capítulo 10

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NARRA KATE
~*~

Después de su incompleta explicación, no tardó mucho para que Jacob se de tuviese frente a una casa enorme y hermosa.

Tenía demasiadas ventanas para mi gusto y solo desde el exterior podía verse todo.

Escuché mentes curiosas de saber que hacía el chico "perro", como Rosalie solía decirle a Jacob, en la puerta.

Mamá fue la primera en abrir la puerta y al verme se cubrió los labios con ambas manos y trato de contener las lágrimas. En seguida comenzó a llamar a papá mientras corría hacia mi.

En menos de un segundo ya le encontraba entre sus brazos casi asfixiada con tanto amor. Después sentí una segunda presión y supe que se trataba de papá.

-¿Como es posible?
-Les prometí que volvería.
-Cielo, te extrañe tanto.
-Y yo a ustedes mamá. Al fin podré estar con ustedes, de nuevo.
-Dudo que Aro deje las cosas fáciles.

Al escuchar a Edward corrí hacia el y me recibió con los brazos abiertos. Escondí mi rostro en su pecho y él el suyo en mi cabello.

-Te eché de menos.
-Lamento lo que ocurrió la última vez.
-¿Es en serio? De eso ya casi 100 años.
-Sé lo rencorosa que eres.
-Vaya, cambiaste demasiado.
-Y espera a saber por qué- dijo Alice con una sonrisa caminando como alguien normal hacia mi.

Me abrazó y yo a ella. Pero algo me distrajo de ello, sentí un aroma que no había percibido antes y mis ojos se pusieron rojos. Me aparté mirando a Edward pidiendo una explicación.

-Hay un humano entre ustedes... ¿No es así?
-Kate, déjame explicarte...
-Los Vulturis no dan segundas oportunidades.
-Lo sé, me lo dejaron claro la ultima vez que fuimos.
-¿Fuimos?
-Si, no nos viste por que Aro te había enviado a otro lugar para evitar que interfirieras.

Entré a los pensamientos de Edward y entendí todo. Habían ido con Aro y este parecía intrigado por la humana que sería compañera de mi hermano.

Había mucho por procesar y me encontraba cansada y hambrienta. Pero hasta no conocer mejor Forks no habría cacería.

-Tengo que irme. Te veré después.

Jacob se fue y nadie entendió el "te veré después". Tenía que preguntarle a papá sobre ello.

Al entrar me encontré con la chica que parecía ser la novia de Edward.

-Hola, soy Bella.
-Oh gracias a dios, comenzaba a creer que mi hermano era Gay.

Bella y Edward estaban riendo. No entendía que es lo que Aro había visto en esta chica.

Intenté descifrar lo que era entrando a su mente pero no podía escuchar nada. Mi expresión lo dijo todo pues Edward sonreía orgulloso de su chica.

-Ella... no puedo...
-¿Leer su mente? Aro tampoco pudo.
-No entiendo ¿Cómo haces eso?
-Yo, no lo sé.

La tomé de la mano intentando copiar su don pero no sucedía nada. Claro que esto le pareció extraño a ella.

-No puedo... ni siquiera puedo imitar su don, si es que posee alguno.
-Creí que era el único no podría.
-Esta chica es muy rara.-dije con fascinación evidente.
-Yo diría que es única.

Edward en verdad se había enamorado perdidamente de esta chica y sus pensamientos lo decían todo.

-Bien, deberán ponerme al corriente.
-Una vampira llamada Victoria intenta asesinarme.

Bella lo dijo tan naturalmente que me dejó aturdida. Quería pensar que se trataba de una broma pero los pensamientos de los demás presentes me dejaron saber que no era así.

-¿Que harán al respecto? Dudo en decirle a los Vulturi, somos el clan más cerca para solucionarlo.
-Eso habíamos pensado. Los lobos son aliados.
-Agradezco no haber roto el acuerdo.
-¿De qué hablas?
-Antes de venir surgieron unas cosas y la manada de Sam me ayudó.

Edward entró a mi mente y sabía que esto acabaría mal.

-Claro, no romperán nunca el tratado, Jacob se ha imprimado en Kate.

Ninguno dijo nada pero sabía que papá estaba molesto. Edward quería ahorcar a Jacob y por la cara que Bella tenía, sabía que estaba feliz con esto.

-Eso es un tema que hablaremos luego.
-No, es algo que yo debo solucionar. No soy una niña, soy mayor que Edward y el ya tiene novia.

Ahora mismo parecía un berrinche lo que hacía pero no quería a todo el clan intentando matar a Jacob.

No lo conocía y no negaba que me llamase la atención pero solo eso.

-Yo la apoyo.

La tímida voz de Bella hizo que Edward juntace su entrecejo en forma de protesta lo cual ésta decidió ignorar.

-Lo que fuese fuese a suceder, creo que será mi decisión. Ahora lo más importante es tratar de evitar que Victoria haga algo.
-Kate tiene razón, debemos terminar con esto pronto...
-O los Vulturis lo harán.

...

Edward llevó a Bella a casa. Se estaban organizando para hacer la guardia esta noche y vigilarla de noche.

Yo me ofrecí a ir junto con Alice y Edward. Eso me serviría para ponerme al tanto de todo.

Me cambie de ropa por algo que Alice me dio, amaba su gusto por la moda y que no olvidase que amaba el color negro en la ropa.

Estando listos los tres fuimos hacia casa de Bella. Charlie, el padre de Bella, al parecer no tenía ni idea de lo que sucedía.

Bella nos miraba desde su ventana por momentos.

-¿Como sucedió?
-¿A que te refieres?
-A lo tuyo con Bella. Por cierto, me agrada. No se deja intimidar por un simple vampiro.
-Me alegra que te agrade.
-Claro que te alegra, no cualquiera podría estar con mi hermanito.
-Me gustaría decir lo mismo.

Se hizo un silencio haciéndome saber a donde quería llegar con el tema.

-Jacob esta imprimado de ti. Solo será cuestión de tiempo.
-¿Para qué? Acabo de llegar después de mucho y ahora se cree con un maldito derecho a mi y no se por que aquello no me molesta.
-¿Lo amas?
-Es demasiado pronto para decir amor o que quizá lo quiero. Dejaré las cosas al tiempo.
-Tranquila. Cuando quieras deshacerte de el...
-Edward, no.

Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro pero se borró al instante. Escuchaba los pensamientos de Jacob cerca.

-Parece que lo hemos invocado.
-Tu eres la de las premoniciones.
-No aplica con ellos.
-Iré a dar una vuelta para asegurar.

Jacob estaba en su forma lobuna. Estas criaturas me parecían imteresantes. El pelaje de Jacob llamaba mucho mi atencion. Sé que sonará mal pero amaba tener mascotas, en especial a los perros.

Jacob me trajo de nuevo al presente al intentar acercarse pero se detuvo. Algo lo hizo dudar así que le sonreí para hacerle saber que no se detuviese.

Me acerqué a acariciarle, tal cual como podía hacerse con un chorro. Al parecer esto no le molestó ya que se acercó más a mi.

-No entiendo lo que sientes pero debe sentirse terrible que tu naturaleza te aferre a alguien sin siquiera darte la oportunidad de enamorarte, ni conocerle. Entendería si me odias, por dios, ni siquiera sabes quien soy.

Al parecer lo que le dije le causó gracia o eso pensó. No me parecía una mala persona, ni él ni nadie de su manada.

Quería estar en paz con ellos así que tendría que poner de mi parte.

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