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Nunca creyó posible escuchar ese nombre nuevamente después de todo el tiempo que había transcurrido desde aquel fatídico día en el que fue humillado por el muchacho que decía amarlo. Sentía que una horrible sensación en su garganta apreció al aguantar sus ganas de llorar frente a la rubia. Le ardían los ojos y trató de desviar la mirada para no levantar sospechas en Winter.

Yuta no podía cruzarse en su camino o corría el peligro de ser descubierta su verdadera identidad, arruinando así el acuerdo con su gemelo.

El pelirrojo ya había arruinado su vida y su llegada significaba una oportunidad de hacerlo trizas nuevamente.

"Eso no podía suceder una vez más" Pensó

Y contra todo pronóstico, Taeyong no podía dejar de pensar en Yuta como si aún estuviesen juntos durante su primer año en la universidad.

Si, a pesar de todo su corazón aún le pertenecía a Yuta...

Aquello era algo inminente y por más esfuerzo que hiciese, no lograba superar al primer hombre a quién le abrió su corazón y a quién se entregó ciegamente en cuerpo y alma.

Un tonto...

Así se calificaba el rubio por no lograr que su corazón no latiese cada vez que escuchaba su nombre nuevamente.

— ¿Lo conoces? — la reacción de sorpresa y el silencio por parte del chico no pasó desapercibido por Winter

— N-no para nada — mintió volteando la cara y sacando el celular para distraerse un poco

— Por tu silencio podría jurar que si

— Me distraje pensando en otra cosa, es todo — la rubia aún no tan convencida de su respuesta, no volvió a mencionar el nombre del japonés

El teléfono de Taeyong sonó cortando el silencioso e incómodo momento en el que se encontraban las únicas dos personas en esa habitación.

— D-debo de contestar — dijo el rubio sacando su teléfono de su bolsillo para identificar quién lo estaba llamando

— Está bien, yo ya me iba de todas formas — la chica se levantó de la suave cama en la que estaba sentada y procedió a salir de la recámara de la pareja Jung.

— Está bien, yo ya me iba de todas formas — la chica se levantó de la suave cama en la que estaba sentada y procedió a salir de la recámara de la pareja Jung

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— ¿Papi? ¿Papi me estás escuchando? — el pequeño Sungchan agitaba una de sus manitos cerca al rostro de Taeyong. Este tenía la vista completamente perdida, era como si estuviese en una especie de trance en donde sólo estaba centrado en las abrumadoras ideas que pasan por su mente en ese preciso instante — ¿Qué pasa, papi? — el niño sujeto pasó una de sus manos por las del rubio y este al sentir el tacto del menor, volvió rápidamente a su realidad

— ¿Decías algo, Sungie? ¿Te duele algo?

— Te estaba hablando de mi tadea — Sungchan lo vió preocupado ya que su papá se veía extraño. Primero el cambio radical, y ahora su papá lucía triste pero no molesto como acostumbrada — ¿Estás tiste?

 L'usurpateurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora