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Jaehyun se entregaba con pasión al beso ardiente del rubio que tenía frente a él. Ansiaba desesperadamente el afecto de su "esposo", casi convencido de que si aquello no era un sueño, debía aprovechar cada segundo antes de despertar de esa dicha.

Sus labios viajaron desde los pomposos labios de Taeyong hasta sus clavículas, mientras se dejaba envolver por el inconfundible y embriagador aroma de su amado. El perfume caro de Taeyong siempre le había cautivado, era un aroma exquisito que lo atraía aún más hacia su "esposo".

Por su parte, Taeyong se deleitaba con el toque apasionado de Jaehyun. Disfrutaba sintiendo los delicados cabellos sedosos del alto acariciar su piel, sumergiéndose en la sensación reconfortante de su cercanía. Cada caricia reafirmaba el vínculo íntimo que compartían, haciendo que cada instante juntos se tornara más precioso y profundo.

A medida que el tiempo pasaba, los minutos se desvanecían entre besos apasionados y caricias que habían despojado a ambos de algunas prendas. Sin embargo, en medio de esa intimidad, Taeyong fue invadido por el recuerdo de las palabras de su hermano, como si su mente disfrutara destrozar esos preciosos momentos, como si su gemelo controlara su mente para irrumpir en los instantes más precisos.

"Jaehyun es guapo. No es difícil que caigas rendido en sus brazos. Pero no es tuyo, es mío. Y recuerda bien esto, aunque tú vayas a usurpar mi lugar. Jaehyun es mío. ¡MÍO!" Las palabras de Taeyeon resonaban una y otra vez en la mente de Taeyong como un eco insistente y perturbador.

En medio de la pasión y la cercanía con Jaehyun, aquel recuerdo marcó un quiebre en su disfrute. Las caricias y el tacto amoroso del castaño parecieron perder su encanto cuando esa advertencia resonó una vez más en su mente. Taeyong, de repente, se vio atrapado en un torbellino de pensamientos confusos y perturbadores.

Un nudo se formó en el estómago de Taeyong, una sensación abrumadora de confusión y desesperación. Como si una bruma oscura se hubiera posado de repento, Taeyong se encontró sumergido en un abismo de dudas y temores.

Entonces, en medio de ese vendaval de emociones, la verdad se reveló a Taeyong de manera abrupta, como un relámpago en la oscuridad. Las palabras de su gemelo cobraron sentido dolorosamente claro.

Él no era el esposo de Jaehyun, solo era un intruso, un usurpador de un lugar que no le pertenecía.

La cruel realidad se hizo presente ante él, y en un instante de claridad dolorosa, Taeyong se vio a sí mismo como lo que temía ser: un mero intruso en el corazón de Jaehyun.

El rubio se separó abruptamente del cálido contacto de Jaehyun, dejando al castaño desconcertado ante la súbita agitación de su "esposo". En sus ojos se reflejaba una angustia profunda, una tormenta emocional que, desde la percepción de Jaehyun, había surgido de la nada, confundiéndolo por completo.

- Esto no puede ser... - murmuró Taeyong, su voz aún vibrando por el acalorado momento compartido con Jaehyun. Sus palabras parecían luchar por salir entre la agitación de sus emociones.

A punto de desmoronarse, Taeyong se encontraba al borde de las lágrimas. Las palabras de su hermano continuaban resonando incesantemente en su mente, torturándolo con el peso de su moral y sus propios límites. Haber estado al borde de la intimidad con el esposo de su hermano era un terreno prohibido que su conciencia no le permitía cruzar.

- Por favor, vete. Esto no puede ocurrir - suplicó Taeyong con una mezcla de desesperación y determinación, buscando desesperadamente preservar los límites morales y emocionales que ahora se tambaleaban peligrosamente.

Jaehyun, también afectado por la agitación, intentó acercarse al lado de la cama donde el rubio permanecía sentado, observándolo con una mezcla de preocupación y confusión por el cambio repentino en su comportamiento.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2024 ⏰

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