Capítulo 12

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Se anunciaba en la universidad una gran fiesta ese sábado, con el objetivo de recaudar fondos, en beneficio de hogares de adultos mayores.

Esos días, Sofía estaba distinta, algo más triste de lo habitual, así que Jorge pensaba, que ir a una fiesta le alegraría.

— Pilluela, ¿por qué no vamos?

— Pero es sábado en la noche. Tú trabajas los sábados. — contesta Sofía, mirando el tablón de anuncios de la biblioteca.

— Pero sabes que mis horarios son flexibles. Anda, ¿qué dices?

— Bueno, creo que sería divertido — le regala una sonrisa.

— Entonces, tenemos una cita — Jorge comenzó a reír.

Jorge se reunía con la tal Patty todos los sábados de ese último mes, y le comentaba a Sofía sobre sus mañanas de tutorías, notando esta, como él hablaba con cariño sobre ella. Sofía trataba de controlar sus celos con respecto a esa situación, pero nunca fue buena mintiendo, así que estaba desanimada la mayor parte del tiempo, lo que provoca en Jorge una serie de interrogantes con respecto a lo que le estaba pasando, y suponía que, serían nuevamente problemas con su familia.

Sofía se sentía pésimo consigo misma, sabía que algo así ocurriría tarde o temprano. Estaba distanciando a Jorge y lo estaba lastimando. Así que había tomado una determinación, esa noche de la fiesta, debía confesarle sus sentimientos. Él era su amigo y la entendería.

El sábado por la noche, la fiesta se llevaba a cabo en un salón de eventos enorme. Jorge y Sofía captaron la atención del resto de sus compañeros de clases, que se cuchicheaban al verlos pasar, hasta que tomaron asiento en unas de las mesas.

Para los amigos, no era secreto lo que se decía sobre ellos, ya sabían que eran la pareja de ñoños del tercer año de economía, además que, siempre alguno con una supuesta buena voluntad, se acercaba a Sofía, para contarle lo que se decía sobre ella, advirtiéndole que chicos como Jorge, solo buscaban fortuna en chicas ricas e ingenuas.

— Creo que esos ya están hablando que soy la peste. — comenta Jorge, mirando de reojo a aquellos que le observaban de manera despectiva.

— Bueno, ya tendrán muchos chismes de que hablar en lo que queda del año — reía Sofía, sin mirar al resto.

— Deberíamos darle más para que hablen. Vamos a bailar.

Sofía sobreactúa una reacción de desconcierto.

— Ay... no lo sé... usted puede quitarme toda mi fortuna por solo un baile...

Jorge ríe y le sigue el juego.

— Tengo una vida costosa. Necesito de niñas ingenuas que paguen mis lujos...

Ambos se toman de la mano y caminan riendo hasta la pista de baile.

Sofía había recuperado su risa característica, y estaba decidida a hablar con Jorge al finalizar la fiesta, pero por mientras, disfrutaba de bailar con Jorge.

— Voy a los baños, ¿me puedes pedir un trago? — dice Sofía, cuando ambos regresaron a la mesa, después de haber bailado varias canciones.

— Por supuesto, mi señora. Sus deseos son mis órdenes — Jorge seguía actuando en burla a sus compañeros.

Sofía, al llegar al baño, se miraba en el espejo y sonreía, estaba muy contenta, porque algo dentro de ella le decía que todo saldría bien con Jorge esa noche. Acomodó su cabello, se aplicó más labial y estira su vestido, sentía que estaba hermosa, porque deseaba que Jorge la viera hermosa.

Mi único pecado, fue quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora