27
Me muerdo las uñas con Adrix al lado, examinándome sin emitir un sonido, sin mostrar absolutamente ninguna expresión...
—¿¡Pero te volviste loca!?— Reacciona por fin; aprieto los ojos cuando amenazan con volver a llorar.
Sabía que no se lo tomaría bien, y me hice la promesa de que lo que pasó ahí no lo sabría nadie, pero a él... Joder a él no podía ocultárselo.
—Tú no Adrix...— Es todo lo que pido.
Que me juzgue la maldita sociedad, que puedo sobrevivir si lo tengo a él.
—¿Pero es que no pensaste en mí? — Me lo dice como si doliera— Actuaste como una total egoísta sin darte cuenta de los daños colaterales Lorraine.
—Para...— Aprieto los ojos— Me cansé... me dolió lo que hizo, me jodió mi puta vida, y cometí una locura; pero si te lo digo a ti es para que me ayudes y me apoyes, no para que me digas lo jodido que actué.
Digo buscando alguna expresión que no sea la molestia, lo necesito a él.
Es que a veces no quieres decir que estas mal, ni explicar lo que te pasa, solo quieres que alguien lo note y te abrace... Ese alguien era él.
Se acerca acunando mi rostro entre sus manos, mirándome directamente. Por su mirada pasan un montón de sentimientos, miedo, inseguridad, preocupación...
—Solo quiero que me prometas... que por nada del mundo, nada de lo que pase con nadie, volverás a intentarlo.
—Nunca...— Asevero abrazándolo de la cintura— Te lo prometo.
Me seco dos lágrimas que me habían corrido y él me coloca un mechón detrás del cabello cuando suena el timbre.
—¿Y tus ataques de pánico?— Dice— ¿Qué tan seguidos son?
—Solo me han dado dos— Respondo— Cuando recuerdo las... sensaciones, o me pongo muy nerviosa.
Asiente acariciándose la barbilla.
—Parece ansiedad con depresión, debido al estrés pos traumático —Responde e ignoro el hecho de que me encanta cuando habla de psicología.
«¡No puedo contra mis hormonas!»
—¿Hace cuánto que no comes?— Alza una ceja y yo trago grueso.
—Desde el sábado en la noche— Me encojo de hombros y él suelta una maldición.
Luego mira a todos los que corren a los salones, así que me pongo en pie, si llego tarde a clase no me dejarán entrar al salón.
Así que me sorprendo cuando me sujeta del brazo atrayéndome a su pecho.
—Vámonos de aquí —Dice y yo parpadeo perpleja —Necesitas distraerte... psicológicamente, y quiero que cuando superes el trauma, sea conmigo con quien estés —Me acerca más y nuestros labios se rozan— Quiero ser yo quien te cure Lorraine...
—Eres un puto egoísta —Digo contra su boca —Y me encantas.
Así que un rato más tarde estoy haciendo una maleta, porque no nos vamos por una tarde como en san Valentín, no... ¡Volvemos el puto viernes!
¡Y me encanta!
Últimamente me encantan muchas cosas que no deberían encantarme. Pero lo que más me llama la atención, es llegar al estacionamiento y ver a Adrix esperándome en un 4x4.
—Anda, sube— Me lo señala llevándose mi maleta.
—¿Es tuyo...?— Lo señalo subiendo, me quedo atónita.
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CAOS EMOCIONAL [EN EDICIÓN]
Novela JuvenilMi nombre es Lorraine Coleman... alias La hija del alcalde... Una chica atiborrada de normas y prohibiciones, que un día se escapó a una fiesta con su mejor amiga... Su nombre es Adrix Hopkins... alias El chico de los chupitos. Un chico inteligente...