10. Algo está mal

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Temo se encontraba en el centro paseando junto a sus cuatro hijas, solo compraban unas cosas que les hacían falta para la pastelería.

-Que mal que papá no pudo venir- dijeron Anya y Nidia.
-Lo sé mis niñas, pero su papá tenía mucho trabajo- dijo Temo-. Pero ya saben que los fines de semana es cuando salimos los seis juntos.
-Papá, ¿podemos ir a esa tienda a comprar unas cosas?
-Claro, vayan con cuidado. Yo las espero en aquella banca con sus hermanitas.

Anya y Nidia se fueron a esa tienda mientras que Temo se sentó en una banca con las bebés. Les hacía cariñitos porque le encantaba ver sus tiernas sonrisas. Meli caminaba cerca y al ver a Temo con las bebés se sintió un poco molesta por lo de la vez pasada, pero decidió fingir que no había pasado nada.

-Hola Temo- lo saludó.
-Hola Meli- devolvió el saludo.
-Es una coincidencia que nos encontremos aquí ¿no?
-Si, que extraño que eso sucediera.

Meli comenzaba a molestarse ya que Temo no le prestaba mucha atención. Veía salir a Anya y Nidia de la tienda que entraron hace unos momentos, así que se le estaba ocurriendo un plan.

-¿Qué compraron, mis niñas?- preguntó Temo sonriendo.
-Encontramos estos accesorios para el cabello, ideales para la escuela- dijeron ellas.
-¿Y ellas quiénes son?- preguntó Meli.
-Ellas son mis hijas mayores Anya y Nidia. Niñas, ella es Meli, una antigua amiga.
-Eres un bromista Temito. No niñas, yo soy la novia de su papá y muy pronto seré su mamá porque nos vamos a casar.

Las niñas miraban a Meli con una cara rara mientras que Temo solo la miraba con enojo. La rubia solo sonreía.

-Niñas, vayan a comprar un helado- dijo Temo sin dejar de mirar a Meli-. Ahorita las alcanzo.
-Ay Temo, sin duda vamos a ser una hermosa familia, nosotros dos, nuestras cuatro hijas y los que vengan más adelante.
-¿Cómo se te ocurre meterles esa idea en la cabeza a mis hijas?
-Bueno Temo, ellas deben acostumbrarse a qué muy pronto seré su nueva mamá.

Temo se comenzaba a molestar, parecía que no le había quedado claro a Meli lo de la otra vez y lo que le había dicho a sus hijas lo molestó más.

-Que sea la última vez que dices eso- dijo Temo-. Mis hijas tienen a otro papá que las ama con su corazón y yo también lo amo.
-Pero tú habías dicho que solo me ibas a amar a mí toda tu vida- dijo Meli-. Mira, si nos damos la oportunidad de tener algunas citas te darás cuenta que sigues enamorado de mí como yo de ti.
-Lo siento Meli, ya tengo una familia y no la voy a cambiar.
-Temo...
-Me tengo que ir porque tengo muchas cosas por hacer.

Temo se alejó dejando a Meli sola, se comenzaba a cansar de esa actitud que ya no sabía qué más hacer. Sonrió al ver a sus hijas sentadas comiendo su helado, las abrazó y les dió un beso en sus frentes.

-¿Ya nos vamos a casa?- preguntaron.
-Si, mis niñas- dijo Temo-. ¿Qué les parece si esta noche preparamos pizza para la cena?
-¡Si! ¡Pizza!
-Pues vamos a casa para prepararlas antes de que llegue su papá.

Estar con sus hijas era un olvido el tema de Meli y con eso Temo era feliz.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora