Beethoven (Adrichloe)

Capitulo 20

''Claro que también puedo ser un monstruo, pero contigo, contigo, siempre me gana el amor"

No sé como definiría nuestra relación en este preciso momento. Probablemente en redes sociales sería algo como ''Es complicado'' pero en la vida real, donde tienes que mirarte las caras frente a frente con todo el que te pregunte suena algo como ''somos amigos'' Sí, somos amigos. Nada ha cambiado desde que me presenté en su casa.

Lo que ha cambiado un poco es su temperamento. Un poco. Al menos ya no discutíamos salvo para tener el control remoto en nuestras manos para cambiar de canal. Además puedo dar por hecho que su muestra de afecto no es la misma. No me abraza. No me besa la mejilla. No me toma la mano. No me invita a dormir en su casa. En cambio solo me da una palmadita en el hombro o en la espalda.

Y cuando hablábamos, Adrien solo me habla de música, fiestas y amigos. No me preguntaba como me encuentro emocionalmente. Es como ''¿Cómo estás?'' Espera a por mí respuesta y dice ''Que bueno'' dependiendo si es una respuesta positiva. En cambio si le digo que me siento pésimo me ofrece un té de almendras. No entiende que cuando le digo que me siento fatal es porque necesito su brazo o de su suave voz consolándome como solía hacerlo antes.

Yo solo pensé que con lo que nos dijimos aquel día todo iba a cambiar. Seríamos esas típicas parejas que se van a vivir juntos luego de los primeros meses o que van al cine a ver los estrenos. En cambio solo lo veo hablarme de que tendrá que viajar a Italia por una presentación en una de las universidades de aquel país y quiere que lo acompañe porque según él soy su mejor amiga.

He llegado a pensar que solo fui un capricho. Cuando me abrí hacia él diciéndole que quería intentarlo no solo lo espanté sino que arruiné nuestra relación. Pero tenía tantas preguntas. Él dijo:''No es así de fácil llegar y ofrecerme tu corazón cuando yo lo he estado esperando por mucho más tiempo que tú esperando el mío'' ¿A qué se refería? Está claro que él estuvo más tiempo intentando que pasara algo entre nosotros algo que empezó como un juego y terminó siendo real. Es que Adrien se contradecía completamente. Me decía que había estado esperando por mí bastante. También decía que me quería. Pero ¿luego? Luego decía que no lo entendería si me lo explicara.

Aquel día estaba en la sala viendo un programa de cocina. Uno que tenía esos típicos nombres de ''Cocinando con Tania'' o ''Cocina fácil con inserte nombre de repostero'' No era lo que yo deseaba ver pero al menos entretenía más que la película sobre científicos locos del otro canal. En ese momento sentí un mal presentimiento. Fue aquel perfume que provenía de su habitación, su risa del otro lado probablemente hablando con alguien por teléfono y al llegar frente a mí vestido con pantalones de tela, una camisa gris con los dos primero botones desabotonados.

Los ojos se me ampliaron de sorpresa y lo quedé mirando un par de segundos antes de siquiera abrir la boca.

-Tengo una cita-Me había dicho orgulloso sin embargo no pasó desapercibido el hecho de que no era capaz de mirarme a los ojos.

Aquella frase no había parecido nada del otro mundo si no fuera por como andaba vestido.

-¿Con el doctor?

Me puso los ojos en blanco y sonrió. Me mostró una sonrisa cálida. Esa sonrisa que hace que me de un vuelco en el estómago. Esa sonrisa que hace que mi corazón bombee con fuerza y velocidad. Esa sonrisa que hace que quiera hundir mis dedos en sus hoyuelos. Esa sonrisa que era mi mundo.

-Una cita-Se encogió de hombros arremangándose las mangas hasta debajo de los codos-Esas de flores, chocolates y mierdas de películas.

-¿Y quién es la afortunada?-Le pregunté luego de minutos tratando de comprender que no era una broma.