Capítulo 12.

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Luego de llegar de su estudio y jugar un buen rato con Angelo, Adele se encontraba en su estudio, rodeada de montones de papeles y documentos que necesitaba revisar para un próximo proyecto, el que le asignaría a Victoria. No encontraba un documento importante que necesitaba con urgencia, no había cosa que odiara más en el mundo que no poder encontrar algo. 

— Papá, ¿estás seguro de que lo dejaste aquí? No lo encuentro. — Dijo a su teléfono mientras acomodaba su cabello tras sus orejas con molestia.

— Sí, ¿Dónde más iba a dejarlo? —Respondió Mark al otro lado de la línea.

Adele resopló, terminó la llamada y siguió buscando.

Mientras tanto, su hijo, se encontraba en la sala de estar, jugando con sus juguetes y observando a su madre de vez en cuando entre el espacio que quedaba entre la puerta medio ajustada y su marco. Después de unos minutos, Angelo decidió aventurarse al estudio de su madre al notar su estrés, tenía dicho no interrumpirla mientras trabajaba. Se acercó con cuidado a la puerta del estudio y se asomó por el espacio que había.

Adele no se dio cuenta de que su hijo estaba allí hasta que él habló. 

— Mamá, ¿puedo ayudarte en algo? — Preguntó con timidez.

Adele levantó su mirada y sonrió. 

— Pasa, cielo. ¿Puedes ayudarme a buscar algo? Son dos hojas, la más grande es blanca y tiene otra más pequeña de color rojo encima, están unidas con un clip. Yo sigo buscando en esta pila. — Angelo asintió y se sentó en el suelo separando hoja por hoja.

Ambos comenzaron a revisarlos con cuidado. Encontró varios documentos importantes y se los mostró a su madre pero ninguno era el que buscaba. 

— Bloody 'ell. — Pronunció la rubia con su rostro rojo de la ira por no encontrarlo, su hijo la miró y no pudo sostener la risa, la risa de Angelo hizo que ella también riera.

— ¿Y si le preguntas a la nana?

— Gran idea. — Adele se puso de pie y salió del estudio a preguntarle a Teresa mientras Angelo seguía buscando.

Efectivamente, Mark no había dejado el documento donde acostumbraba, por el contrario, lo había dejado en un cajón en su habitación, cosa que nunca hacía.

— Bueno parece que el abuelo no es tan impecable con el orden como dice. — Dijo Adele con una sonrisa entrando al estudio, Angelo dejó de buscar y le ayudó a ordenar todo nuevamente.

Pero la conversación no terminó allí. Angelo parecía pensativo y se acercó a su madre jugando con sus manos y eso era algo que le había heredado a ella, jugar con sus manos cuando estaba pensativo.

—  Mamá, ¿puedo hablar contigo de algo?

— Por supuesto. — respondió Adele tomando sus manos entre las suyas con ternura.

— Bueno, es que he notado que el abuelo ha estado olvidando cosas últimamente. —Le dijo Angelo con preocupación.

Adele cambió su gesto de inmediato. Decidió indagar más sobre lo que Angelo había notado. 

— ¿Cómo qué cosas? ¿Qué ha estado olvidando el abuelo? — Preguntó con curiosidad.

— Es que siempre ha sido muy bueno recordando cosas, pero últimamente no tanto, lo he visto olvidar cosas pequeñas, ¿Recuerdas que hace unas semanas casi no encontramos las llaves porque no recordaba donde las puso? O... por ejemplo, hoy no recordaba qué día era. — Explicó Angelo.

Only A Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora