Los amantes abandonaron el hotel, compraron algunas cosas para hacer un pícnic y pasaron la tarde en un Jardín botánico.
— Esto ha sido como un sueño, un precioso sueño hecho realidad. — suspiraba Sofía al estar en un bello prado de flores, sentada sobre una manta que habían colocado sobre la hierba.
— Podríamos haber tenido más momentos como estos, si no fueras tan testaruda. — regañaba Jorge al beber un café.
— Eso mismo podría decir por ti. No inicies una pelea que sabes, tienes todas las de perder, o deberé subir tu camisa para enseñarte tu cicatriz. — ríe Sofía de manera traviesa.
— Pilluela... eres muy agresiva, espero nunca más verte enojada, das mucho miedo.
— ¿Qué harás ahora que dejarás de trabajar en mi compañía?
Jorge da un suspiro.
— Aún no lo tengo claro, tengo una lista de espera para asesoramientos, debo revisarla.
— ¿Me seguirás viendo?
— Todos los días, te lo juro. Pero tranquila, aún no sabemos qué pasará de aquí a una semana, así que no te preocupes por eso.
— Cuando mi padre me deje a cargo, deberás asesorarnos permanente. Pero no te pagaré por ello — volvía a reír
— Si, lo sé. — Jorge mira apesadumbrado en otra dirección.
— ¿Qué pasa?. Es mentira que no te pagaré si me asesoras.
— No es eso pilluela, solo que aún no puedo entender por qué sigues confiando en tu padre, después de todos estos años.
— ¿A qué te refieres con eso?
— Siempre dices con ilusión que tu padre te dejará la compañía, pero, tu padre nunca te dejará a cargo.
— ¿Por qué no?. He hecho mucho, el proyecto de la agrícola es mío, tú solo has apoyado en las gestiones, pero el resto lo he hecho yo, he demostrado que puedo ser parte del miembro directivo — responde Sofía sobresaltada.
— Sofía, eso yo lo sé. No pienses que te lo digo porque yo creo lo contrario, es tu padre el que no piensa lo mismo.
— Pero, ¿él ha dicho algo?
— Se le nota por cuando habla con sus socios, y aún no sé si es porque no confía en ti o es porque eres mujer. Siempre dice comentarios de tipo machista sobre que las mujeres no deberían estar en altos cargos.
— Pero si es así, ¿Por qué me llevaría a trabajar con él y me dice que me dejará la empresa?
— No lo sé Sofía. Puede ser, para que te comprometa con alguien que pueda llevar a la compañía y tú seas su apoyo, y para eso, debes manejar todo lo interno... pero no estoy seguro, solo es una suposición, puesto que no conozco suficiente a tu padre, pero, si fue capaz de amenazarme contigo para que te abandone, puede hacer cualquier cosa
— Esa vez... ¿Qué te dijo para que te fueras? — pregunta Sofía con una mirada apenada.
Jorge da un suspiro, arrancado una ramita de la hierba, al hacer memoria de aquel tiempo.
— Ya no lo recuerdo muy bien. He tratado de bloquear ese momento, pero aparte de tratarme como un muerto de hambre, me dijo que impediría que nos entreguen los títulos universitarios, y si sabía que nos seguíamos viendo, nos perseguiría y evitaría que consiguiéramos cualquier tipo de trabajo, para que vivamos de manera precaria.
Escuchar a Jorge le dolía, ya que, a pesar de los años, Sofía aún confiaba en su padre y no quería ver el monstruo que Jorge le decía que era.
— Quizás solo lo hizo para asustarte, y no planeaba realmente hacerlo.
Jorge la abraza y acaricia su cabello.
— Sofía, si quieres pensar en eso, hazlo. Yo nunca podré confiar en él, no en el hombre que te pidió una prueba de ADN para desligarse de tu madre.
El resto del día disfrutaron del tiempo juntos y ya por la noche, regresaron a Cardiff.
Jorge la llevó a su departamento, pero aún insistía que se quedara con él en su casa, pero al final, no siguió insistiendo, ya que, para ella, era difícil el terminar su compromiso con Carlos, y no la podía seguir colocándola en una posición incómoda.
Cuando Sofía estaba recostada ya en su cama lista para dormir, reflexionaba en lo que le dijo Jorge. Ella siempre a querido a su padre, pero no podía aceptar que él fuera el villano en su historia y que quizás siempre lo será.
A la mañana siguiente en la oficina, Sofía no podía concentrarse, se mantenía distraída pensando en ese fin de semana que paso con Jorge. Le gustaría verlo, pero desde primera hora de la mañana, los directivos lo acapararon y no pudo hablar con él.
— Algo bueno pasó este fin de semana, me atrevo a decir que algo muy bueno — Carlos sale de detrás de la puerta e ingresa en su oficina, sonriendo, esperando escuchar el chisme.
— ¿Desde cuánto que estabas ahí espiándome? — sonríe Sofía.
— Solo miraba como te reías sola y por la mirada fría que me dio Jorge esta mañana, supongo que me odia mucho porque soy tu prometido, así que quiero saber todo ¿Qué pasó?
Sofía le narra a su amigo sobre ese fin de semana soñado en Nefyn, a lo que Carlos trataba de ocultar sus risitas y la emoción que le daba el saber que su amiga había vuelto con su antiguo novio.
— Amiga, realmente estoy muy feliz por ti, ya no tienes que preocuparte de nada.
— Pero si estoy preocupada. Tuve muchos encuentros sexuales con Jorge sin protección, y si ¿estoy embarazada?
— Yo seré el padrino — Levanta la mano y comienza a reír.
— ¡Ah!... idiota
— Si estás asustada por eso, no sé qué haces aquí, ve con un médico ¡ahora!
— Pero, quizás no sea necesario y no pase nada.
— Actúas como una adolescente asustada. Si no te vas ahora, te llevaré yo. Además, si sexualmente son activos, no podrás detener a Jorge, ya me contaste que es fogoso y tú caes muy rápido. Así que vete, no quiero verte por aquí, si pasa cualquier cosa, me llamas.
Carlos la levanta y toma su bolso, empujándola hacia afuera de la oficina.
Sofía reía por la insistencia de su amigo, pero se lo agradecía, se sentía aliviada de tener su apoyo, puesto que él siempre ha estado preocupado por ella. Quizás sus padres nunca le dieron la protección que ella necesitaba, pero a pesar de eso, siempre ha tenido a personas en su camino que la querían y cuidaban, así que jamás estaba sola.
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Mi único pecado, fue quererte.
RomanceDos estudiantes de economía en la universidad de Cardiff, descubren el amor que nació entre ellos de una manera completamente tierna y pura. Pero esto, no siempre es suficiente para estar juntos. La familia de Sofía, no aceptaría que un chico de con...