13: la guerra tiene consecuencias

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Alastor se reunió con el Lord a la hora marcada, estaba todo igual que recordaba, la colorida vidriera, las paredes lisas con decoración extravagante, etc.

Se sentó en una silla frente al escritorio y esperó con paciencia por el Lord, pensando en qué haría, obviamente no se conformaría con ser un sirviente de ese demonio por toda la eternidad. Llevaba un tiempo planeando como ganarse su favor y pensaba que ya había encontrado la forma adecuada.

Perdido en sus cabilaciones, casi no se enteró de que el Lord entraba por la puerta del despacho.

-Me alegra que vinieras- dijo el ave con un deje malicioso en su voz.

-¿Tenía la opción de no hacerlo?-

-Siempre hay opción-

El mayor se sentó frente a Alastor con unos movimientos sencillos y elegantes que impresionarían a cualquiera, incluso el de ojos rojos pensó para si como era posible que un movimiento tan sencillo resultra tan elegante como un baile de salón de la aristocracia. Luego cayó en la cuenta de que, técnicamente, aquel demonio era parte de la aristocracia del infierno.

-¿Para qué me requería?- preguntó Alastor intrigdo

-Digamos que es un tema delicado...eres el que más recientemente ha muerto, así que necesito consejo de quien más me puede beneficiar ahora mismo, es decir, tú-

-Moi?- preguntó pareciendo confuso.

-Oui, toi- contestó viéndolo con suficiencia.

-Me halaga señor- comentó tras unos breves momentos de silencio -pero, ¿de qué podría servirle alguien como yo?-

-Bueno, tengo entendido que falleciste en enero del 33-

-Correcto señor-

-¿Te suena la guerra que estaban preparando en Alemania?-

-Sí, recuerdo que estaban con cierta tensión según el periódico-

-La guerra estalló-

-Vaya-

-Llevan conquistados Polonia y algo más, acaba de empezar y es un masacre...el territorio empieza a sobre poblarse-

-De acuerdo...sigo sin entender qué tengo que ver en la guerra y sobre población del territorio- confesó.

-¿No conocías a nadie que estuviera a favor o en contra del régimen?- preguntó

-Un vecino, era bastante pro nazi...aún así nos hablábamos de vez en cuando- comentó imaginando a donde quería llegar

-¿Te contó algo de sus adoración hacia el tercer reich?-

Alastor tardó unos segundos en asentir, en el fondo se avergonzaba, pero casi no hablaba con nadie cuando estaba vivo, así que se resignó a hablar con cualquiera sobre cualquier tema.

-Perfecto, ahora debo saber algo Alastor, tal vez lo más importante de todo esto- adquirió un deje de seriedad repentina -...puedo confiar en ti? Ahora sin trucos, sin mentiras, solo un sí o un no con total sinceridad- exigió viéndolo con calma, aunque tal vez solo el más minucioso (Alastor) podía ver el nerviosismo oculto en la expresión seria de aquel ave.
Era la oportunidad perfecta, pero había un problema, sabía que debía decir la verdad, porque esta vez lo sabría, estuvo unos segundos en silencio antes de hablar.

-...por supuesto- y en cuanto lo dijo, pareció la verdad más grande que nadie jamás hubiera dicho.

El ave sonrió más calmado -me alegro- comenzó -en ese caso, te daré una misión, la que tanto querías- Alastor no pudo ocultar la vergüenza por la osadía de su superior -...quieres rebanar cabezas? Adelante, finge ser uno de ellos, o se uno de ellos, pero mata a tantos como puedas, no me importa si son inferiores o superiores...esta será tu "prueba", haz lo que te digo y tendrás tu debida recompensa-

Jazz and apples (appleradio) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora