Capítulo 9

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Ese día llegué a casa con un chichón en la cabeza. Gracias a Shin, que no sólo remató el balón en mi cabeza, sino que además, me quitó la bolsa de hielo que haría que no se me inflamase la zona.

-¿T/n cariño que te ha pasado? -me preguntó mi tía bastante preocupada, al ver aquel bulto en mi frente.

-No es nada tía. En educación física, me llevé un balonazo sin querer. Pero no me duele -dije. Le sonreí para no preocuparla.

-Ven, ponte hielo eso hará que baje la inflamación -dijo la tía Jisoo.

Me puse el hielo mientras almorzaba y me lo quité cuando terminé, debido a que no sentía la frente.
Me miré en el espejo de mi habitación. La inflamación había bajado, pero no del todo.

Esta vez, no mandaron nada de tarea para casa. Así que, como tenía la tarde libre, quise aprovecharla y tomarme un tiempo para mí sola.
Decidí ir al Han River a pasear un rato. Así que puse la ubicación en mi teléfono y me dirigí hacía allí. Estuve andando como por quince minutos hasta que por fin llegué.

Paseé un rato junto al río. Cuando me cansé, me senté frente a él y un gatito que pasaba por ahí se quedó junto a mí.
Estuve un rato viendo como el viento movía sus aguas y algunos pajaritos se posaban en la orilla para refrescarse. También tome fotos. Muchas fotos. El sitio era demasiado bonito como para no hacerlo.

Me fuí a casa caminando de nuevo, viendo el precioso atardecer que se formó ese día.
Cuando llegué, les pasé las fotos de estos días atrás a mis madres e hicimos una videollamada. A pesar de que hablabamos por chat diariamente.

-T/n, hija ¿cómo estás? -Me preguntó la de pelo más oscuro con una enorme sonrisa.

-Muy bien mami. Estos tres días he hecho de todo. Hasta he hecho una amiga. El primer día empezamos a hablar y ayer quedamos para ir a pasear -dije.

-Me alegro mucho cariño -dijo mi madre. Su sonrisa no desaparecía de su rostro.

-¿Y en el Instituto que tal? -Interfirió mi otra madre.

-Bien también -dije. Tube que mentir, no quería que se preocuparan por mí en absoluto.

-Muy bien. Pues ya nos vas contando. Que ya huele aquí un poco a quemado... -Dijo mirando de reojo a la de pelo más claro.

-¡Ostras la comida! -Dijo la aludida. Llevándose la mano a la cabeza-. Hija te quiero muchísimo. Sigue pasándotelo genial y ayuda a tu tía Jisoo en lo que le haga falta -dijo mi madre y se marchó corriendo a la cocina.

Entre risas me despedí de mí otra madre y finalizamos la videollamada.
Me duché y bajé a cenar junto a mí tía. Cuando terminamos, la ayudé como siempre y me fuí a mí habitación a observar la brillante luna. Que hoy estaba llena.
Me metí en al cama en cuanto empecé a bostezar más de la cuenta y me quedé dormida enseguida.

• • •

A la mañana siguiente, fui a lavarme los dientes y cuando me miré en el espejo, me llevé una horrible sorpresa.
El bulto había crecido y ahora sobresalía aún más de mi frente.

-Puta Shin de los cojones. Anda que ya te vale -Dije palpando la zona. Intenté cubrirlo con mi pelo para disimularlo un poco, algo que no sirvió de mucho.

Hoy llegué muy temprano al Insti, así que apoyé la cabeza en mi pupitre y cerré los ojos hasta que comenzara la clase.
Noté como de un momento a otro alguien levantó mi cabeza estirando de mi pelo hacía atrás.
Parece que Shin también había madrugado esa mañana.
Cuando tenía mi cabeza levantada, me soltó y retiró el pelo de mi frente.

-Joder. No sabía que los unicornios también iban a clase -bromeó Ryujin, al ver aquello sobresaliendo de mi cabeza.

-Vete a la mierda Shin -dije. Rodé mis ojos y esta vez apoyé mi espalda en el respaldo de la silla.

-Entonces me quedaré contigo -bromeó de nuevo y me lanzó una falsa sonrisa. Comenzó a arrastrarse por la mesa hasta acabar sentada frente a mí.
Apoyó sus manos en el filo de atrás de la mesa y fué girando su cabeza lentamente, haciendo que se marcaran su cuello y mandíbula.

Esta chica definitivamente estaba jugando conmigo. Pensé mientras me levantaba de mi sitio. Pero Ryujin me agarró de la muñeca y me sentó de vuelta en la silla.

-¿Dónde te crees que vas Kim? -Dijo Ryujin, alzando sus cejas. Se bajó de la mesa y se sentó en mis piernas, rodeando mi cuello con sus brazos.
Al llevar falda era inevitable que la superficie de nuestros muslos, se rozaran y se tocaran entre sí.

-¿No querías quedarte conmigo? -dijo Ryujin. Fingió un puchero y me miró con ojos de cachorrito.

Yo estaba tan nerviosa de tenerla encima de mí, que mi única respuesta fué girar mi cabeza hacia un lado. Ignorando así sus palabras.

-Como quieras -La pelinegra rodó sus ojos y se levantó de encima mía. Pero antes de irse, me pegó un tortazo en la frente. Donde se encontraba el bulto que ella misma hizo que saliese.
Por suerte no me dolió demasiado y cuando se me pasó el dolor, apoyé mi cabeza nuevamente en la superficie de la mesa.

Las clases fueron con normalidad y a la hora del recreo me fuí, como siempre, a la cafetería con Chaeryeong.

-¿Y ese chichón? -me preguntó Chaeryeong, nada más verme, señalando mi frente.

-Un balonazo -le contesté brevemente apretando mis labios.

Nos sentamos en una de las mesas que estaban libres y comenzó a hablar.

-Oye, me he enterado de que Ryujin organizará una super fiesta en su casa el mes que viene. ¿Vendrías conmigo no? -me suplicó Chaeryeong haciéndome ojitos.

Suspiré y miré hacia arriba pensándome la respuesta que le daría a mi amiga.

-No se yo Chaer... -dije no muy convencida de lo que quería.

-Vamos, no seas así. Irán muchas chicas de este instituto y me he enterado de que también habrá chicos... -dijo Chaeryeong subiendo y bajando sus cejas

-Bueno. Como todavía queda, estaré pensándomelo este tiempo -dije.

Chaeryeong asintió varias veces emocionada y siguió bebiéndose su café. Yo esta vez me pedí un batido de frutas, para variar un poco.

Las demás clases se me pasaron enseguida y sin darme cuenta ya había sonado el último timbre del día, indicando la salida de clases.

Ya en casa, almorcé y subí a mi habitación a empezar a hacer los deberes cuanto antes. Hoy la profesora de física venía cabreada y no paró de mandar tarea durante la clase. Mandó tantos ejercicios y resúmenes que no terminé hasta el anochecer.

Cuando terminé, me desperecé en la silla y miré mi teléfono.
Tenía un mensaje de Chaer preguntándome por mi frente. Le respondí que ya estaba mejor y que apenas me dolía. Y me fuí a duchar antes de bajar a cenar.

Cené mientras charlarba con mi tía y subí a mi habitación otra vez. Y antes de comenzar a dormirme, estube pensando en la propuesta de Chaeryeong.
No me apetecía nada ir a la fiesta porque Ryujin estaría allí sí o sí. Obviamente, la fiesta es en su casa. Pero por otra parte sería una buena oportunidad para conocer a más gente y pasar un buen rato para despegarme de los estudios.

Enemies to lovers (Ryujin y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora