2. Plan para Aristemo

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Anya y Nidia llegaban de la escuela, la casa se encontraba en absoluto silencio y eso era raro para ellas. Fueron a asomarse al cuarto de sus papás y los encontraron dormidos junto a las bebés, Ari no había ido a trabajar porque le había tocado descansar.

Las únicas despiertas eran Laurita y Rebequita así que sus hermanas mayores las cargaron para llevarlas a su cuarto, las acostaron en sus camas.

-Ay hermanitas, se ve que no dejaron dormir a papás toda la noche- dijo Nidia.
-Pero no se preocupen hermanitas, los abuelos nos han platicado que cuando nuestros papás eran bebés tampoco los dejaban dormír- dijo Anya-. Oye Nidia, creo que nuestros papás ya se merecen un descanso.
-Sería una buena idea, pero ¿a qué hora? Con sus trabajos y cuidando a las bebés va a estar un poco difícil.
-Pero teniendo dos hermanas mayores no lo será.

Al saber que les encantaba cuidar a sus hermanitas tenían la idea de que sus papás iban a tener un merecido descanso luego de tantas desveladas.

-Ahora la pregunta es: ¿qué vamos a hacerles para que se relajen?- mencionó Anya.
-¡Tengo una idea!- dijo Nidia-. En lugar de que salgan a algún lugar, su momento de relajación puede ser aquí en casa.
-Suena genial y eso me da muchas ideas.

Ambas comenzaron a planear la sorpresa para sus papás, en un momento las dos bebés comenzaron a llorar y sus hermanas les dieron su biberón. Sonreían al ver lo pequeñitas y hermosas que eran.

Ari comenzó a despertar, se fijó en la hora y se dió cuenta que habían dormido mucho rato. Sonrió al ver a Temo dormido sobre su pecho, le dió un beso en la frente y el castaño despertó.

-Hola Tahi- lo saludó Ari sonriendo.
-Hola amor- dijo Temo y se estiró un poco para darle un beso.
-¿Descansaste?
-Poco rato pero fue lo suficiente. Oye, ¿dónde están Laurita y Rebequita?
-Ya sabes que están con sus hermanas. Vamos a verlas.
-Si, pero dame otro besito.

Ari sonrió más ante esa petición y le dió unos pequeños piquitos a su esposo para finalmente levantarse.

Abrazados fueron al cuarto de sus hijas, sonrieron al verlas dándoles biberón a sus hermanitas. Aún recordaban la primera vez que sus hijas cargaron a las bebés y ese momento seguía sintiéndose como la primera vez.

-Hola papis- los saludaron al verlos.
-Hola hijas- devolvieron el saludo y se sentaron en las camas cargando a las bebés-. ¿Qué estaban haciendo?
-Nada, solo platicábamos y cuidabamos de estas hermosas niñas. ¿Ustedes durmieron bien?
-Poco, pero dormirmos un poco más de las horas en las que nos despiertan las bebés- dijo Temo-. Nos hacía falta una siesta.

Anya y Nidia sonrieron con complicidad por la sorpresa que estaban planeando para sus papás, solo faltaba organizar todo todo y sorprenderlos.

En la noche todos estaban en la sala viendo películas, Ari y Temo estaban sentados en medio del sillón con las bebés en sus brazos, Anya y Nidia estaban a los costados.

-Son lindos estos momentos en familia- dijeron las niñas.
-La verdad si, mis niñas- dijo Temo recargando su cabeza en el hombro de Ari-. Amo estos momentos junto a mis hijas y mi guapo esposo.
-Mientras sigan pasando estos momentos y nunca me separen de ustedes mi felicidad estará completa- dijo Ari dándole un beso en la frente a su esposo.
-Cursis.
-Ya no las voy a dejar juntarse con su tío Diego, ratoncitas.

Estuvieron por un largo rato viendo películas, Ari se movió un poco y al bajar su mirada vio que sus cuatro hijas ya estaban profundamente dormidas. Se inclinó un poco para darle un beso a Temo.

-Que hermosas hijas tenemos- le dijo.
-Lo sé, amor- dijo Temo sonriendo-. No sé qué sería de mi vida sin ellas.
-Yo siempre voy a estar para protegerlos y nada ni nadie nos va a separar.

Fueron a acostar a sus hijas y besaron sus frentes prometiendoles que siempre las protegerían de cualquier peligro.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora