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A pesar de la tenue luz que aún había en la casa, Yoon pudo ver al chico llorando en silencio en las escaleras.

Cuando el rubio la volteó a ver sólo pudo dirigirle una sonrisa forzada junto a un asentimiento para nada convincente según la chica. Sin esperar más, Taeyong subió escaleras arriba para encontrar otro lugar para desahogarse sólo.

Siempre fue así, y ya estaba acostumbrado, él siempre lloraba sólo y se enfrentaba a sus problemas sólo, ya que sentía que nadie le permitiría dar su hombro y unas suaves caricias para calmar su dolor.

Nadie

...

La mañana siguiente, Taeyong amaneció con un horrible dolor de cabeza luego de desvelarse hasta quedarse sin lágrimas. Aún sentía un poco de incomodidad en su espalda luego de dormir en una habitación con unos cuantos muebles un tanto viejos que tenían en la casa.

Sacó su celular de uno de sus bolsillos y observó la hora aún con los ojos cerrandose del sueño.

6:15 AM

Suspiró y pasó una mano por sus dorados cabellos tratando de acomodarlos y luego de un gran esfuerzo logró levantarse para salir finalmente de aquel lugar.

Decidió entrar rápidamente a la alcoba en la que dormía plácidamente su esposo para sacar su ropa de trabajo con algunas toallas e implementos para ducharse en el lavabo del corredor de la tercera planta.

Tiempo después, salió y fue directamente hacia la habitación de Sungchan para llevárselo a comer a algún lugar fuera de esa casa, pues ahora habían dos problemas.

Yuta y los Jung.

— Papi ya casi estoy listo — sonrió el niño tratando de peinar su cabellera castaña con un poco de dificultad

— Deja que papi se encargue, Sungie — el rubio sujetó el peine y comenzó a pasarlo suavemente, mientras el niño se mantenía quiero y mirando la linda imagen de su papá cuidando de él

Una vez listo, salieron de la casa nuevamente avisando que desayunarían fuera sin dar más explicaciones. Amaba tanto estar sólo con Sungchan, escuchando sus historias o simplemente viéndolo comer.

Aquel niño era un ángel entre tantos demonios, un pequeño angelito que era la poca luz que Taeyong podía observar entre la oscuridad que sentía en ese momento.

Luego de dejar al pequeño niño, el rubio se dirigió a la sucursal del hospital que dirigía.

— Buenos días, señor — habló Sicheng haciendo una leve reverencia

— Buenos días, Sicheng

— Siento que lo primero que informe sean malas noticias, pero debo de hacerlo — el pelinegro tragó duro y aflojó un poco su corbata en señal de nerviosismo — La cadena de hospitales sufrió una perdida millonaria

Taeyong enmudeció mientras procesaba bien aquella noticia trágica para la familia Jung, quienes probablemente aún no estén enterados de la problemática que enfrentarán.

— ¿De cuánto hablamos? — mencionó secamente reteniendo sus ganas de llenar de preguntas a su secretario

— 10 mil millones

...

— Mierda — Jaehyun tiró los documentos al suelo con la mirada aterrorizada de sus subordinados — ¿Cómo demonios dejaron que pasara esto? ¡Son unos malditos 10 mil millones dólares!

Por la puerta principal entro Jongin con una mirada sería en la cara evidentemente rosa de Jaehyun por la rabia que en ese momento estaba sintiendo.

— Salgan — ordenó el morocho a las personas que estaban ahí y ellos inmediatamente obedecieron

— 10 mil millones — bramó enojado, fue a su escritorio y tomó el vaso de agua rápidamente

— A cualquier momento vas a atorarte, imbécil. Reune a todos para poder solucionar esta mierda de una vez

Unas horas después, llegaron algunos abogados y administradores de los hospitales para discutir el vaciado en la cuenta general de los hospitales.

Entre estas personas importantes, llegó Yerin ya que ella también estaba metida a medias en el negocio familiar por órdenes de su madre.

— Kim — mencionó uno de los administradores observando algunos papeles que tenía en manos — Al parecer, ha movido cantidades de dinero para exportar equipos nuevos a pedido de su esposo para las instalaciones de su esposo.

Jaehyun hizo unos puños con sus manos al recibir la tan inesperada información, mientras algunos de los presentes murmuraban algunas cosas que apenas podían ser entendidas por el castaño.

— ¡Silencio! — ordenó Jongin

Cuando la habitación se llenó de un silencio sepulcral, la puerta fue tocada levemente interrumpiendo la reunión y unas cuantas miradas se posaron sobre la gran puerta de madera oscura.

Inmediatamente Jongin fue a abrir la puerta, para encontrarse con la imagen del rubio del que gran parte de los presentes hablaron hace tan sólo unos instantes.

— Buenos días, siento llegar tarde

Jongin miró mal al chico y lo dejó pasar pues él también era parte de la toma de decisiones importantes de la empresa por ser administrador total de una de sus sucursales.

El recién llegado sonrió con incomodidad a los presentes y eligió un asiento lejano al lugar en donde se encontraba Jaehyun.

— Señor Jung — mencionó uno de los administradores — ¿Ordenó usted una gama de equipos nuevos para la sucursal del que está a cargo?

Taeyong le dirigió una mirada confundida, mientras los presentes no quitaban sus ojos de él, especialmente Jongin y Jaehyun.

— No, cuando se me sugirió la idea la rechacé por completo. Me parece absurdo elevar los precios a los pacientes

El administrador cerró el portafolio que tenía en manos y se lo entregó a los que estaban a su alredor para pasarle el objeto al rubio.

— Ese portafolio — continuó el señor de avanzada edad acomodando sus lentes — ¿Puede observar el contrato que se encuentra dentro?

Taeyong asintió apenas empezando a leer el documento que tenía en manos.

— Si usted no tiene nada que ver con Kim, por qué su firma aparece en ese documento — preguntó dejando al rubio totalmente atónito

Tal como mencionó el administrador, aquel documento contenía la firma de su gemelo, junto a la de un tal Joon Gi Kim.

Las palabras quedaron estancadas en su garganta, cerró el portafolio y dirigió su mirada a Jaehyun, quién parecía disgustado y enojado mientras lo veía sin parpadear.

 L'usurpateurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora