34- NO SOLO QUÍMICA

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Acabo el Tik Tok con Harol y nos chocamos las manos riendo.

—Estuvo cool— Digo viendo el resultado.

—Obviamente... mira la belleza que salió bailando —Dice y siento el calor subir a mis mejillas— Ah, mira, también sales tú.

Se me borra la sonrisa y le lanzo una mirada fulminante.

—Idiota— Ruedo los ojos chocándole el hombro— ¿Sabes?, tengo una prima a la que le encantan las redes y los chicos guapos— Lo tuteo— Algo me dice que se llevarían bien.

—Vale... cuando quieras me la presentas —Dice subiendo y bajando las cejas cuando suena el timbre para el recreo.

—¡¡¡Vamos!!!!— Me arrastra Monic sin darme tiempo a procesarlo —¡Que se me acaban las gomitas!

Minutos más tarde estamos sentadas y Monic está atragantándose, se nos acercan los chicos. Reunión de grupo, aprovechando que no nos veremos en algún tiempo, ya que mañana comienzan las reparaciones.

—Hola— Dice Danna y nos ponemos en pie, saludando y armando un círculo.

—Hey— Correpondemos el saludo y empezamos a comer.

Intercambiamos risas, uno que otro tema de conversación, y claro, una que otra mirada cruzada con Adrix.

—¡Qué linda!— Salta Monic a donde Adrix tomando su corbata.

Las corbatas siempre han sido algo que me encanta. Da un porte diferente, y deslizar los dedos en ella era algo que amaba hacer cuando...

Ya basta.

—Wiii...— Frunzo el ceño cuando Monic comienza a danzar en el aire meneando la corbata como una especie de pañuelo.

—¿Qué haces, Monic?— Inquiero rodando los ojos. No puedo con ella.

—Estoy bailando... wi...— Aprieto los labios y el resto contiene la risa.

—Ya para...— Digo entre risas y me mira con cara de asesina.

—Aguafiestas— Se queja lanzando la corbata que atrapo con dificultad en el aire.

¿Qué puedo decir? Los deportes no son lo mío.

—¡Eh!— Me quejo y me da la espalda.

Todos siguen con su conversación y me cuelgo la corbata alrededor del cuello sin anudarla.

—Sí claro...— Se burla Mike señalando a Monic —Cuando superes a Ernesto.

—¡Oye!— Lo palmea— ¡Los trapos sucios no se sacan en público!

Yo río negando, pero mi risa se vuelve nerviosa cuando Adrix me ve directamente.

«¿Por qué carajos hace eso?»

Mi pecho se acelera cuando lleva un dedo a mi cuello, lo que se le facilita por estar a mi lado. Yo respiro profundo cuando lo desliza por la corbata lentamente, rozando mi piel.

Trago grueso sintiendo las voces de los chicos lejos, cuando él lleva ambas manos al borde de la corbata.

Me aclaro la garganta cuando él se humecta los labios, así que me toma desprevenida cuando hala ambos extremos haciendo que quedemos a milímetros, nuestros alientos fundiéndose.

—No hagas eso...— Musito aunque sé que no me va a hacer caso.

El agarre del cuello me trae ciertos recuerdos que prefiero ignorar...

—Adrix...— Siento el pecho retumbarme.

Estamos demasiado cerca, y nosotros dos, cerca, siempre acaba mal.

CAOS EMOCIONAL [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora