Extra: El auténtico comienzo

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|¡Advertencia!

El siguiente capítulo contiene: connotaciones sexuales, abuso, agresión, asesinato, lenguaje malsonante y abuso a un menor.

Se recomienda discreción y, de ser sensible a este tipo de contenido, deje de leer en la línea de puntos extensa y vuelva a leer cuando esta reaparezca|

El joven Alastor se había criado en una casa, como muchas, cristiana...aunque no exactamente.

Su madre era atea, pero cada vez que siquiera mencionaba algo al respecto de que podía haber más de una opinión, le caía por lo menos un golpe, así que el cerebro del pequeño Alastor estableció lo siguiente:

"No mostrar creencia hacia una deidad implica daño. Por lo tanto es necesario mostrar fé para evitar daño hacia uno mismo y, a veces con suerte, los del entorno del sujeto mencionado"

Dedicó años y años de su vida a creerse lo que, en el fondo, pensaba que eran patrañas.

Empezó a asistir a la iglesia junto a su padre y su madre a una temprana edad, en un inicio porque así lo quería su padre, posteriormente, porque así lo decidió él.

A los siete años hizo la comunión, a la que asistieron sus padres, el cura, un reducido número de dos amigos y sus correspondientes padres, que no tenían mucho en común con los padres del futuro locutor, tal vez por eso no los vio más después de aquel día.

Como aquella era la única iglesia de la zona, tenía sus propias pequeñas costumbres, y una de ellas era que, en las comuniones, el niño o niña debía ir acompañado del cura y cumplir "una prueba de valor", está debía permanecer totalmente secreta para evitar que ningún otro niño se preparase para ella, ya que sería hacer trampas.

Al llegar la hora, el sonriente niño de blanco fue tras la iglesia y se adentró en el bosque con el adulto más religioso.

Volvieron media hora después, el pequeño ya sin la sonrisa y con la ropa blanca manchada.

No habló en lo que quedaba de fiesta y, al llegar a casa, su padre lo agarró del cuello de la camisa para arrastrarlo hacia su oficina.

..........................

Se escucharon golpes y lloriqueos, pero mucho más breves de lo habitual, después gritos que alarmaron a Abigail en sobremanera.

-Who did this to you!?- reclamaba saber el padre. (¿¡Quién te ha hecho esto!?)

Alastor solo se encogió y lloró con más fuerza, cerca del cinturón de cuero de su padre, que se le había caído al suelo de la impresión.

-¡Trevor!- intervino finalmente la mujer, entrando a la oficina y mirando la escena con confusión.

Trevor no escuchó.

-Alastor- llamó con firmeza, se agachó y le hizo mirarlo a la cara, no le hizo daño en el proceso para sorpresa del castaño -Who did it?...I won't punch you if you tell me the truth, but I want an answer and I want it now- (¿Quién lo hizo?...No voy a golpearte si me dices la verdad, pero quiero una respuesta y la quiero ahora)

El de piel mulata consiguió tomar suficiente aire para balbucear.

-T-the p-r-oof- (L-a p-rue-ba) fue toda la explicación que pudo dar.

La habitación quedó en silencio a excepción del llanto constante del pequeño.

La morena se dio unos instantes para acercarse, tratando de entender qué había pasado, y se quedó paralizada al ver sangre y otro líquido por los muslos de su hijo. Incluso si su shock fue mayor, fue la primera en reaccionar.

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⏰ Última actualización: Mar 10 ⏰

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Jazz and apples (appleradio) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora