9. Cita Aristemo

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Temo ya estaba arreglado para su cita con Ari, estaba sentado en la orilla de la cama pensando en el extraño reencuentro que tuvo con Meli, no pensaba que fuera a reaccionar de esa manera.

-Papá, papá Ari ya te está esperando- avisó Nidia.
-Ahora voy- dijo Temo y miró a su hija-. Mi niña, no le abran la puerta a nadie.
-Claro que no papá, ustedes váyanse tranquilos.

Temo salió de la habitación, una sonrisa apareció en su rostro al ver a Ari esperándolo en la sala con un ramo de flores y se acercó para darle un beso.

-Que detallista eres- dijo Temo sonriendo-. Y que guapo te ves.
-Gracias, tú también estás muy guapo- dijo Ari dándole otro beso-. ¿Nos vamos?
-Claro.

Cerraron bien la puerta y subieron al auto para irse al restaurante donde cenarían.

Ya estando en el restaurante ambos pidieron su comida, Temo aún estaba pensativo por el tema de Meli que ni siquiera podía concentrarse en disfrutar de su cita con Ari.

-Ari, ¿te puedo contar algo?- dijo Temo con un nudo en la garganta.
-Claro Tahi- dijo Ari mirándolo, pero su rostro se volvió de preocupación al ver a su esposo llorar-. Amor, ¿qué ocurre?
-¿Recuerdas que cuando tú y yo estábamos hablando de nuestro primer beso te conté que el mío había sido con una niña llamada Meli?
-Si lo recuerdo.
-Pues no te conté todo de ella. Meli había sido mi mejor amiga antes de Diego, ella siempre estuvo para mí durante los momentos difíciles de mi niñez y fue mi primer amor de infancia que le dije que cuando fuéramos grandes nos casaríamos. No lo pienses mal Tahi, yo...
-Tranquilo Tahi, te entiendo que fue algo de niños. Pero, ¿por qué de repente hablaste sobre ella?
-Lo que pasa es que después de tantos años la volví a ver, llegó a la pastelería pero luego de una plática comenzó a hacerme preguntas de cuándo nos casaríamos y yo le aclaré que ya hice mi vida contigo. No lo tomó bien porque se enojó mucho y siento que hará lo que sea para que me enamoré de ella.

Ari abrazó a Temo para tranquilizarlo, no le gustaba verlo así y para que la noche no terminara mal le recordó la promesa que le había jurado.

-Temo, recuerda que yo siempre voy a estar aquí para protegerte- dijo Ari-. Al menos le dejaste claro que estás casado conmigo y has formado una linda familia. Tú no te preocupes, verás que todo va a estar bien.

Ambos se besaron y Temo sonrió, su cena había llegado así que comenzaron a ingerir sus alimentos, el tema de Meli se olvidó y hablaban de otro tema. Disfrutaban su noche.

Al terminar de cenar decidieron caminar un rato por el parque, era una hermosa noche que llegaron a sentarse en su banca. No estaban solos porque aún había gente, pero solo se concentraban en ellos.

-¿Ya estás más tranquilo?- preguntó Ari.
-Si Tahi, tú siempre me haces sentir mejor- dijo Temo acurrucándose entre los brazos de Ari y miró la luna-. Que hermosa noche, fue perfecta para salir.
-Todas las noches contigo son perfectas.

Estuvieron un rato en su banca platicando de cualquier tema, recordando viejos momentos y dándose besitos. Hasta que decidieron irse a casa.

Llegaron, revisaron a sus hijas y sonrieron al verlas tranquilamente dormidas, les dieron un beso y se fueron a su habitación. Se estaban besando, Ari tenía sus manos en la cintura de Temo y los brazos de este estaban alrededor de su cuello.

-Te amo Ari- dijo Temo sin despegar sus labios de los de su esposo.
-También te amo- dijo Ari dándole pequeños besitos y sonriendo al separarse-. Mi niño.
-Mi guapo.
-Eres lo más bonito que me ha pasado.

Se sonrieron y después de unos cuantos besitos se fueron a dormir.

Familia Corcega López 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora