoria.

— Cuidado nada, mamá, basta de buscar culpables, basta de evadir responsabilidades y mejor ayuda a buscar alguna solución, o si por el contrario, no tienes nada bueno para aportar, te invito a que te vayas a la plaza con tus amigas, es lo que siempre haces cuando hay problemas.

— Opino que lo más sensato, es ir al banco en la mañana y buscar un acuerdo de pago. — Interrumpió su abuela.

— ¿Y...qué pasa si yo les presto el dinero? — Dijo Gabriella.

— No, como se te ocurre, es demasiado dinero... — Respondió Victoria de inmediato negando con su cabeza.

— No es una cifra estratosférica, por lo menos. Así pueden estar tranquilas, tú me lo puedes pagar a tu ritmo, sin prisa. — Le dijo a Victoria con una sonrisa mientras le acariciaba su mano, Gianna las vio a ambas y dirigió su mirada a otro lugar.

— No lo sé...no lo sé, Gabriella.

— Tienes hasta mañana en la mañana para pensarlo, no tienes que decidir ya pero piensa en que te dará mucha tranquilidad a ti y sobre todo a tu familia, Vic.

Alessa quien estaba apoyada en la pared, soltó una pequeña risa que ninguno de los presentes entendió, a excepción de Victoria.

— Uhm, bueno, yo creo que ya no tengo nada más por hacer aquí, me avisas lo que sea que decidas hacer.

Gabriella se puso al frente suyo y Victoria le sonrió con timidez. La pelirroja la besó en la mejilla y se retiró. Su abuela se dirigió a su habitación, su madre salió de su casa azotando la puerta, sólo quedó allí ella con su hermana.

— A mí no me parece mala idea que le aceptes el préstamo. Lo que me parece mala idea es que se nota que lo hace porque te quiere y te quiere de verdad. ¿Le has dejado claro todo?

— Lo he hecho. — Dijo Victoria lanzándose al mueble boca arriba.

— Se ve que no le dijiste que no te agrada que te llame Vic alguna otra persona diferente a mí.

— Escucha, ella quiere hacer las cosas bien, quiere que funcione pero yo no...

— Tú no la amas.

— Son palabras mayores para mí, disfruto mis momentos con ella, la paso bien con ella pero no siento que haga parte de mí de tal forma que me nazca decir que la amo.

— ¿Acaso has amado a alguien en tus treinta y ocho años de vida, Victoria?

— A ti.

— Yo no cuento, conmigo no te quedó más opción.

Alessa se dio la vuelta y se dirigió a su habitación.

— No lo he hecho. — Pronunció Victoria confesándose. — No he amado.

— Lo sé, todos aquí lo sabemos. ¿Es por miedo de lo que pueda decir mamá? ¿Es por miedo de lo que pueda decir la gente?

— No, no lo sé, tal vez simplemente no me ha nacido amar a alguien.

Only A Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora