23- YATE DE LUJO

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Intercambio un par de miradas con Taleila durante el almuerzo, por suerte nadie notó nada.

Mamá y papá están a mi izquierda en la mesa redonda, y a mi derecha Tali, con el tío Ángel y la tía Hanna, que llegó esta mañana.

Me llevo el tenedor con frutas a la boca, dirigiendo la vista al fondo del restaurante, a intercambiar una mirada un poco más perversa con Adrix.

Alza una ceja llevándose una fresa a la boca, y yo aprieto las piernas con ese gesto, mirando que nadie más lo note. Si alguien se da cuenta que él está aquí, esto sería un auténtico caos.

Así que al acabar nos ponemos en pie, mamá y papá planean pasarse todo el día en un spa, todo sea por su amor. Así que justo veo la oportunidad.

—Oye papi— Digo cuando se va a ir con mis tíos— Ya que no vas a estar, y que me voy a aburrir, ¿puedo pasar el resto del día en tu yate?

Me mira sonriente «está de muy buen humor»

—Claro mi amor— Dice sobándome el cabello— Y pregúntale a tu prima si quiere ir contigo.

Se me desfigura la sonrisa cuando se pierde en los pasillos.

Taleila abre la boca, probablemente para decir lo muy emocionada que está de pasear sola en yate pero...

—No— La corto antes de que emita sonido siquiera.

—Pero...

—Pero nada— La miro directamente— Tengo vía libre para el yate, sin nadie molestando y Adrix está en el mismo hotel que yo. Si crees que voy a desaprovechar esa oportunidad...

Lo dejo en el aire y ella me mira perpleja. Para luego curvar los labios hacia abajo y alzar las manos en rendición.

—Bueno, si lo explicas así...

Le tomo la cara entre las manos dejándole un beso en la coronilla antes de salir a correr.

—¡Te adoro!— Chillo viendo a Adrix sentado aún en la misma mesa.

Me apresuro a tomarlo de la mano.

—Vámonos de aquí— Salgo corriendo y debo parecer una desquiciada, porque me detiene a mitad de camino al puerto.

—Eh, ¿a dónde vamos?— Inquiere y me volteo.

—Tú y yo, solos, en un yate por el resto de la tarde, ¿qué me dices?

Alzo una ceja y él me mira serio.

—¿La ropa está incluida o no?

—A tu gusto.

Digo riendo y localizo el yate subiendo. No es enorme, pero sí mega lujoso, y papá me enseñó a manejarlo desde que tengo uso de razón. Así que subimos, lo pongo en marcha y en un rato estamos en mar abierto, sin vista a la tierra por ninguna parte.

Salgo a la cubierta.

El sol es algo que me encanta, y el bronceado en mi piel también.

Muerdo mi cachete en el interior vacilando ante la idea deshacerme de la parte superior del bikini, la verdad no quiero que se me haga la marca, odio las marcas de la tela. Así que finalmente me decido a hacerlo y veo a Adrix sentado tomándose un agua de coco.

Él me examina de arriba a abajo y es algo que me encanta.

—No pretenderás que me porte bien si llevas las tetas descubiertas, ¿no?

Dice acercándose a mí, mientras me echo protector solar.

—No quiero que se marquen las tiras del sostén— Me excuso hidratándome los brazos.

CAOS EMOCIONAL [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora