Only A Girl.

Capítulo 18.

Llegó al centro de salud de Tottenham y miró con desgano la multitud que había allí dentro. No estaba acostumbrada a este ambiente y la cantidad de gente le causaba ansiedad. Caminando por los pasillos abarrotados, tropezó con alguien que pasaba a su lado, haciéndola perder el equilibrio y trastabillar. Alguien la agarró del brazo para evitar que se cayera y ella agradeció con un gesto amable. Al moverse por el hospital, Adele se encontró con una multitud de personas que caminaban en diferentes direcciones, algunas de ellas la chocaron bruscamente en el hombro. La cantidad de personas y la desorganización del lugar la hicieron sentir perdida e incómoda. Afortunadamente, una joven se acercó a ella con timidez reconociéndola, era una jovencita de tez morena, ojos grandes y cafés, que a diferencia de su hermana, tenía cabello liso y era un poco más robusta que Victoria.

— ¿Adele? — La rubia la miró con confusión pero el parecido con Victoria resaltó de inmediato. — Yo soy Alexandra, la hermana de Victoria, quien contestó tu llamada hace un rato. — Adele estrechó su mano con amabilidad.

— ¿Cómo está tu hermana? ¿Qué fue lo que pasó?

— Anoche estaba bien y de un momento para otro, comenzó a sentir un dolor muy fuerte en la espalda baja y lo único que hacía era vomitar, con mamá la trajimos aquí...

Alexa le explicó lo que había sucedido con Victoria mientras Adele miraba a su alrededor, juzgando con su mirada el mal estado del centro de salud, humedades por las paredes, las escaleras totalmente deterioradas, las sillas de la sala de espera no estaban cien por cien por ciento funcionales. Cuando Alexa le dijo que había un problema con sus riñones y que no tenían el dinero para los exámenes necesarios y el hospital se negaba a realizarlos, Adele volvió la mirada a la joven con indignación e ira.

— ¿Cómo es posible que un centro de salud no pueda atender a una paciente en una situación así y no le hagan los exámenes que requiere? — Dijo Adele con rabia y Alexa la miraba un poco anonadada, se le notaba por encima lo mucho que le importaba su hermana.

Alexa parecía muy avergonzada al explicar la situación, pero Adele la tranquilizó.

— Sígueme — dijo Adele, decidida.

Alexa la siguió casi corriendo intentando seguirle el paso mientras caminaba hacia la gerencia del centro de salud. Se acercó a la persona detrás del escritorio y le preguntó dónde podía encontrar al gerente. La persona le dio indicaciones y Adele caminó rápidamente hacia la oficina del gerente.

Al llegar, la recepcionista anunció su llegada y Adele fue invitada a pasar. El gerente la recibió con una sonrisa, pero rápidamente se dio cuenta de que la expresión en el rostro de Adele no era amistosa. Alexa se quedó a una distancia prudente pero podía ver y escuchar todo.

— ¿En qué puedo ayudarle? — Preguntó el gerente.

— Tengo a una empleada de mi empresa en este...lugar y su hermana me informó que necesita un examen renal urgente, pero no puede pagarlo y su plan de salud no lo cubre. ¿Qué puede hacer este hospital al respecto? — Pregunto sin ninguna expresión en su rostro. El gerente le ofreció asiento pero la rubia lo rechazó.

El gerente se encogió de hombros.

— Lo siento, señora, pero nuestros servicios no son gratuitos. Si su empleada no tiene seguro o no puede pagar, no podemos hacer nada, no es problema nuestro.

— ¿Está diciendo que este hospital no cumple con la Ley de Atención Médica Asequible? —  preguntó Adele, su voz elevándose en tono.

— No, no es eso. Simplemente no podemos proporcionar servicios gratuitos — Respondió el gerente, manteniendo su tono calmado.