8. Meli

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-¿Meli?
-¡Si Temo, soy yo!- dijo la chica emocionada y lo abrazó.

La última vez que ambos se vieron fue cuando apenas eran unos niños, Temo ya no había hablado de ella hasta el día que le contó a Ari que su primer beso fue con ella

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La última vez que ambos se vieron fue cuando apenas eran unos niños, Temo ya no había hablado de ella hasta el día que le contó a Ari que su primer beso fue con ella.

-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó Temo-. Hace años que no sabía nada de ti.

Meli no quería soltarle la bomba de que ya sabía lo de su familia, así que su plan era hacerlo recordar viejos tiempos y en especial esa promesa que le juró.

-Regresé a Toluca para visitar a mi tía, pero por ahí supe que te habías mudado aquí a Oaxaca con tu papá y tus hermanitos. Lamento mucho lo que pasó con Rebeca.
-Si, fue triste lo que sucedió- dijo Temo-. Pero mi Papancho volvió a casarse y su nueva esposa es una mujer maravillosa.

Temo y Meli platicaban de su pasado, pero también de los grandes cambios que sucedieron en los últimos años. Sin que se dieran cuenta, Anya y Nidia estaban asomadas por la puerta del aérea de elaboración escuchando la conversación.

-Parece que es una amiga de papá- dijo Anya susurrando.
-Pues no creo que venga con buenas intenciones- dijo Nidia al ver la manera en que Meli miraba a Temo.
-Es cierto, esto no me da buena espina.

Temo sentía la presencia de ellas y al voltear rápidamente se escondieron. Meli se puso un poco seria ya que quería que Temo la siguiera mirando.

-Estoy tan feliz de haberte encontrado, Temo- dijo Meli sonriendo-. ¿Y sabes qué significa?
-Claro, que volveremos a ser los mejores amigos que fuimos de niños- dijo Temo sonando muy obvio.
-Claro que no tontito. Significa que vamos a cumplir esa promesa que juramos, ¡ya somos adultos y nos vamos a casar!

El rostro de Temo se volvió serio al escuchar eso, Meli había sido una persona que estuvo para él durante los momentos duros en su infancia. Ahora que se volvieron a ver no sabía cómo contarle sobre su orientación y su familia.

-Entonces, ¿cuándo nos casamos, Temito?- preguntó Meli esperando ansiosa la respuesta.
-Meli, hay algo que debes saber- dijo Temo pero en ese momento lloraron las bebés y sus hermanas mayores las llevaron con él-. ¿Qué pasó mis niñas?
-Se asustaron- dijeron Anya y Nidia.
-Ay Temo, sin duda Pancho romperá el récord de la familia más grande del mundo porque ellas deben ser tus hermanitas ¿verdad?
-No Meli, ellas son...
-Soy Meli, niñas. Pero ya pronto seré su cuñada porque Temo y yo nos vamos a casar.
-Niñas, llevense a sus hermanitas y denle sus biberones para que se tranquilicen.
-Si papá.

Ambas se fueron con las bebés nuevamente, la sonrisa de Meli se borró cuando las escuchó llamar papá a Temo.

-Meli, esas dulces niñas que acabas de conocer son mis hijas y ya estoy casado- dijo Temo mostrando su argolla de matrimonio.
-No Temo, se supone que tú te ibas a casar conmigo y me lo prometiste- dijo Meli llorando-. Por eso vine a Oaxaca, vine para buscarte y cumplir esa promesa. No me puedes hacer esto.
-Perdón Meli, pero luego de la muerte de Rebeca sucedieron muchas cosas y una de ellas fue que descubrí quién soy realmente. Meli... Soy gay y estoy casado con un hombre.

El llanto de Meli se esfumó para convertirse en furia, no podía creer lo que había escuchado y ella no quería perder su amor a Temo.

-No Temo, eso no es verdad- dijo Meli-. Seguramente estás confundido, pero en este tiempo podemos volver a retomar el tiempo perdido, así te darás cuenta que ellos no son nada tuyo para que finalmente tú y yo nos podamos casar.
-Perdón Meli, pero yo hice mi vida con alguien que amo y no puedo cambiar nada. Pero si podemos seguir siendo los mejores amigos que fuimos de niños.
-¡No Temo, tú no puedes dejarme así! Haré todo lo que sea necesario para que te vuelvas a enamorar de mí y así nos vamos a casar.

Meli salió furiosa de la pastelería dejando perplejo a Temo, no supo cómo reaccionar ante eso. Sintió unos brazos rodeando su cuerpo y se sintió más tranquilo al ver que eran sus hijas.

-¿Todo bien, papá?- preguntaron.
-Si mis niñas, ustedes no se preocupen- dijo Temo.

Esto apenas comenzaba.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora