La tensión entre ellos era palpable, y Jaehyun, desesperado por encontrar una solución, rogó por una conversación.
— Por favor, hablemos — suplicó, vislumbrando la determinación desafiante en el rostro de Taeyong.
— No — respondió Taeyong con firmeza, evidenciando su resolución — Estoy cansado, déjame ir — El rubio se liberó del agarre de Jaehyun y se apresuró hacia las escaleras, decidido a evitar un conflicto inminente. Pero Jaehyun, empeñado como un nadador desafiando las olas, se negaba a rendirse.
Siguió a Taeyong como si se tratara de una persecución, alcanzándolo justo cuando el rubio intentaba cerrar la puerta, interponiéndose en su camino y luchando con su cuerpo para impedirlo.
— Te ruego que me escuches, Taeyeon.
— ¡Por favor, déjame en paz! — gritó Taeyong, forcejeando con todas sus fuerzas para cerrar la puerta.
— Ella no significa nada para mí. Por favor, déjame explicarte — rogó Jaehyun, buscando desesperadamente alguna comprensión por parte de su esposo. Su súplica pareció surtir efecto cuando Taeyong cedió un poco, y la puerta se abrió accidentalmente.
— Vete de mi habitación, Jaehyun. No tienes nada que explicarme — exigió Taeyong, su voz resonando con desesperación y frustración.
— Te amo más que a nada en este mundo. Son sus actitudes las que me desconciertan. Si solo me dijeras que ya no me amas, dejaría de insistir, dejaría de luchar para llamar tu atención — confesó Jaehyun, con un tono cargado de angustia y dolor, como un nadador exhausto luchando por mantenerse a flote en medio de un mar embravecido.
Jaehyun se acercó con una mezcla de determinación y anhelo al rubio, cuya espalda se ofrecía como el único acceso a un abrazo que él buscaba dar con suavidad, sintiendo la delicadeza de sus dedos deslizándose por los brazos descubiertos de Taeyong. Cada roce era un eco de su deseo de prolongar el contacto con esa piel que tanto ansiaba. Inmerso en sus pensamientos, el giro repentino de su esposo lo trajo de vuelta al presente.
— Sigo aferrado a la esperanza de que aún sientas amor por mí...— Jaehyun extendió la mano hacia el rostro de su amado, acariciándolo con una ternura que reflejaba su anhelo — Deseo fervientemente que tu actitud hacia mí sea solo algo momento
Los ojos de Jaehyun viajaron meticulosamente por cada rasgo del rostro de Taeyong, absorbiendo con detalle cada línea, cada matiz, deteniéndose con una mezcla de anhelo en los labios rosados y exuberantes de su "esposo", anhelando sellarlos con un beso que simbolizara su conexión.
Sosteniendo con delicadeza su rostro entre sus manos, Jaehyun avanzó con lentitud hacia los labios de Taeyong.
Cuando sus labios por fin se encontraron, la habitación pareció detenerse. Un beso rebosante de amor estalló entre ellos, borrando cualquier rastro de problemas o discusiones previas, sumergiéndolos en un mundo donde solo existían ellos dos.
En medio de aquel torbellino de emociones, Taeyong se debatía entre la confusión y la incertidumbre. El cambio abrupto de la furia y los celos a la afluencia de nervios y mariposas en su estómago era una montaña rusa emocional que lo dejaba sin saber qué sentir en ese momento tan íntimo y lleno de significado.
Taeyong fue quién decidió dar un paso atrás, separándose de aquel momento mágico y profundo que compartían, dejando espacio para las sombras del pasado que se interponían en su mente. Recordar lo sucedido anteriormente no era tarea sencilla; era difícil olvidar que Jaehyun también había besado a Minjeong.
— Jaehyun... — susurró, clavando su mirada en el rostro del hombre frente a él.
— Mi amor, te amo — declaró Jaehyun con convicción, sus ojos reflejando un amor profundo mientras observaba con ternura los ojos de cachorro de su amado — Te amo de una manera que no he amado en mucho tiempo, te amo, Taeyeon.
Jaehyun se acercó, su mano suavemente acarició el rostro del rubio y luego, con una determinación llena de amor, acercó sus labios a los de "Taeyeon". Con cada suave roce, intentaba transmitir sus sentimientos, queriendo que todas las inseguridades que lo atormentaban desaparecieran, anhelando convencerse de que su "esposo" lo amaba realmente.
El beso era un torbellino de emociones; un intento de borrar dudas y miedos que tenía Jaehyun, y de reafirmar el vínculo que compartían.
Cada movimiento de los labios de Jaehyun era un esfuerzo para comunicar un amor que era más grande que cualquier error del pasado.
Sin embargo, para Taeyong, el conflicto interno persistía. A pesar del beso y las palabras de amor, las sombras del pasado seguían proyectándose, impidiéndole entregarse plenamente a ese momento de reconciliación y pasión.
La incertidumbre se mezclaba con los sentimientos encontrados, y el deseo de creer chocaba con la cicatriz del dolor que aún no había sanado por completo.
Sin embargo, en contra de lo esperado, Taeyong decidió concederle una oportunidad a su relación. Con determinación, pasó una mano por los hombros de Jaehyun, intensificando el beso como señal de reciprocidad, un mensaje claro de que también ansiaba ese contacto y que, a pesar de todo, lo quería.
El beso entre ambos se transformó rápidamente en uno cargado de deseo y pasión. No era sorpresa, Jaehyun había anhelado durante mucho tiempo volver a sentir a su esposo, mientras que Taeyong, a pesar de su resistencia habitual, sabía que también ansiaba estar en los brazos del hombre frente a él.
Jaehyun se aventuró, deslizando sus manos por la estrecha cintura de su esposo, acariciando su cuerpo a través de las capas de seda que separaban sus pieles. A pesar de la barrera de la ropa, cada roce avivaba la llama del deseo entre ellos, incrementando la intensidad del momento.
Deseoso de llevar las cosas más allá, Jaehyun tomó la iniciativa y, sin romper el beso que los mantenía unidos, dirigió a Taeyong hacia la cama que se encontraba a escasos pasos de distancia. El impulso de ambos los llevó a un territorio íntimo y lleno de anticipación, donde el deseo compartido los guiaba hacia un nuevo capítulo en su historia juntos.
Taeyong, sin vacilar, se dejó conducir por Jaehyun hacia la cama, inmerso en el torbellino de emociones y entregado a un beso apasionado con su el castaño. ¿Lo quería? La respuesta resonaba en su interior con claridad: sí, lo deseaba con todo su ser.
El traslado hacia la cama desencadenó una serie de sensaciones vertiginosas. Jaehyun, con la delicadeza que le caracterizaba al tratar a su esposo, lo acomodó sobre las sábanas limpias, situándose encima de él, sin tener la más mínima intención de dejar escapar esos labios que tanto anhelaba.
Era su oportunidad, un momento esperado y ansiado, lleno de posibilidades y deseos que habían sido reprimidos durante demasiado tiempo.
La atmósfera se impregnaba con la electricidad del deseo compartido, y cada roce, cada contacto, resonaba con una intensidad inédita entre ambos. Jaehyun, con la determinación de quien ansiaba una conexión profunda y genuina, se entregaba a ese momento como si fuera la culminación de un largo y ardiente deseo contenido.
Taeyong, por su parte, se encontraba inmerso en una mezcla de emociones abrumadoras: deseo, nostalgia, incertidumbre y un anhelo intenso, todo entrelazado en el crisol de sus sentimientos encontrados. A pesar de la complicada situación del pasado, su conexión con Jaehyun se revelaba como un imán, atrayéndolo hacia ese momento íntimo y lleno de significado que compartían en ese instante.
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L'usurpateur
FantasyJaehyun, el dueño de la cadena de hospitales más importante de Estados Unidos, cree que su vida es plenamente feliz al lado de su esposo y su hijo. Sin embargo, este sentimiento no es recíproco entre esta pareja, pues Taeyeon sólo ve a Jaehyun como...