28: Chao Chao

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A la mañana siguiente, Alastor despertó primero, le dolía la cabeza por lo mucho que bebió la noche anterior.

Miró a su lado y se asustó al ver al monarca, pero al ver que ambos tenían ropa y demás, pudo calmarse.

"Debería dejar de beber, no gano en sustos" pensó.

Intentó incorporarse, cuando no lo consiguió fue cuando notó que el rubio lo abrazaba.

-Souk- susurró, incómodo -sácame de aquí-

La sombra cambió posiciones con el locutor, pero eso no pareció engañar al monarca, que despertó en cuanto notó el cambio.

-Buenos días- saludó tras estirarse, al encontrar la mirada de Alastor -honestamente pensé que te escaparías cuando no me diera cuenta-

-No tenía muchas opciones si me apresaba, señor-

-¿A dónde fue la confianza de ayer?- preguntó con un tono divertido mientras se incorporaba -puedes tratarme de tú mientras no estemos en público, tranquilo- calmó.

-Gracias- se acomodó la ropa -creo que debería irme ya-

-Son las 9 aún, ¿A dónde se supone que irías esta hora? No tienes que ir a la estación de radio hoy-

Y eso fue lo que Alastor confirmase las teorías de Rosie sobre su favoritismo por su persona, dio una suave risita.

-¿Sabes mis horarios? Eso es un poco turbio- bromeó, haciendo que el monarca se ruborizarse de la vergüenza.

-No, claro que no, no soy ningún tipo de acosador- dijo ofendido -solo tuve que aprobar la solicitud de apertura y me acordé de las horas-

-Por supuesto- dijo con sarcasmo.

-Sí sigues así me pensaré dos veces si ofrecerte algo para desayunar- replicó.

-Gracias, pero no creo que esté bien visto-

-¿Y qué más da si está bien o mal? ¡Estamos en el infierno! A nadie le importa, y si les importa no es mi problema, y tampoco el tuyo- zanjó.

-Dicho así no suena nada mal...no obstante, si pudiéramos posponerlo para mañana o pasado me vendría mejor-

-¿Quieres arreglarlo con ella?- adivinó.

-Necesito arreglarlo con ella, no tengo a nadie más que me enseñe sobre gobernar un territorio- se excusó, aunque sabía que en el fondo no era así, y Lucifer también lo supo.

-Está bien, mañana entonces puedes aparecer por aquí sobre esta hora-

-De acuerdo, muchas gracias- sonrió e inclinó un poco la cabeza.

-No hay de qué- le sonrió cálidamente -te espero mañana-

-Hasta mañana- se despidió antes de desaparecer entre las sombras.

El trayecto fue calmado y breve, apareció en su habitación y suspiró.

-¿En serio la quieres tanto como para cambiarte por completo?- preguntó la sombra con confusión.

-No tengo la menor idea, pero esta situación a la larga me va a perjudicar- se pasó una mano por el rostro -tengo que hablar con ella antes de que se me vaya de las manos-

Tras una brevísima preparación mental, Alastor subió a la habitación de la Overlord, llamó a la puerta un par de veces, pero nadie abría. Al empujarla un poco vio que estaba abierta.

-¿Portnoyr?- llamó al entrar.

Todo estaba hecho un desastre: todos los armarios abiertos de par en par y con poca ropa en ellos, la cama deshecha, papeles por el suelo, arrugados y rotos la mayoría. Eso solo pudo dejar intranquilo al pecador, quien examinó a fondo buscando a su superior.

Jazz and apples (appleradio) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora