Mis One-shots de Mystic Messenger

Yoosung

Contiene spoilers de algunos de mis one-shots anteriores. Quería contar la historia desde el punto de vista de Yoosung, haciendo un resumen y aprovechando para añadir más cosas, porque no quería que diera la sensación de que el amor solo era unilateral por parte de Saeran y que Yoosung no tenía sentimientos previos por él.

La primera vez que supe de él fue cuando conocimos a MC, cuando entró en el chat de la RFA engañada por un hacker. Claro que entonces no sabíamos quién era él. Hasta que se cruzó con Saeyoung y días después nos confesó que se trataba de su hermano gemelo. Nunca hubiera pensado que tuviera un hermano gemelo y, tengo que admitir, la primera vez me le imaginé igual a él, personalidad extravagante incluida pero oscura. Tenía miedo del hacker, no voy a mentir, pero no le odié en ningún momento, mucho menos cuando nos dijo quién era.

Entonces no tenía ni idea de qué había pasado entre ellos, qué le había ocurrido a su hermano, pero apoyé a Saeyoung todo lo que pude, incluso cuando nos peleamos en el fondo seguía haciéndolo, y deseé que pudieran volver a estar juntos, recuperar su relación de hermanos. La cosa se complicó bastante en su rescate, pero con la intervención de Jumin pudieron acabar con el verdadero enemigo, aunque no fuera un éxito del todo, y ambos gemelos empezaron su recuperación, juntos.

Fue muy difícil para los dos. Saeran rechazaba el tratamiento, se peleaba con su hermano y creó problemas en el hospital. Saeyoung prácticamente vivía allí, apenas habló con nosotros excepto con MC, quien luego nos contaba cómo estaban. Una vez intenté ir al hospital a visitarles, pese a que Saeyoung insistía en que no lo hiciéramos, solo MC le acompañaba y le obligaba a esperarle en el pasillo. Ese día que fui sin avisar descubrí a mi amigo llorando en el pasillo.

—Saeran sigue gritándome cada vez que me intento acercar a él.

—Saeyoung... —vi cómo MC se agachaba en el suelo y le abrazaba.

—Pero lo que más me duele... —Saeyoung agarró el jarrón de cristal que tenía a su lado y se lo mostró a MC— Siento lo que quiere hacer, no puedo dejárselo en la habitación.

Tardé unos segundos de más en comprender lo que quería decir y entonces me bloqueé, no me atreví a acercarme y me acabé marchando antes de que me vieran, mucho más preocupado por mi amigo y su hermano, esperando que MC pudiera consolarle mejor. Sabía que era grave, pero hasta que no lo vi por mí mismo no pude hacerme la idea.

Se complicó más y Saeyoung acabó huyendo con su hermano y encerrándose en su casa. No sé qué pasó exactamente ahí, seguía comunicándose solo con MC, quien les traía la comida y todo lo que necesitaran, y ella no nos quiso decir mucho. Por suerte, los hermanos se debieron de reconciliar y Saeran accedió a someterse a tratamiento, pero bajo sus reglas. Fue entonces cuando Saeyoung empezó a volver un poco al chat, el cual había quedado como un lugar triste pese a los intentos de los demás, yo incluido, por animarlo un poco. Al principio él estaba serio, frío, y todos intentamos transmitirle nuestro apoyo. Con los meses volvió a ser el Saeyoung que todos conocíamos, pero esta vez real. No voy a negar que solté un par de lágrimas al leer la primera broma que me dirigió.

Tiempo después, Saeran mejoró lo suficiente como para que Saeyoung se sintiera seguro de presentárnoslo en una fiesta en su casa. Yo tenía mucha curiosidad por conocerle, así que no dudé en ir. Para entonces ya había visto varias veces a mi amigo, pero nunca me había dejado entrar a su casa.

Tengo que admitir que la primera vez que le vi quedé impresionado. No había duda de que era su gemelo. Era exactamente igual a Saeyoung, excepto por los ojos verdes azulados, que no llevaba gafas ni ropa llamativa y parecía más delgado. Tuve que girarme hacia mi amigo temiendo que me gastara una broma, pero él seguía ahí y el chico igual a él al otro lado de la sala. Me llamó mucho la atención y en ese momento lo acaché a la sorpresa de ver a alguien demasiado parecido al Saeyoung que llevaba años conociendo. No dudé en acercarme a saludarle, pero sí estaba quizás demasiado nervioso, me intimidaba un poco.