32. Renovación de votos

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Últimos capítulos...

Pasaron varias semanas, Anya y Nidia iban a terapias psicológicas con Tavo, poco a poco la pesadilla se iba olvidando y la alegría regresaba.

Hoy era el día de la renovación de votos de los Aristemo, sería algo pequeño por lo que invitaron solo a la familia y sus únicos amigos. La pareja se encontraba en su habitación, ya estaban arreglados.

-Te ves muy guapo- dijo Ari mirando con amor a su esposo.
-Tú también te ves muy guapo- dijo Temo sonriendo-. Estoy feliz de volver a casarme contigo, pero ahora siendo papás de cuatro niñas.
-Lo sé, ya no puedo pedir más porque ya lo tengo todo.

Ambos seguían enamorados como la primera vez y esta vez nadie se encargaría de arruinar su felicidad. Estaban por besarse cuando...

-¡Chiflando y aplaudiendo!- gritaron Anya y Nidia asustando a sus papás.
-¡Ay Panchitas!- dijo Temo riendo.
-No pueden besarse hasta que el juez los declare nuevamente esposos- dijo Nidia-. Por cierto, se ven muy guapos.
-Gracias ratoncitas- dijo Ari sonriendo-. Ustedes también se ven hermosas.

Anya y Nidia

Laurita y Rebequita

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Laurita y Rebequita

-Estamos felices de poder acompañarlos en este momento- dijo Anya-

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-Estamos felices de poder acompañarlos en este momento- dijo Anya-. No estuvimos presentes en su primer boda, pero en esta si.
-Si mi amor, ustedes siempre serán parte de los momentos importantes en nuestras vidas.

Ari y Temo cargaron a las bebés para poder abrazar a sus hijas mayores, todos los lindos momentos volvían a vivirse.

En el lugar donde sería el evento ya se encontraban todos, recordaban el día de la gran boda de los Aristemo y se sentían felices de que volvería a unir sus vidas.

-¡Ya llegaron los novios!- anunciaron Lupita y Frida.

Anya y Nidia entraron con sus hermanitas para acomodarse en una de las filas de adelante, cuando la pareja entró todos aplaudieron hasta que llegaron a la mesa donde estaba el juez m.

-Estamos aquí reunidos para llevar a cabo la renovación de votos de Aristóteles Corcega y Cuauhtémoc López- dijo el juez.

Empezó la ceremonia, Anya y Nidia pasaron para entregar los anillos, sus perros llevaban los cojines donde los colocaron. Ambos los tomaron.

-Una vez más quiero renovar la promesa de amor que te hice cuando nos casamos- dijo Ari colocándole el anillo a Temo-. Yo, Aristóteles Corcega, te prometo serte fiel hasta en pensamiento porque el amor que siento por ti no permite que exista nadie más para mí. Prometo ser el que te levante cuando caigas, el que te consuele cuando llores y el que te acompañe en tu soledad ahora y siempre.
-En este día tan maravilloso vuelvo a elegirte como mi esposo- dijo Temo colocándole el otro anillo a su esposo-. Desde el día que nos casamos he sido el hombre más feliz del mundo y en todos estos años juntos he disfrutado de lo hermoso que es abrir mis ojos y tenerte a mi lado. En agradecimiento a todo lo que has hecho por mí te hago la promesa de permanecer contigo en todo momento.

Los ojos de ambos ya derramaban algunas lágrimas, Anya y Nidia abrazaron a sus padres para después regresar a sus lugares. Ari besó la mano de su esposo.

-Aristóteles Corcega, ¿aceptas a Cuauhtémoc López como tu esposo, seguirlo amando y respetarlo por el resto de tus días, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?- continúo el juez.
-Acepto- dijo Ari sonriendo.
-Cuauhtémoc López, ¿aceptas a Aristóteles Corcega como tú esposo, seguirlo amando y respetarlo por el resto de tus días, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
-Acepto porque sé que ni la muerte nos separará- dijo Temo sonriendo.
-Si no hay inconveniente alguno, ante la ley los vuelvo a declarar esposos.

Ari y Temo se besaron con mucho amor al volver a unir sus vidas, todos aplaudían. Anya y Nidia estaban muy felices de que sus papás volvieron a ser felices.

-Te amo mi amor- dijo Temo.
-Y yo a ti mi amor, te amo hasta el infinito- dijo Ari.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora