Mis One-shots de Mystic Messenger

Ansiedad

"Solo hay una forma de combatir la ansiedad: Un mecanismo de seguridad. Alguien que conozca tu dolor. Alguien a quien recurrir. Alguien que te apoye cuando se lo pidas."

Una dosis diaria de sol

—No puedo hacerlo.

La felicidad desapareció en el mismo instante en que entró al edificio. MC se paró de golpe, provocando que a punto estuviera Saeyoung de perder el equilibrio y acabar en el suelo.

—En los ensayos de ayer por la tarde no decías eso —intentó animarla.

—Porque era eso, ensayos, y muy poco serios contigo.

Toda la semana lleva pensando en aquella presentación que tenía que hacer de uno de los nuevos proyectos de la RFA. Aunque en realidad no había sido a todas horas, sino más bien entre distracción de Saeyoung y distracción. Los últimos días se había vuelto más hiperactivo e impredecible, cortando muchos de los pensamientos que MC había tenido.

Al principio le había molestado. Tenía que pensarlo bien, tenía que planificarlo perfecto. Tenía que revisar mil veces todo lo que diría, la ropa que se pondría, cómo se movería... Pero no había podido, él le había interrumpido, había conseguido que tuviera que prestarle más atención a él porque no sabía por dónde le iba a salir.

Y al final tendría que agradecérselo, aquello le había ayudado a no sobrepensar tanto, a pasar algo mejor la espera. La ansiedad había estado ahí, pero en un segundo plano que había podido ignorar muchos periodos de tiempo.

Todavía en ese momento seguía sintiendo la ansiedad. Más fuerte. En primer plano. Había conseguido abrirse paso por delante de todo. Incluso de la historia tan graciosa que le había contado Saeyoung en el coche mientras venían. La risa había parado de golpe. La felicidad había parado de golpe. Y en ese momento sentía precisamente golpes muy fuertes en su pecho. El corazón latiendo tan fuerte como si quisiera cumplir con su deseo de huir. Una fuerza invisible apretándola como si le ayudara a encontrar la salida del edificio. Las lágrimas ya estaban a punto de escapar.

—MC.

No supo en qué momento se había puesto frente a ella. Le sonreía, un gesto que pretendía ser reconfortante, igual que el movimiento repetitivo que le hacía con mucho cuidado en ambos brazos. Se centró en eso. En los ojos que le miraban con amor y orgullo. En la sonrisa que era su lugar seguro. En la sensación que la caricia de sus manos le hacía sentir en los brazos. Y quiso llorar, pero en ese momento de alivio. También abrazarle, pero fue él quien le trajo antes el refugio de sus brazos.

Saeyoung la apretó con fuerza para que se sintiera protegida, sin fijarse mucho en si le arrugaba la ropa o le despeinaba. Quiso que el calor de su cuerpo fuera suficiente para calmarla, que su corazón se sincronizara con el de ella para que recuperara el ritmo normal. Si fuera capaz de arrancar aquel monstruo llamado ansiedad de ella lo hubiera hecho hacía demasiado tiempo para que no tuviera que sufrir. Pero eso se había escondido muy bien en ella, había modificado todos sus códigos cuando todavía estaban buscando un sentido, muchos años atrás. Ella misma se lo había dicho, no podía librarse del todo de él, tenía que aprender a controlarle. Y lo había hecho, un esfuerzo de muchos años y pocos avances para la gente que no lo conocía, pero todavía había demasiadas ocasiones en que salía a la luz en todo su esplendor.

—¿Sabes? A veces me pregunto cómo habría sido tener una adolescencia normal —le había comentado ella un día— Simplemente ir al instituto con mis amigos por la mañana y quedar con ellos por las tardes. Si no hubiera sufrido bullying... Si por su culpa no hubiera desarrollado ansiedad social ni depresión...