Jaehyun, el dueño de la cadena de hospitales más importante de Estados Unidos, cree que su vida es plenamente feliz al lado de su esposo y su hijo. Sin embargo, este sentimiento no es recíproco entre esta pareja, pues Taeyeon sólo ve a Jaehyun como...
— ¿Papi mi canción no funcionó? — preguntó el niño tratando de secar las pocas lágrimas que resbalaban de las mejillas del mayor
— Funcionó, mi vida y te lo agradezco — se acercó y abrazó muy fuerte al pequeño, tratando de consolar su tristeza al ver la escondida faceta de Jaehyun Jung.
A pesar de no ser su esposo, Taeyong se sentía cada vez más y más atraído por el mayor a causa de los lindos gestos que tenía. Sin embargo, aquella pelea le dolió y una vez más su corazón se rompió a causa de otro hombre.
Alguien que, por un breve tiempo, pensó que sería diferente.
— Tranquilo, papi — dijo el niño acariciando su espalda — Guadaré tu secdeto muy bien
— ¿Mi secreto? — dijo Taeyong sin soltarse de su abrazo
— Ya sé que no edes mi papi y eso no impodta — el rubio rompió el abrazo y esperaba que Sungchan dijese algo como una broma — No quiedo que mi papi antiguo vuelva
— ¿Estás tratando de jugarme una broma para no llorar? — dijo el más alto con una risa totalmente incómoda
— No es bdoma, papi. Mi antiguo papá siempde me dijo que yo eda un eddod y que no debía de naced. Papá dijo que nunca me iba a queded y tú si lo haces
El corazón de Taeyong dolió tanto al recordar como su padre lo había despreciado de la misma manera.
Era como un deja vu...
Siguió observando al pequeño Sungchan, quién hablaba sin derramar ni una sola lágrima.
Era un niño muy valiente, ya que en el proceso aprendió a lidiar con su sufrimiento.
Taeyong se sintió sumamente conmovido y no pudo evitar acercarse para darle un largo abrazo a su sobrino, quién no entendía la razón exacta por la que el rubio lo estaba abrazando.
Mientras que, su tío sólo quería transmitirle todo el amor y la protección que su hermano no supo darle.
No podía creer cómo es que el menor podía estar tan tranquilo con aquellas palabras y acontecimientos tan duros a los que se enfrentó a tan temprana edad.
— Bebé no hay otro papi — mintió aún sosteniendo al pequeño en un abrazo — Soy yo, e-es sólo un pequeño cambio en mis actitudes
— Papi no habló con el señod Jungwoo sobde el odfanato y no vino el señor alto — admitió el niño tratando de encontrar explicaciones para el repentino cambio del contrario.
Taeyong se separó del niño y acarició levemente sus rosadas mejillas para seguir insistiendo en aquel argumento poco convincente para apaciguar las dudas del menor.
— Cariño yo-
— Sungchan guadada tu secdeto, papi. Lo prometo — el niño estiró su pequeña mano hacia arriba y levantó su dedo meñique — Lo pdometo
— Mi amor no hay otro papi, soy el mismo
— Entonces, podque te padeces tanto a mi papá antiguo y no edes como él
— Te explicaré luego, Sungie, ¿bien?
— Claro que si papi
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