Narra Roberta.
Me desperte por el sonido del despertador, lo apage antes de que me despertara y lo lanzara por la ventana.Estaba tan cansada, ayer mi mejor amiga Mia me arrastró, casi literalmente, a una fiesta, no era nada de otro mundo, es lo que generalmente haciamos los fines de semana.
Yo iba a su casa, fingiamos ser niñas buenas frente a su madre, o mas bien ella fingia, haciendo cosas como pintarnos las uñas, ver peliculas hasta tarde y ese tipo de cosas a las que ella llamaba anticuadas, en lo que no estaba de acuerdo, a mi me encantaba eso.
Luego los domingos le deciamos que ibamos a la casa de nuestra otra amiga Lupita, por cierto que vivia sola y haciamos, o mejor dicho ellas hacian una fiesta.
Claro si se le puede llamar así a invitar a cerca se quinientas personas y emborracharse hasta olvidar todo.
¿Y que era lo que yo hacía? Mantener el control,ya saben vigilar que no vomiten en el piso,que suban a las habitaciones a tener sexo y que no se aprovechen de mis amigas.
Y a pesar de que llevaba cinco años conociéndolas y dos años haciendo eso,aún no lograba acostumbrarme, yo era más el tipo de chica que prefería ver películas,comer helado en casa y leer un buen libro,pero no era una nerd,solo alguien normal.
Digamos que el sábado hacíamos lo que yo quería y los domingos lo que a ellas les gusta.
Pero no me quejaba,son mis amigas de todas formas.
Bueno a pesar de mi largo fin de semana, me levanté de mi cama abandonando su comodidad y me estiré haciendo que algunos de mis huesos tronaran.
Me metí a la ducha,obviamente no iba a ir a la escuela apestando a cerveza, cigarro y vomito,y lo que lo hacía más asqueroso era que ni siquiera era mío.
Luego de unos diez minutos,salí de ahí con dos toallas,una de ellas enrollada en mi cuerpo y la otra en mi cabello.
Cepillé mi cabello y lo dejé suelto,para después tomar mi bolso color cafe con mis libros de hoy y bajé las escaleras yendo al comedor donde estaba mi madre haciendo el desayuno.
Emilia: Buenos días cariño - Dijo mi madre de espaldas cocinando algo.
Roberta: Oh,no te preocupes mamá,se me hace tarde,comeré en la escuela - Eran las 7:34 y entraba a las ocho en punto y yo no era de las que llegaban tarde,de hecho nunca en mi vida me había saltado una clase.
Emilia: De acuerdo,cuídate - Depositó un beso en mi frente.
Roberta: Te veo más tarde - Salí por la puerta tallando mi frente,borrando todo rastro de lápiz labial de mi madre.
Faltaban quince minutos para que timbraran cuando yo ya estaba aparcando mi auto cuidadosamente en el estacionamiento de la escuela.
Mi auto era una de las pocas cosas en las que había trabajado para comprarlas,bueno no es como si lo necesitara cuando mi padre es dueño de una compañía y mi madre una de las más reconocidas psicólogas de la ciudad,estaba feliz por ellos pero aveces llegaba a no ver a mi papá en todo el día y a mi madre sólo por las mañanas.
En fin mi auto, un bonito Volkswagen blanco, lo conseguí con el dinero de cuando trabajaba en Starbucks, me costó alrededor de un año juntar para comprarlo,lo amo tanto.
Me dirigí a mi primera clase y me senté en una de las bancas dobles de al frente,mientras leía mis apuntes,la clase era biología y digamos que nos soy tan buena.
Estaba a la mitad de mi lectura cuando llega Mia dando fuertes pasos hasta llegar y derrumbarse en la silla de al lado.
Mia: Agh,te odio - Dijo mientras me fulminaba con la mirada.
Roberta: ¿Que hice? - No entendía que le pasaba,pero si las miradas mataran yo ya estaría a siete metros bajo el suelo.
Mia: Y todavía tienes el descaro de preguntar - Bufó y volteo la cabeza agresivamente hacia el frente.
Roberta: Enserio,no tengo ni la menor idea - Mi voz se fue apagando,cuando recordé que ayer por la noche,cuando se suponía que me tenía que quedar hasta que ningún alma quedara,me fui dos horas después de haber empezado la fiesta.
Mia: Oh,entonces ya recordaste - Me dio una rápida,pero aún fulminante mirada,para después seguir mirando un punto fijo.
Roberta: Lo lamento enserio,pero en mi defensa ¡Me sentía horrible! ¿Como se supone que las cuidaría, cuando ni yo podía mantenerme en pie? - En cierto modo era verdad, estaba demasiado cansada,tanto como para no poder mantener más los ojos abiertos.
Aunque hasta yo sabía que no debí haberlo hecho,ahora me contará que despertó en la cama de Lupita con un desconocido y desnuda.
Mia: En realidad no pasó nada, pero no por eso debiste irte - Esperen,retrocedan y pausa.
¿No pasó nada? Tal vez mientras iba camino a mi casa entré en un portal a otra dimensión,en donde los adolescentes se comportaban y no abusaban de chicas ebrias.
No eso estúpido hasta para mi ... aún así me pellizqué para estar segura.
Roberta: De acuerdo - Dije todavía extrañada,pero aún así seguí con mi lectura,mientras veía por el rabillo del ojo a Mia jugar con su cabello, enrollándolo en un dedo y después soltándolo,haciendo que se formaran pequeñas ondas.
Wow,realmente envidiaba su cabello.
Era rubio,lacio,largo y hermoso,algo que rara vez se veía naturalmente en las chicas de Londres, no como el mío, que era pelirrojo,se le formaban pequeñas ondas en las puntas y me llegaba un poco más arriba de la cintura.No me quejaba pero bueno.
Profe: Buenos días clase - El profesor entró por la puerta y comenzó a dar su clase.
Quince minutos después entró un chico así como si nada y se sentó en la banca detrás de mi.
Literalmente,todos lo estábamos mirando atónitos,inclusive el profesor,creo que eso lo molestó porque puso los ojos en blanco.
- ¿Que mie*da me ven todos? -Dijo,con la voz ligeramente alzada y un tono enojado.
Profe: Disculpe usted señor,pero no puede entrar así y luego hacerse el ofendido ¡Largo de mi clase! - Contestó con voz sarcástica el profesor,que enseguida cambió por una enojada.
- No me puede sacar,tengo justificante - Sonrió triunfante,con la mano en alto sosteniendo el pequeño papel.
Profe: Espero que tenga también un justificante por irrespetuoso - Se dio la vuelta rindiendose y siguió con la clase.
Aún faltaban 20 minutos para que la condenada clase terminara y el "nuevo" me estaba exasperando,lo único que hacía era jugar con mi cabello,lo jalaba y susurraba con vocecitas,tomando dos mechones, imaginando que eran muñecos,o eso espero que esté haciendo.
Roberta: ¡Deja mi maldito cabello en paz! - Susurré grité cuando el profesor no estaba prestando atención.
- A mi me gusta - Dijo con esa burlona sonrisa de lado.
Roberta: No te dije eso,solo déjame en paz - Seguí susurrando esta vez mas calmada,
- Disculpa mis modales , soy Diego, Diego Bustamante - Ignoró completamente lo que dije.
Parece ser que será un dolor de trasero,un nuevo dolor de trasero.