47- TE AMO

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Examino impasible los resultados de los exámenes. La verdad creí que saldría mucho peor.

Si me sincero, la escuela me vale mierda, todo lo que quiero es que pase este finde y llegue mi cumpleaños, no por el día, sino porque ya tendré los putos 18 para desaparecerme de mi casa sin que me jodan.

Todos se felicitan por acabar el año, y yo no hago nada... existir.

Danna le muestra los resultados a Luka y él le deja un beso en la coronilla. Ese tipo de cosas son las que te ponen peor.

Monic toma el móvil y habla entre risas, supongo que a Fabio.

Lena y Roberta se muestran orgullosas, tomándose selfies para postearlas.

Incluso Harol se ve con su mirada de arrogante en una videollamada con Taleila.

¿Y yo qué...? ¿Y mi final feliz qué...?

¿De qué me ha servido ser la niña criada en una burbuja y lejos del mal, si al final soy la más jodida de todos?

Salgo sin ver a nadie, sin hablar con nadie, me escabullo entre los árboles para fumar detrás de la escuela y calmar la ansiedad.

Puta vida de mierda.

Me planteo seriamente retomar las clases cuando viva sola, pero en casa, a fin de cuentas, todos mis problemas comenzaron desde que llegué aquí. Tal vez... todo vuelva a ser normal.

Me deshago de la colilla.
Está decidido. Lo primero que necesito es desaparecer de la mierda de familia que tengo.

Localizo a Adrix hablando con Marina y ella está jodidamente sonriente, probablemente mostrando sus notas también.

Tiene una sonrisa hermosa, ¿cómo no la va a elegir a ella?, yo estoy rota, y ella está llena de vida, al final era entendible.

Me siento en los bancos del parque donde mamá me encontró con él. Donde yo era otra y ella también.

Era ese tiempo donde no tenía la mente jodida con traumas, ni pensaba en el suicidio, ni estaba jodidamente enculada con quien no me hace caso. Y por si fuera poco, siento su perfume cuando el viento me azota el rostro.

—¿Qué haces aquí? —Hablo tajante.

—Danna me habló de tus notas— Se sienta a mi lado— Felicidades.

Me mantengo mirando al suelo y tomo un respiro profundo.

Si supiera una... solo una manera de hacerle sentir lo que siento...

—Como sea— Ruedo los ojos mirando al frente.

Él no dice nada y yo tampoco. Ya creo que dimos suficiente.

Cierro los ojos tras sentir ese puto hormigueo en el estómago, al que los estúpidos llaman mariposas.

Lo pienso y desearía no haberlo conocido, no haber ido a esa fiesta y no haber llegado a la escuela. Si jamás hubiéramos coincidido nada de esto habría pasado.

Pero al mismo tiempo...

Al mismo tiempo lo miro y vuelvo a suspirar, perdiéndome en el brillo de sus ojos. Al mismo tiempo agradezco el haber sentido todo lo que sentí estando con él. Y me alegra saber que no me iré sin experimentar todo lo que él me provoca.

Digamos que... si retrocediera el tiempo, lo haría todo exactamente igual.

—Sabes que ella jamás será suficiente para ti, ¿verdad?

Hablo con los ojos llorosos. Si lo miro sé que se me quebrará la voz y es lo último que quiero frente a él.

—Eso no lo sabes— Habla sin mirarme también. Cada que abre la boca parece que me quiebra más.

CAOS EMOCIONAL [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora