Capitulo 27

848 48 19
                                    

NARRA KATE
~*~

La fiesta terminó, o al menos eso pensamos al ver a Bella dormida en los brazos de Edward. También me sentía cansada debido a que había tenido un día largo en el hospital. Así que Jacob y yo nos despedimos y fuimos a casa.

Mientras Jacob conducía podía notar que se le veía nervioso y algo ansioso. Me dió curiosidad saber pero me contuve a indagar en su mente. Pero podía hacerme una idea del motivo, después de todo él no me había dado un obsequio aún.

No es que estuviese esperando algo de él, pero lo conocía y sabía que no dejaría pasar este día tan fácilmente.

Llegamos a casa y justo antes de entrar por la puerta Jacob me detuvo.

-Tu regalo espera dentro, pero tienes que cerrar los ojos.
-¿Y cómo se supone que sabré dónde caminar?
-Tendrás que confiar en mí y seguirme.

Le tomé de la mano y tal como me hizo prometerle, me cubrí los ojos con la otra mano. Con pequeños pasos algo inseguros supuse que habíamos logrado entrar y estar justo en medio de la sala.

-Ya puedes mirar.

Me quité la mano de los ojos pero no lograba ver nada. Escuché algo de ruido en la cocina y rápidamente mis instintos hicieron acto de presencia. Ignoré a Jacob y corrí a ver de qué se trataba.

Mi corazón se detuvo y puedo jurar que dejé salir un chillido algo ridículo al ver la pequeña bola de pelos asustadiza que se encontraba frente a mi. Era tan pequeño y tan tierno. No pude resistirme y lo tomé en brazos para hundir mi cara en su pelaje tan suave. Jacob no se contuvo y dejó salir una sonora carcajada, pero no me importó.

-¿Qué es esto?
-Eso que tienes en brazos es un perro.

Lo miré queriendo matarlo con la mirada, aún que realmente me encantaba que fuera algo irritante.

-Lo sé, no me refería a eso.
-Eso, es tu regalo de cumpleaños, y es ella.
-Es perfecta ¿Cómo la llamaremos?
-No soy muy bueno con los nombres, no quiero ni pensar cómo nombraré a nuestros hijos.

Me ruboricé ante la idea pero decidí no prestarle mucha atención. No podía dejar de acariciar el pelaje tan suave de aquél animal. Me reí ante la idea de que se sentía igual que cuando acariciaba a Jacob cuando cambiaba.

-De saber que ibas a compararme hubiera elegido algo mejor.

No pude contener la risa con lo que decía.

-Es el regalo perfecto Jacob, gracias.
-No es todo, el resto te espera en nuestra habitación.

Mi corazón se aceleró ante la mención y es que no hacía falta leer sus pensamientos para saber a lo que se refería. Su mirada llena de deseo recorriendo mi cuerpo podía darme una idea de lo que me esperaba ésta noche.

Tomó mi mano y nos dirigimos hacia nuestra habitación. Al entrar se podía observar el esfuerzo que Jacob había hecho. Habían algunas velas encendidas que le daban una calidez a la habitación y habían unos cuantos pétalos de rosas repartidos sobre las sábanas de la cama. Miré a ver a Jacob con un gesto divertido y puso una cara de fastidio.

-Si es demasiado puedo soportar tus bromas.

Me acerqué hacia él y deposité un beso en su mejilla.

-No es demasiado, es perfecto.

Sin dar tiempo a que siguiera preguntando, tomé su rostro entre mis manos y lo acerqué para seguir con lo que habíamos interrumpido.

Los besos cada vez eran más demandantes y respirar ya no era prioridad en este momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 10, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MI DECISIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora