-Despierta cariño. -dijo una dulce voz mientras acariciaba mi rostro. Haciendo un gran esfuerzo, conseguí entre abrir uno de mis ojos.-Hoy es el gran día -una gran sonrisa apareció frente a mí.
No me tomó ni cinco segundos en comprender, cuando de un salto me incorporé en mi cama.
-Hija algún día me matarás del susto. -dijo mi madre con su mano apoyada en el pecho.
-Lo siento. -dije mientras frotaba uno de mis ojos que aún seguía cerrado.
Ella me miró con ternura y fue a abrir las persianas de mi habitación para dejar pasar los primeros rayos de sol del día.
-Tu desayuno ya está en la mesa, no tardes en bajar. -dijo mamá. Se marchó aún sonriendo y cerró mi habitación.
Entré a mi gran vestidor y comencé a cambiar mi pijama por un conjunto que dejé preparado, en una silla, el día anterior.
Ya vestida me dispuse a bajar rápidamente hacia el comedor, donde se encontraba un plato de porcelana blanco con dos gofres en él, recubiertos con chocolate y algunas fresas por encima.
-Gracias mami. -dije esbozando una sonrisa a mi otra madre.
-Denada cariño, que aproveche. -dijo ella acariciando suavemente mi cabeza.
Después de eso comencé a comer mi desayuno, estaba exquisito. Podía notar todos y cada uno de los sabores y texturas dentro de él.
-¡Hija no tardes que el chofer te espera! -dijo de una voz mi madre para que me diese prisa. Lavé mis dientes lo más rápido posible y bajé para despedirme de mis madres.
-Adiós mami, adiós mamá, os echaré mucho de menos. -dije abrazándolas fuertemente para meterme en aquella limusina negra que me esperaba frente a mi casa.
-Nosotras a ti también. -dijeron al unísono para luego mirarse y abrazarse mutuamente.
-Que orgullosa estoy de nuestra hija Lisa. -dijo derramando una pequeña lágrima.
-Siempre igual Jen, solo serán unos meses sin nuestra pequeña. -dijo. Abrazándola nuevamente dejó un pequeño beso en sus labios -Vamos, prepararé el desayuno para las dos.
La pareja se adentró en aquella gran casa apenadas por la ida de su pequeña T/n.
• • •
Ya me encontraba en el aeropuerto junto a mis dos maletas. Me adrentré en una de las puertas de la zona de embarque donde me recibió una mujer alta y delgada, con facciones finas y una pequeña sonrisa que apareció cuando me vió.
-Hola T/n, soy Rosé y seré tu acompañante durante el vuelo, encantada. -Me recibió aquella hermosa mujer dándome la mano como saludo.
Me llevó a revisar mis maletas para después sentarnos en la sala de espera.
Después de un largo rato esperando, por fin me llamaron para entrar en el avión. Tomé mi asiento y a mi lado se sentó Rosé, quien no dudó en responderme algunas dudas que tenía sobre aquel país y su idioma. Gracias a eso y a mis largas horas escuchando música no se me hizo tan largo el viaje.Cuando aterrizamos, salimos del avión y recogí mis dos maletas para luego despedirme de Rosé y darle las gracias por su acompañamiento durante aquel largo vuelo.
Frente a la puerta del aeropuerto había otra limusina negra que me llevó a la casa de mi tía.La tía Jisoo, era la típica mujer guapa y adinerada que iba con su perro blanco en brazos a todas partes y que los sábados iba al club the golf a pasar la mañana. Pero ella no era presumida para nada, siempre fue muy humilde y solidaria con los demás, por eso decidí pasar este año junto a ella.
-Hola T/n, cariño cuanto tiempo sin verte, estas más guapa desde que no te veo. -dijo la tía con una enorme sonrisa en su rostro dejando un pequeño y suave beso sobre mi frente. -Ven entra, deja tus cosas en tu habitación. -asentí levemente y me dirijí hacia el segundo piso donde allí se encontraba.
-¡Guau! ¡Es perfecta! -Dejé corriendo en un lado de la habitación mis dos maletas y comencé a recorrerla admirándola con detenimiento -¿Cómo es posible que un dormitorio sea tan grande? -me pregunté a mi misma mientras me tiraba de espaldas en la cama.
La habitación era de grandes dimensiones. Cuando entrabas lo primero que veías era la enorme y blanca cama en medio de la pared. Era la típica cama de palacio con cuatro finas columnas de madera que sujetaban un techo, del cual colgaban alrededor de él unas telas largas del mismo color que las sábanas.
En la pared de en frente había un largo escritorio de cristal, donde se situaba un ordenador bastante moderno junto a su teclado. Y como no, en la misma pared donde pegaba la cama, a su izquierda, había una puerta que te llevaba a un amplio vestidor que por ahora estaba vacío.
Por último y no menos importante quería destacar dos de mis partes favoritas de este sitio. Una gran ventana la cual tenía un asiento decorado con un pequeño cojín de un tono lila claro y a la que en su derecha tenía un pequeño balcón donde se podía ver el hermoso jardín con miles de flores de colores con un fondo verde brillante recién podado que, desde esa altura, se podía percibir a la perfección el fresco olor que producía.Cuando acabé de colocar la ropa que había en el interior de mis maletas en su respectivo lugar bajé junto a la tía Jisoo.
-T/n, ¿ya has terminado de acomodar tus cosas? -preguntó la tía amablemente. Asentí, a lo que ella me respondió subiendo, en forma de media sonrisa, una de sus comisuras. La miré con confusión por su cómico gesto, a la vez que ladeaba mi cabeza. -¿Quieres que vayamos de compras? -dijo con la misma sonrisa pícara de antes.
-¡Sí porfavor! -exclamé pegando pequeños saltos de emoción.
-Pues vámonos, deja que coja mi bolso. -dijo la tía. Se levantó de aquel sofá en forma de "L" para coger su bolso de la marca Christian Dior y hacerme una seña con la cabeza para que saliésemos de la casa.
• • • • • •
¡Hola! Espero que estén teniendo un buen día y estén disfrutando del primer capítulo.
Aviso que por ahora serán bastante tranquilos pero a partir del capítulo 4, comienza lo interesante.
Me alegraría que si os gusta mi historia votasen, si no es mucha molestia.
Por último quiero aclarar/informar de que esta es mi primera historia y que cualquier recomendación o consejo es bienvenido:)
-¡Disfruten de la historia!
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Enemies to lovers (Ryujin y tú)
FanfictionKim T/n una chica de clase alta, decide mudarse a Corea para pasar su último año de secundaria allí. Su llegada al nuevo Instituto no fue bien recibida por una de sus compañeras de clase, la cual le haría la vida imposible. Con el paso del tiempo T...