14. ¿Dónde están?

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Temo atendía a sus clientes como de costumbre, pero en ratos miraba hacia la puerta ya que ya había pasado un rato de que los jóvenes salieron de la secundaria y sus hijas aún no llegaban.

-Hola Temo- lo saludó Polita.
-Hola suegrita- devolvió el saludo.
-¿Y mis niñas?
-Las bebés tomando su siesta y mis otras niñas se supone que ya deberían estar aquí, la escuela no está tan lejos.
-Bueno, son unas adolescentes y seguramente se quedaron platicando con sus amigas.
-Si ¿verdad? Bueno, ¿en qué te puedo ayudar, suegrita?
-Vine por unos pastelitos porque Arqui quiere llevarle a una compañerita.
-Ay, ya le está llegando el amor a mi cuñadito.

Temo guardó seis cupcakes en una cajita y se los entregó a Polita. Luego de que la mujer se fuera, Temo tomó la decisión de llamarles a sus hijas pero no respondían las llamadas ni los mensajes.

-Ay niñas, solo espero que estén en la casa- decía y volvió a su trabajo.

Pasaron las horas, Temo regresó a su casa junto con las bebés y las acostó en su cuna. Iba a irse a su habitación pero primero fue a asomarse al cuarto de sus hijas, se dió cuenta que no estaban. Volvió a llamarlas pero seguían sin responder, no tuvo opción que llamar a sus amigas.

Llamada
-¿Hola?- contestaron al otro lado de la línea.
-Hola Naomi, soy Temo, el papá de Anya y Nidia- dijo Temo.
-Hola señor Temo, ¿todo bien?
-Mas o menos. ¿Anya y Nidia no fueron a tu casa?
-No, en la salida las vimos irse. Dijeron que irían a la pastelería.
-Bueno, gracias Naomi.
Fin de la llamada

Temo comenzaba a preocuparse, llamó a algunos Corcega, a los Oppas y a su familia, pero las niñas no estaban con ninguno de ellos. El último lugar en el que pensó que estarían sería con Ari.

Llamada
-Hola Tahi- contestó Ari.
-Ari, ¿las niñas están contigo?- preguntó Temo con angustia.
-No, creí que irían contigo a la pastelería.

El corazón de Temo comenzó a palpitar muy rápido, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y su respiración se agitaba. Ari al escucharlo comenzó a preocuparse.

-Tahi, ¿qué pasa?- preguntó preocupado-. ¿Está todo bien?
-Ay Tahi, Anya y Nidia no aparecen- dijo Temo entre lágrimas-. Por favor, ven a la casa.
-Ya salgo para allá.

Temo estaba demasiado preocupado, sus hijas no aparecían.

Ari llegaba a la casa, estacionó el auto en la cochera y entró, ahí estaban los padres de ambos. Temo al ver a su esposo corrió a abrazarlo sin dejar de llorar.

-¿Qué ocurre, Tahi?- preguntó Ari preocupado-. ¿Cómo que las niñas no aparecen?
-No Tahi, ya las llamé varias veces pero no contestan y sus amigas aseguran haberlas visto irse a la pastelería- dijo Temo sollozando y su esposo lo abrazó para tranquilizarlo.
-¿Llamaron a todas las amigas?- preguntó Susana-. Seguramente están con ellas.
-No Susy, ya las llamamos y no las vieron irse a otro lado.

Las horas continuaron pasando hasta que cayó la noche, los Aristemo no se movieron de la sala y sus padres ya se habían ido.

-Tahi, ve a dormir- dijo Ari-. Yo me quedo aquí por si las niñas llegan.
-¿Dónde están nuestras hijas?- se preguntaba Temo.

Rompió en llanto y abrazó a su esposo, este le daba muchos besitos en su frente pero también sentía el dolor de que sus hijas nos aparecían.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora