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— ¿Cuánto quiere por su silencio? — cuestionó el rubio

— Una cuarta parte del dinero del préstamo, casi nada a comparación de la gran suma que te prestó el millonario señor Kim — sonrió convencido

— No te puedo dar esa cifra - aseguró - el dinero fue prestado para recuperar lo perdido por un robo del que yá debes de estar enterado

— No me importan las circunstancias, quiero mi dinero — la sonrisa más cínica aún seguía adornando sus labios y aquello le desagradaba al rubio — Me urge volver a Inglaterra

— Le ofresco 200 mil dólares, y es todo — sentenció Taeyong enfrentándolo con la mirada.

— Es una cifra muy pequeña, ¿no te parece?

— Tómalo o déjalo — ofreció el rubio con seguridad

— Seguramente el gran Jaehyun Jung estará furioso cuando se entere de la farsa que eres y eso no te conviene — amenazó tomando un sorbo de su café con total tranquilidad

— Bien, puedes decirle, porque si eso sucede no ganarás absolutamente nada — sonrió victoriosamente mientras el Japonés sólo sonrió para ocultar su molestia

— Muy listo de tu parte, Taeyong— dijo el japonés —Al parecer sigues conservando la gran inteligencia por la que te caracterizas

— No te debe sorprender

— Bien, que sea la cifra que estipulas

— Te daré la suma en persona mañana, junto a unos papeles que deberás firmar para mantener tu silencio en todo esto

Aquellas palabras le recordaron a Taeyeon, tan seguro y sumamente calculador.

Los dos eran inteligentes a su manera y Taeyong había descubierto ese lado de su hermano que nunca comprendió.

El mundo que rodeaba a su gemelo era bastante problemático y aquello parecía convertirlos en personas horribles.

— Perfecto, entonces mañana nos vemos. Un gusto volver a verte, Taeyong

Durante el almuerzo que tenían fuera de casa junto al pequeño Sungchan, Taeyong le preguntaba toda clase de detalles de su día y cómo iba el proceso del menor en la escuela.

El niño con toda la felicidad del mundo, le contaba sus experiencias en la escuela y como socializaba con más compañeros de su clase cada día.

Taeyong estaba enternecido por el pequeño castaño, y aún no podía descifrar el motivo por el que su hermano decidió odiarlo y despreciarlo.

Una vez que terminaron sus alimentos, procedieron a ir a casa mientras conversaban de los temas graciosos que a su pequeño sobrino se le ocurrían a cada momento.

Al entrar a la casa de los Jung, el ambiente se sintió tenso, pues toda la familia, excepto la señora Anne, se encontraba reunida en la sala de la casa y parecían haber callado una vez que la puerta fue abierta.

— ¡Hola, papá! — el pequeño castaño fue hasta Jaehyun y lo abrazó de las piernas para saludarlo como siempre hacía — ¡Hola, tíos! — exclamó sonriendo y saludando a todos con sus pequeñas manitos

— Sungchan, ven aquí, pequeño — el mayor lo alzó en sus brazos y le dió un pequeño beso en sus mejillas — ¿Cómo estuvo tu día?

— Muy bien, papá — respondió el niño con la misma sonrisa — Disfruto mucho las clases — afirmó

— Me alegro mucho — Jaehyun esbozó una sonrisa sincera mostrando sus característicos hoyuelos — Papá vendrá en un momento a tu habitación para seguir hablando, ¿Si?. Ahora necesito conversar con tu papi y tus tíos de cosas aburridas de adultos

 L'usurpateurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora