Capítulo 25

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Narra Kate
~*~

Intentaba terminar lo antes posible mis responsabilidades en el hospital. Hoy era un día de locos. No entendía como los humanos podían ser tan enfermizos y por qué justamente hoy todos debían enfermarse.

Quizá no es que todos hayan decidido estar enfermos hoy y solo eran los nervios que sentía. Hoy conocería a las hermanas de Jacob, Rachel y Rebecca. No sabía como eran ellas, pero si a Billy no le había agradado, no debía hacerme esperanzas con ellas.

Rebecca era quien especialmente me preocupaba, pues había viajado desde Hawai sólo para conocer a la impronta de su hermano. A ambas hermanas les debía mucho, ellas se habían echo cargo de Jake después de que su madre murió. Así que debía prepararles la mejor cena de sus vidas.

Tenía que ver a un último paciente. Era un anciano de 78 años, todo lo que mi poca paciencia necesitaba. Antes de entrar al consultorio donde le vería, inhalé profundo y puse una de mis mejores sonrisas.

-Hola señor... Cedrik Wilson, yo le atenderé esta tarde, su doctor está de viaje así que espero no sea eso un inconveniente.
-Ese holgazan no ha echo nada mas que contestar sus mensajes y coquetear, le hace un favor a este hospital al irse.

Genial, alguien no venía de humor el día de hoy. Mientras mas rápido averigüe qué le sucede, mas rápido se irá.

-Pero no es inconveniente que una doctora linda como usted me atienda.
-Estoy de acuerdo con usted pero me gustaría saber en qué puedo ayudarle.
-Oh sí. Desde hace unos días estoy sintiendo dolor en la muñeca izquierda y hace unos días dejé de sentir los dedos. El doctor sólo me dio algunos medicamentos para el dolor pero ni siquiera me revisó la mano ni me hizo ningún estudio, dijo que era algo que se debía a la edad.

Comencé a revisar su muñeca y la mano de la cual se quejaba se veía notoriamente mas grande.

-Bueno, a su edad suele ser algo común.
-Lo sé, pero este dolor no lo había sentido antes de esta forma y sólo en una mano.
-Pues le tengo buenas noticias, su dolor se irá  es cuestión de minutos.

Me miró extrañada y le quité el reloj que llevaba en la muñeca. Comenzó a frotarla y su expresión de alivio me indicó que estaba en lo cierto.

-Es un bonito reloj, pero debería llevarlo menos ajustado. De haber seguido así podría haber complicaciones serias. Aun así quiero descartar algunas otras cosas así que puede venir mañana a que le hagas algunas radiografías.
-No había pensado que pudo haber sido el reloj.
-Se ve muy costoso como para no usarlo, yo tampoco pensaría en quitarmelo.

El señor Cedrik me sonrió dejándome ver su perfecta dentadura falsa.

-Me recuerdas mucho a mi nieta. Era igual de inteligente que usted y también era una linda doctora, o eso era lo que estaba intentando ser.
-¿Era?
-Sí. Lamentablemente un animal la atacó de regreso a casa. Nunca nos dijeron qué animal fue, las explicaciones que nos dieron fueron inconclusas.
-Lo siento mucho.
-Dejé de sentirlo hace mucho.
-Es usted alguien muy fuerte, para su edad.
-Gracias. Tan fuerte que mañana estaré aquí dando molestias de nuevo.
-No fue una molestia señor. Espero verle mañana por aquí.
-Espero que ese doctor no regrese de su viaje.

Le dedique una calida sonrisa y así el señor Cedrik se retiró.

No había pensado en el daño que podíamos llegar a causar a los humanos. Al menos yo cazaba delincuentes, asesinos o violadores. Pero la nieta del señor Cedrik no era nada de eso y tampoco tuvieron la paz de saber que ocurrió realmente con ella.

Definiticamente evitaría estar de cacería por un largo tiempo, escuchar lo que le había sucedido me había quitado la sed.

Tomé mis cosas y me retiré. Subí a mi auto y conduje hasta el supermercado que había mas cerca. Tenía menos de dos horas para preparar algo decente. Jacob me había dicho que sus hermanas no eran exigentes y que amaban la lasaña, así que ya tenía algo en mente. 

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