Capítulo 24. "RAMÉ"

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Después de darme una ducha y vestirme con un short blancos y playera azul, ató mi cabello en una trenza y salgo del departamento, seguramente Carlo se fue ya por lo que me dirijo al garage central, milagrosamente ahí seguía el Lamborghini de color blanco, en otro momento lo llevaría al taller.

Después de subir al auto comienzo a manejar, mi hermano y yo nos veríamos nuevamente en aquella linda cabaña del día anterior, afortunadamente recordaba bien la dirección.

Estacionó el auto y bajó contenta, camino hasta la entrada y al encontrar la puerta abierta entró al lugar, mi hermano estaba desayunando un poco de jugo y algunas frutas, me mira con una sonrisa y se levanta para hacer un gesto de invitarme a desayunar con él.

— ¿Te gustó el lambo?

Pregunta con una cálida sonrisa a lo cual hago un gesto para asentir contenta.

— Muchísimo, es precioso. Muchas gracias.

Respondo para luego de un rato terminar de desayunar, respondo a sus preguntas de dónde había estado todo este tiempo y como me había sentido, aunque quise preguntar sobre él su respuesta me rompía el corazón.

— La vida dentro de un cartel es... un infierno, mi rostro es la prueba de eso ahora, la verdad prefiero no hablar de eso hermanita.

Dice intentando mantener aquel tono amable conmigo, dispuesta a no incomodar prefiero no preguntar más.

Casi a las diez de la mañana finalmente me dice que es hora de ir a ese lugar para practicar los disparos, esta vez vamos ambos en el Lamborghini y detrás dos camionetas con hombres equipados.

— ¿Y qué ocurrió ayer con ese tal Greco?

Pregunta finalmente mientras maneja.

— Nada... bueno, es probable que le diga a Horacio que trabajó para Carlo.

— ¿Y no debe enterarse?

Pregunta sin quitar la mirada del camino.

— Así es, aunque no sé qué pueda hacer si renuncio. No volveré a trabajar para él.

Digo seriamente mientras me cruzo de brazos.

— Yo me encargaré pero no renuncies, al menos no aún.

Me indica al mismo tiempo que llegamos a un lugar bastante amplio y alejado de la ciudad.

— Bien, es aquí, te enseñaré a disparar, después podrás venir tú sola.

— ¿Podría venir Carlo?

Pregunto nerviosa mientras bajamos del auto.

— Si así lo quieres... aunque no te vendría mal conocer a otras personas, sólo quiero lo mejor para mi hermanita y si te soy honesto, él no lo es.

Dice seriamente haciendo claramente un intento por no hacerme sentir mal, simplemente hago un gesto con la cabeza y caminó con él.

Un par de metros más adelante esperaban tres hombres, sobre una mesa habían colocado una diversa cantidad de armas, algunas las conocía pero no las había usado.

— Prueba primero con esta, una FmHp M9.

Sugiere con una sonrisa mientras toma el arma para cargarla, apunta a un par de latas que había a unos 20 metros.

— Es más de corta distancia, ya que manejes estás podrás intentar con el francotirador.

Me dice al mismo tiempo que aprieta el gatillo un par de veces, el estruendo hace que me encoja un poco, al ver en dirección a las latas doy un par de aplausos, uno de los tiros fue suficiente para sacar volando la lata.

El camino hacia tí. [[CORRIGIENDO]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora