Jaehyun, el dueño de la cadena de hospitales más importante de Estados Unidos, cree que su vida es plenamente feliz al lado de su esposo y su hijo. Sin embargo, este sentimiento no es recíproco entre esta pareja, pues Taeyeon sólo ve a Jaehyun como...
— ¿Te han dicho que te luces hermoso cuando te sonrojas? — continuó Doyoung admirando al chico de cabellos claros, quién tímidamente a veces lo miraba
— Nadie lo hizo — admitió Taeyong nervioso mientras se encogia en su lugar — Eres el primero en hacerlo — soltó una risita leve ante su propio comentario
Lastimosamente Taeyeon no recibía cumplidos debido a su antiguos aspecto, y luego de tantos años él se había resignado a ser aquella sombra de las personas que cumplían un buen número de estándares socialmente atractivos.
— Se siente muy bien, escuchar eso — sonrió nuevamente acercándose un poco más al contrario para romper aquella barrera de nerviosismo que emanaba el contrario — Quisiera conocerte más, claro si es que tú me lo permites
— Perdóname, D-doyoung, pero no que sea correcto poder ser un poco más cercanos, al menos desde la forma en la que tú pretendes
- ¿Por qué no lo sería?
- E-estoy casado - mintió mostrando el gran anillo con una hermoso diamante que dornada sus que delgados y pálidos dedos
Aunque quería darse la oportunidad de conocer a alguien nuevo, eso le sería imposible pues cabe la posibilidad de arruinar sus posibilidades de retomar su carrera como médico y salir de las cuantiosas deudas con el banco londinense.
- Es una lástima, tenía muchas ganas de conocerte e invitarte a una cita - el chico bajó los hombros junto a su rostro - ¿Crees que, podamos ser amigos?
- Claro, n-no hay problema
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Unas horas más tarde, toda la familia Jung se encontraba reunida para el almuerzo, pero el único faltante era Jaehyun.
Nuevamente...
Taeyong decidió ordenar la comida de su hijo y la de él para su habitación, para evitar los comentarios de las personas que se encontraban en el comedor.
Sungchan se fue con las sirvientas, mientras el rubio fue directamente hacia el despacho de Jaehyun para hablar directamente con él.
Estaba cansado de la conducta infantil del pelinegro. Sólo estaba haciendo un deplorable papel y un mal ejemplo para su hijo que al parecer ya empezaba a darse cuenta.
- Jaehyun, tenemos que hablar
El pelinegro reía recargado en su silla, mientras observaba la expresión de aquel chico que tenía enfrente.
- ¿Así que quieres hablar conmigo? - habló riendo sarcásticamente manteniendo la mirada fija en el rubio - ¿Qué vas a decirme? ¿Qué soy un mal esposo? ¿Que quieres separarte de mi?
Taeyong se acercó a su escritorio y observó dos botellas de whisky vacías, y el olor de Jaehyun hacía cada vez más notable su ebriedad.
- No estoy aquí para eso. Estás haciendo el ridículo afrontando el problema de esta forma - mencionó ofuscado por el comportamiento infantil que Jaehyun mantenía en ese momento
