María Escobilla, una joven de 23 años y reciente agente del FBI se vería envuelta en una serie de misterios, traiciones y hasta romances tras descubrir un importante secreto del director del FBI Horacio Pérez, él era el culpable de la muerte de su p...
Tener a Carlo tan cerca de mí no hacía más que ponerme nerviosa y estaba claro que él era consciente de eso y parecía que incluso lo disfrutaba.
— No tiene nada que ver con usted...
Respondo seriamente intentando alejarme un poco moviéndome a un costado.
— Te equivocas Katherine...
Murmura en voz baja sin quitarme la mirada del rostro, estaba analizando cada reacción.
— Claro que no, eso es algo personal y es algo que en realidad quiero...
Decido no decir nada más, simplemente me escapó como puedo y vuelvo a sentarme.
— Pero si ahora eres de la familia, y mi empleada del mes.
— Ya... da igual, eso no es algo de lo que ustedes me puedan cuidar.
Murmuró mientras abrazo mis piernas y simplemente veo como las olas llegan hasta la punta de mis pies para luego retroceder, tampoco el mar parecía estar dispuesto a llegar más lejos. él vuelve a sentarse tranquilamente, mientras me mira de reojo en silencio.
— Es... sólo es alguien a quien no quiero volver a ver.
Explicó brevemente sin voltear a mirarlo.
— Lo ves, yo me puedo encargar entonces, me voy a asegurar de que no vuelvas a verlo.
— No se trata de eso — Aclaró sin poder evitar suspirar con cierto fastidio— quiero que él se vaya, que sea feliz y así podré ser feliz también.
Respondo con una leve sonrisa finalmente mirándolo a los ojos.
— Es eso?... bueno, puedo ayudarte entonces creo, conozco un lugar...
Mientras lo escucho hablar de tonterías una extraña idea viene a mi mente, lo miró hablar de un montón de tonterías mientras las ideas recorren mi mente, de alguna forma, al estar aquí con él y luego de escapar de la policía... todo aquello realmente me ayudo, me hizo dejar de pensar en Greco, así que quizá me podría ayudar más.
Me apoyo en mis rodillas para acercarme un poco a él y tocar su mejilla dejándome llevar por los impulsos.
- Carlo...
Murmuró seriamente mientras me acerco a él y lo miró a los ojos.
Sin decir nada él se quedó quieto observandome también, el estar cerca de él comenzaba a provocar una extraña sensación en mi y sólo me bastaron algunos segundos más para acabar con la distancia.
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Aquello era un absurdo intento desesperado por olvidar a alguien más, estaba mal ¿Qué había hecho bien? Nada, no había antecedentes de algo bueno en mi vida.
Aunque me pareció una eternidad, realmente me aparté a los pocos segundos, su aroma de pronto impregnó mis sentidos y la peculiarmente dulce y suave sensación de sus labios me incitaba a permanecer junto a él, pero era imposible.